Ideas peregrinas para un Camino de invierno en otoño VI
El Camino continuó, claro, pues buscaba al Miño para cruzarlo. Al fin y al cabo, el Cabo do mundo no era el fin del mundo. Al cabo (¡vaya!) de unos kilómetros una señal te sale al paso: Iglesia de San Paio de Diomondi.
Dio… mondi. Suena a algo así como… ¿mundos de Dios? Qué bonito es el italiano, aunque no sea italiano. Pero también me estaba sonando Dai…mon. El daimon de los griegos del que dicen que procede nuestro palabro demonio. Ufff!
Viendo que de nuevo empezaba a divagar ia compañía me dijo que no fuera water parties. Aunque el inglés tampoco es mi fuerte, traducir de forma literal no es complicado y lo pillé enseguida. Me esperarían en Belasar tomando un café. Así que detuve mis pasos a ver qué encontraba.
La iglesia es … románica y tiene diploma de monumento. No es poca cosa y, además, tanta normalidad resultó tranquilizadora. No pude verla por dentro porque parece que las visitas son por la tarde. Solo añadiré que un par de bestias de aspecto feroz guardan la puerta, por si alguien se anima. Además, que junto a ella han rehabilitado el edificio que sirvió de casa rectoral y me dijeron que ahora funcionará (supongo que querían decir algún día no muy lejano) como albergue de peregrinos.
Enfilé la bajada hacia el Miño pisando las losas que dejaron ahí los romanos. Creí ver entre los robles la sombra de Lucio Pompeio Reburro Fabro, hijo de Lucio, que llegó a ser alguien en la guardia pretoriana de algún emperador y del que en A Rua conservan una lápida funeraria. Ya os hablé de él. Tanto codo y recodo decidí que en Belesar me iba a tomar una copa de vino (será por lo de empinar el codo) y no un café, aunque fuera algo temprano, porque seguro que así conseguiría la ligereza necesaria para subir la terrible cuesta, muy terrible, que nos esperaba.
Al vislumbrar el rio me acorde que ayer, en la visita al museo del Pazo de Arxeriz (no, de Asterix no, y tampoco estaba en una aldea gala sino junto a Torre Vilariño) la encargada y guía me había advertido, con un guiño, que al llegar al rio me cuidara de las xacias. Resulta que son seres míticos que habitan las profundidades, mitad humano y mitad pez. Como no soy todo lo políticamente correcto que debería, con esa descripción fue inevitable pensar en sus primas, las sirenas, en lugar de en sus otros parientes, los serenos. Será también porque los xacios, los chicos, a diferencia de aquellos no parece que lleven ni chuzo ni farol. En fin, cada cual es como es. Y ellas, ¿serán dulces como la de la película de Disney? ¿Tal vez cantan con voz irresistible, como las de la Odisea? Sin duda existen, como las meigas, pero ¿habrán podido resistir la domesticación del rio? Tal vez ahora vivan atrapadas por los embalses que lo encorsetan desde hace tanto tiempo. Quizás de tanto en tanto acaban engullidas por las aeronaves apagafuegos que llenan allí su panza de agua para combatir los frecuentes incendios que se repiten por aquí demasiado a menudo. Pobres xacias (y xacios).
Mientras cruzaba el puente vigile de reojo el agua oscura. Lo atravesé rapidito porque el cuento que me explicó en el museo acababa teñido de sangre y pensé que sería mejor no acercarme al agua más de lo estrictamente necesario
Los demás no me habían esperado en Belasar porque la taberna estaba cerrada. Tuvimos que esperar hasta Chantada para regocijarnos ante unas copas de ese vino luminoso que elaboran en esta tierra. De cualquier manera ascendí la cuesta como en una nube transportado por la belleza que me rodeaba. Las galas otoñales con que se visten las viñas para seducir al rio, estoy seguro que es lo que vi ayer en Cabo do mundo, tuvieron tal efecto sobre mi que cuando desperté ya estaba en San Pedro de Lincora iniciando el descenso hacia Chantada.
Buenas noches, desde Vilaseco, y muchas gracias. Ultreia!
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No sabía lo de las Xacias (y Xacios), y eso que la atentísima encargada de Arxeriz me dio conversación para unos meses, tanta, que hasta tuve que recurrir a la más fina educación para darla por finalizada sin que se notara mucho. ¡Qué ganas de hablar tenía la pobre! En nuestro caso la eterna charla derivó hacia la antropología.
Como no lo citas entiendo que no pudiste disfrutar de la copa de vino con que nos obsequian en Vía Romana. Pese a la actividad frenética en la bodega cuando pasé, nos atendieron estupendamente, sellaron, y pudimos estar por allí a nuestro aire. Muy bueno ese vino, por cierto.
Voy a aprovechar este post para recomendaros que, si hacéis noche en Bandeira, no dejéis de ir a cenar a la Vinoteca Cadeira. Pedid una tortilla de patata y croca, y dejaos llevar por los sentidos. Marinadla con un buen Mencía o Godello y no tengáis prisa, que hay que rematar con un chupito. El sitio del que guardo mejor recuerdo en el paladar.
Buen Camino!
Buenos días, Indi. Nuestra visita al museo se alargó hasta la hora de cerrar, con recolección y degustacion in situ de uvas y manzanas incluidas, supongo que por eso no se mostró tan locuaz, aunque a nuestra llegada la explicación fue larga y tendida. Antes de salir pase por la recepción a despedirme y le comenté que había echado en falta alguna referencia sobre cultura popular, fuera de los trajes de carnaval . Me comentó entonces lo de esa leyenda que no iba precisamente en la línea de Hans Christian Andersen.
Respecto a la bodega, pasé y me sellaron la credencial pero también parecían muy ocupados y ni mención a una copita ni a visitar nada. Yo, que soy muy prudente, no consideré oportuno insistir.
Gracias por la gastro-recomendacion para Bandeira . Espero no coincidir, para variar, con el día de semanal descanso del personal.
Vamos a desayunar que en este hotel lo hacen a las 8.30.
Saludos,.
También desayuné allí. Una hora perfecta para hacerlo. No tenéis ninguna prisa , incluso tomé otro café en Penasillás antes de comenzar a subir.
Si me aceptas la recomendación, no dudes en subir por el vía Crucis al Monte Faro. De los cinco que sé que pasaron el mismo día que yo lo hice fui el único en hacerlo, y nunca me arrepentiré. Ir ascendiendo poco a poco, en zigzag de cruz a cruz, con un pensamiento y dedicatoria especial en cada una de ellas, culminando en la ermita y el cruceiro, entre el rugir del viento y la neblina, fue otro de los momentos cumbre de este Camino. Después, el descenso entre amenazantes gigantes se hace más evocador y llevadero amigo Sancho.
Buen Camino!!
Seguí tu consejo sin haberlo recibido pues no lo había leído. Pero me resulta curioso verlo ahora porque sentí una especie de necesidad de ascender por aquella ladera como el penitente que busca el perdón por alguna falta cometida (ojo! simbolicamente, ni subí de hinojos ni flagelandome los costafos). Notable.
Es curioso. Yo también sentí esa especie de necesidad al llegar allí. Tampoco fue flagelativa-arrepentidora, más bien sanadora-autolimpiante.
Buen Camino!
Bueno, Daimon también significa "genio".
Muy cerquita tienes la Hermana Mayor de San Pelayo (Paio) de Diomondi, Santo Estevo de Ribas de Miño ¿conseguiste verla?
Muchas gracias, de nuevo, por esta gran entrega, en dos de las acepciones del término !
Buen Camino !
Hola EngelAbel. Cerquita es un término muy relativo. Como el plan era bajar por los codos de Belasar, esa iglesia supone un rodeo considerable. Como tantas otras queda para un viaje calmado por esta maravillosa comarca. Saludos.
En el País Vasco tradicional a esas mujeres de los ríos y bosques se les llamaba "Lamiak", y me suena que por Asturias tienen un nombre parecido. La ambigüedad de su embrujo es parecida a la de las sirenas, llevando a la perdición a los que se dejan embaucar por ellas. Una de las leyendas de Becquer (¿ojos verdes?) también habla de féminas fatales en torno a los ríos. E incluso una de las Eglogas de Garcilaso habla de ellas. El agua simboliza muchas veces lo erotico, con lo que esa "perdición" podemos intuir de qué va. Como tú bien insinuas, en una época de embalses - y de pinares, agrego yo - nos resultan ya muuuyyyy lejanas estas cosas.
En cuanto a lo de "Water party", más me lo parecen tus compañeros, que ven una iglesia románica y pasan de largo. Tú atiende a tu daimon, que te enseñará más de una cosa - como a Socrates el suyo -.
Hola Fernando. Puede que te refieras a las Xanas asturianas, anjanas en Cantabria. Los encuentros con esos seres de leyenda que habitan en fuentes o ríos cristalinos en bosques a los que cuesta acceder, no suelen acabar bien, muchas veces porque el antagonista masculino no da la talla y fracasa un las pruebas propuestas. Estos mitos vienen de antiguo y, si no, que le pregunten a Acteon como le fue tras sorprender a Artemisa-Diana desnuda mientras se bañaba en medio del bosque. Ese voyeurismo siempre se ha pagado caro y, además, está feo.
Mis compis también se acercaron a ver la iglesia, pero como no pudieron entrar y a veces opinan que vista una vistas todas, me dejaron allí charlando con el encargado de las obras del albergue y empezaron el descenso.
Saludos.
Encontré esta página web sobre historias de xacias
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