12/02/2024
Villaharta 590/ Alcaracejos 610
07:09:55 34.32 kms 

“Esta noche ha llovido, mañana hay barro.,”. Dice la canción y además ha fluido el agua a borbotones, desparramándose por doquier.

Salgo del albergue de Villaharta y me percato que me faltan mis inseparables bastones, así que espero unos 20 minutos a que Antonio, encargado del mantenimiento del ayuntamiento, provisto de su chaleco amarillo, me abra. Afortunadamente es día laborable y se encuentra el personal disponible. Un despiste, que suele ocurrir algunas veces.

Esta encapotado el cielo, pero no llueve, tomo raudo el ascenso de la carretera sin necesidad de portar el frontal, pues está despuntando el día y pasados dos kilómetros me sumerjo en un paisaje espectacular de masas arbóreas, maleza y agua que fluye por los arroyos y regueros, vibrante y caudalosa. Su presencia es significativa, aunque en 2013, tuve que seguir por carretera, puesto que llovía pertinazmente y me esperaba el río Cuzna muy crecido y sin pasarela. 

La gama de colores verdes colma mi mirada y solo oigo con estridencia mis acufenos y el fluir del agua hacia los arroyos. La senda, aunque húmeda, me permite caminar a buen ritmo, solo que cuando aparecen los grandes charcos, tengo que dirigirme por el itinerario más cómodo, a ser posible con hierba y que no tenga piedras, que son resbaladizas. Sigo por una vereda que se interna en continuas subidas en el monte, hasta que aparece ante mi abajo el río Guadalbarbo pletórico y haciendo honor a su nombre, pues la mayoría de las veces que he pasado, aparecía seco o con una débil y fina capa de agua. Tal es así que las pasarelas estaban engullidas por el manto de agua. Por fin puedo cruzarlo y tener contacto con el agua. Así que me calzo las sandalias, me cuelgo las botas anudadas al cuello y me ajusto el equipo, coloco los bastones en vanguardia y los introduzco en el agua para saber la profundidad y el estado del suelo. Que sensación más agradable, mis pies y piernas lo agradecen pues percibo un suave masaje. Continuo mi camino hacia la Chimorra con sus largos y anchos caminos. A unos 4 kilómetros me desvío a la derecha por unos olivares hacia el arroyo Lorito, que también hace honor a su nombre, ya no me cambio a las sandalias e introduzco las botas, pues en cualquier momento imprevisible, aparecerá otro arroyo y no es cuestión de perder tiempo, que el agua como la tierra también tiene derecho a que el caminante disfrute con ella. 

Asciendo por las rampas que dan acceso al puerto de El Calatraveño jalonado por las jaras que adornan y aromatizan su subida. Ya en el cortijo oigo en el cortijo. el ladrido de mis amigos los perros, un caniche y un mastín, que tras la alambrada vienen a mi encuentro, con el rugir de sus ladridos tratan de alentarme en mi esfuerzo.  Continuo hacia la fuente de las Hoyarizas en donde me sacio del líquido elemento y también tomo un bocadillo. Descanso en soledad y con
el brío que me ruge el cuerpo. Aún quedan 14 kilómetros de esperanzado “sueño”, voy entre encinas y retamas por largos y húmedos vericuetos. Llego al río Cuzna que espera impaciente mi encuentro, las pasarelas están sumergidas para darle más encanto y misterio, aquí el agua es más profunda y también brota más rápida, tal es así que me sobrepasan las rodillas y tengo que procurar que la riñonera no se moje. Ya estoy en el Valle de los Pedroches, la cruz de La Quema, con su brazo partido me saluda y voy acabando el “sueño”, fincas de ovejas y vacas que atónitas me miran sorprendidas y yo me halago con ello, no pensaba que fuera tan importante. Dejo el camino tras pasar una ermita y continuo por una larga carretera que me lleva a Alcaracejos, antes paso por la ermita de San Sebastián, en donde aparece donde enmarcado de postal el pueblo. Ya estoy en el pueblo provistas sus calles y aceras de un frío granito. Llego al restaurante Tic-Tac, que me marca la hora de cierre, pues sin pensar me había quedado dormido preso del fulgor de mi sueño.

Josvirojillo, pues si vas a Mérida te sales del camino a Santiago, antes de la ciudad emeritense había un puente que cruzaba el l río Guadiana por Medellín o el vado de Rena. Harás 90 kms de más y te perderás Trujillo, Villanueva de la Serena, Plasencia, el Parque nacional de Monfrague, el mayor bosque mediterráneo dr la península ibérica, vías verdes, caminos de trashumancia. Dispone de 5 albergues y lugares de acogida. 
 

Jordisud e Indi os echo en falta. Saludos 

13/02/2024
Alcaracejos 610 / Hinojosa del Duque 550
04:20:12 21.82 kms

La lluvia ha dado una tregua, a pesar del cielo plomizo en que amanece. Aprovecho para desayunar en el albergue unos yogures y galletas de miel, bebo también dos vasos de agua, pero mineral, puesto que en la zona del valle de los Pedroches, llevan nueve meses con el agua contaminada, esperemos que tras las intensas lluvias, de a luz el agua pura del grifo.

Sigo por vaquerías, que se afanan los bóvidos en un rumiar incesante el pienso depositado en los establos, pero hete aquí, que cuando pasa este humilde peregrino, quedan con la mirada fijamente al unísono contemplando mi acompasado deambular. Pero lo más sorprendente es que observo a un perro en mi camino que huye despavorido, hasta que encuentra la alambrada para adentrarse en la finca que custodia  y es aquí cuando paso que me anima con sus desafiantes ladridos. 

Pronto llego a Villanueva de Córdoba, municipio involucrado con el arte, pues a las dos cruces de inicio y final de su trazado, hay que añadir estatuas en bronce de una doncella portando en su cabeza una cantara, el peregrino con su bordón y esclavina y el minero arrastrando el vagón de mineral. Prosigo y cruzo el caudaloso, casi siempre seco, río Guadamatilla por el arcén de carretera y llego a Fuente la Lancha, el segundo municipio de menos habitantes de la provincia cordobesa con 354 personas, pues le ha despojado de este título El Guijo, bonita iglesia parroquial con su fuente y cruz de granito, mineral muy abundante en los dinteles y jambas de entrada a las viviendas, así como también el acerado.

Ya veo a lontananza gigantes que desafían el cielo, son las encinas centenarias que con gallardía y salero se yerguen altivas, enroscándose en su tronco para iniciar el baile con sus ramas engarzadas y dispuestas al movimiento acompasado de las sevillanas, mirando al cielo. Sus extensas sombras cobijan al peregrino del rigor caluroso, para propiciarle un aposento a su tenaz esfuerzo.

Llego a la ermita de la Virgen de Guía, lugar emblemático para las personas de estos pueblos, pues hay barbacoas y espacios para alternar y divertirse. Hay una pequeña capilla en donde está en azulejos la Virgen. 
Ya veo mi destino Hinojosa del Duque, antes paso por un camino nuevo que evita el estrecho arcén de carretera y que conduce a un polígono industrial. Las primeras viviendas corresponden a un barrio de gitanos, reunidos a mi paso conversando, la ropa queda tendida entre los árboles en la entrada a las humildes viviendas. 
Paso por unas fuentes enormes de piedra  por donde surte agua en sus múltiples caños junto a unas ruedas de molino. Entro en una larga calle con una débil lluvia y diviso a lontananza la torre de la Iglesia San Juan Bautista, conocida por “La Catedral de la Sierra”, antes paso por la iglesia de la Virgen del Carmen, lugar de grato recuerdo por mi, ya que en mi infancia cuando tenía 10 años, estuve cursando estudios en la congregación de los Carmelitas, ahora solo queda la iglesia con la imagen de Nuestra Señora del Carmen en una hornacina tras un cristal en un flanco de la Iglesia. Ya en el albergue estoy de momento solo pues son algo más de las 12, hay calefacción idónea para colocar la ropa lavada, pues el sol aún está escondido tras el grisáceo cielo.

15/02/2024
Monterrubio de la Serena 550 / Castuera 510
03:47:18 18.80 kms 

Hoy por logística he emprendido una etapa corta hasta Castuera, puesto que llegar Magacela serían sobre 50 kms., es importante caminar una etapa corta a la semana para descansar y solucionar previsiones logísticas y Castuera dispone del mejor albergue en el Camino Mozárabe.

Ayer asistí a la celebración de la misa en la iglesia de la Virgen de la Consolación, pues fue miércoles de ceniza, por lo que estaba muy concurrida, eso si, mayoría de mujeres. Tras el acto saludé a Don Máximo, el párroco, que también por escasez de sacerdotes, tiene encomendado otras parroquias, recuerdo cuando en el año de 1999 nos acogió en una pensión a los peregrinos cordobeses, quedándose sorprendido que con nuestra llegada se desató una pertinaz lluvia, en años sucesivos dispuso en la parroquia unos colchones y estufa, le entregué una mano de la amistad.

Salgo cuando comienza a amanecer por una carretera agrícola, en la que solo pasaron
dos vehículos en todo el trayecto. Un mar de olivos pequeños y con el terreno encharcado y húmedo cubren mi camino. El aceite de Monterrubio goza de buen prestigio y es denominación de origen protegida. Más adelante llego al valle de Benquerencia, quedando el pueblo adosado y vigía en un cerro, ya me interno entre amplias dehesas de encinas que jalonan mis pasos con un terreno muy verde, cuando la mayoría de las veces que he pasado estaba seco y grisáceo.

Aparecen algunas fincas de ganado ovino en donde las ovejas se sacian de pasto, tan solo cuando paso muy tímidamente, por iniciativa de una que con su movimiento hace que todas la imiten y se repliegan más adentro de la valla para contemplarme. Hay también algunas enormes piedras pulidas por la erosión que son testigos pétreos del tiempo transcurrido. Algunos almendros en flor que adornan el camino y avisan de la primavera próxima.

Llego a las inmediaciones de Castuera y decido comprar la torta de Castuera en una cooperativa al lado de la carretera. Este manjar es queso cremoso que se puede untar, facilitándome un cuchillo de punta redonda.
 
Llego pronto al albergue tras una empinada cuesta, muy espacioso y equipado que dispone de sábanas, mantas y calefactores.

16/02/2024
Castuera 510 / Villanueva de la Serena 290
07:49:55. 39.59 kms 

Tras realizar las labores pertinentes de alimentación y descanso en el magnífico albergue de Castuera, fundamentales para que el peregrino resuelva con garantía la marcha diaria. Hoy corresponde emprender una etapa de resistencia, que es necesaria llevarla a cabo para prevenir posibles contratiempos de marcha. 

Así comienzo sobre las 7, desde el albergue una marcha de más de 2 kilómetros por el pueblo hasta la salida a la vía pecuaria de camino de Castuera a Don Benito, convirtiéndose en Senda del Rey sobre el kilómetro 18. Es aún de noche y me proveo de frontal, pero solo dos kilómetros, está nublado y no amenaza lluvia. El terreno es compacto y excelente para caminar hasta pasado el kilómetro 12, ya hasta Magacela hay que sortear innumerables charcos y algunas zonas fangosas. Desde Magacela a Villanueva de la Serena el terreno está compactado y ofrece buena viabilidad.

Paso por el río Guadalefra que dispone de un puente de hierro, construido por el arquitecto de la torre Eiffel parisina. Aún recuerdo con nostalgia cuando no había puente para paso de vehículos, por lo que en el año 1999 teníamos que pasar por el puente de hierro muy diligentes para tratar de evitar el paso de algún tren. Las abundantes dehesas imprimen un aspecto
muy exuberante y plagado de tonalidades verdes. El camino va paralelo a la vía férrea, donde coincido con un tren y la estación de Quintana. Pasado el kilómetro 11 aparece un pozo y dos hitos para invitar al peregrino que vaya por el camino de la derecha hacia la población de Campanario, pues lamento aceptar la invitación y yo como otras veces desde el año 2015 prosigo de frente y también bastantes peregrinos que han comprendido que la línea recta es la más corta, en cambio emprender los dos catetos del hipotético triángulo es caminar sobre 7 kilómetros de más. Debían de saberlo quien señaliza. Es en este lugar donde me olvido de la señalización que han dispuesto y tomo la dirección a Compostela hacia el Noroeste, mientras que la señalización lleva a quien la siga hacia el Oeste y Sur buscando la ciudad de Merida, craso error, que no están dispuestos a asumir, pues en el año 2023 han disminuido los peregrinos que marchan por la Vía de la Plata y Mozárabes en un 25/100 con respecto al año 2022, cuando sumando se diversifica y restando se reduce.  
Tampoco es un atajo como especifica la guía de Gronze, sino el camino histórico que conducía al peregrino a cruzar el río Guadiana por el puente de Medellín o el vado de Rena, tal como reflejan mapas islámicos y la calzada romana, expoliada, desde Corduba a Bracara Augusta. 

Ya a partir de la desvinculación de los mojones continuo por la vasta llanura de La Serena con inmensos campos de trigo, que se mecen con el viento. Allá a lontananza emerge y también desaparece el majestuoso cerro de Magacela que marca la dirección al peregrino. En las inmediaciones aparecen algunas dehesas y fincas ganaderas de rebaños de ovejas. Se hace fácil caminar contemplando esta belleza, el chasquido de la pisada y el zumbido de mis oídos son mis acompañantes, pues no veo a nadie en el camino. El cerro de Magacela cada vez más enorme y próximo ya deja contemplar su castillo, iglesia y las casas desparramadas en su falda. Antes de dejar Magacela paso por su dolmen y me dirijo con paso firme hacia Villanueva de la Serena, rectas muy largas que se difuminan en el horizonte para fundirse con el cielo. Al pasar por el puente de ferrocarril me recibe Nicolas que con su señora Concha me han agasajado con una espléndida comida y unas resfrescantes cervezas y departimos ampliamente, nos cocimos en Saumur en un evento de boda. Ahora corresponde descansar y hacer las labores del peregrino que hay que seguir en la brecha pues sigue esperándome el camino.

Domingo Florez Puente en Magacela hay 3 casas rurales: El Cercon de Candedo, El Cercon y otra más, también había posibilidad de alojarse en el salón parroquial, en lo alto del pueblo con unas vistas impresionantes de La Serena, yo me he alojado 1 vez. eso si no es apto para Peregrinos exigentes. Los Cercones tienen precio para Peregrinos que incluye desayuno. Es recomendable reservarlas con tiempo, sobre todo si es fin de semana. 
Quien no conozca Magacela es recomendable que se quede, pues dispone de un castillo, centro de interpretación del camino mozárabe, que le faltan algunos datos muy importantes, como la referencia al canónigo Bernardo de Aldrete, el primer peregrino del que hay constancia documental, que emprendió su peregrinación desde Cordoba a caballo por Trujillo, Las Corchuelas y Plasencia, también hay un dolmen y el pueblo peculiar encaramado en un cerro. Yo hoy he elegido Villanueva de la Serena para emprender una etapa de resistencia y promediar etapas. Quien se quede en Magacela puede ir a Puebla de Alcollarin que dispone de albergue.

17/02/2024
 Villanueva de la Serena 290 / 
Campo Lugar 300
05:55:01 / 29.29 kms 

 Villanueva de la Serena es un municipio que dispone de bastantes connotaciones para calificarlo de advocación jacobea, así el patrón es Santiago Apóstol. Hay una figura de escultura que corresponde a Santiago Matamos blandiendo la espada conocido por “El Santiaguito”. En su infancia y adolescencia Pedro de Valdivia, el conquistador de Chile, merodeó y vivió en este lugar, prueba de ello es que a la capital de Chile la denominó Santiago de la Nueva Extremadura. En la plaza de los Conquistadores hay una escultura en bronce con la figura de “Santiago Peregrino”. También es conocida por ser el primer lugar donde se cocinó la tortilla española. 

Salgo por sus largas calles, Herrera y Duque guiado por el Google Maps para caminar por un itinerario nuevo qué quiero conocer, se trata de la carretera que va hacia Guadalupe que es comprobado que es más corto el itinerario que la Vía Verde hasta el centro de jardinería El Torruco. Al llegar a una plaza me encuentro que está vallada, teniendo solo dos accesos, así que enjaulado trato de salir por estos accesos, estando situado el de salida muy distante de la avenida que se dirige a la carretera de Guadalupe, continuo por un carril bici hasta las inmediaciones de un polígono industrial donde desaparece, quedando la concurrida carretera y marcho por su arcén. No le doy el aprobado, puesto que el tráfico es intenso y se marcha por asfalto, prefiero la Vía Verde. Ya en el centro de jardinería la dirección a seguir es cruzar el río Guadiana que dispone de una niebla muy densa por la que se difuminan los rayos de Sol y el caudal del agua es imperceptible. Abundan en sus orillas abundantes cultivos de huerta, habiendo incluso invernaderos. Oigo al fondo el constante ladrido de un perro que trata de alterar el silencio. Hay dispuestas barras de madera en su trazado, pues hay taludes en sus márgenes. Salgo a la carretera de Rena y continuo por arcén de carretera con tráfico escaso en algo más de dos kilómetros y por rectas muy largas. Ya en Rena tengo como referencia la acequia de regadío A-XVII que me acompaña hasta el Canal de Orellana en las inmediaciones de mi destino en Campo Lugar. Por el largo camino de regadío completamente llano se extienden amplios campos anegados en donde los grupos de aves con sus vuelos rasantes hacen su presencia para infundir al paisaje la vivacidad de sus movimientos. Cultivos de arroz, frutales y hortalizas son
los que predominan, el agua ahora no falta, aunque en años pasados hubo restricciones de cosechas por su carestía. Quedo con Pablo, alcalde del pueblo de colonización de Puebla de Alcollarin de 400 habitantes en el bar Poti-Poti, entablamos una instructiva conversación, me cuenta que tras la pandemia han llegado al pueblo personas de otros lugares para establecerse, también que en su viaje a Estados Unidos, visitó a un peregrino de Seattle que se alojó en
el albergue. Puebla de Alcollarin es un pueblo hospitalario y acogedor con el peregrino, que incluso han creado un grupo de wasap para informarse de la presencia del peregrino al que le facilitan lo que pudiere necesitar, además han creado un albergue de subvención municipal. Continuo mi camino con un sol espléndido que invita incluso a darse un chapuzón en su anegada acequia, pero me encuentro con letreros grandes “Prohibido bañarse”, pues en
otras ocasiones me he encontrado con sombrillas de playa en las márgenes de las acequias. Al salir de Puebla me sigue a buen paso María y su perro que está disfrutando con carreras continuas por el camino y los campos inundados. Llego a Pizarro, primera población de la provincia de Cáceres, pueblo también de colonización que en la entrada se acumula multitud de maquinaria agrícola. Ya en Campo Lugar, como en el hogar del pensionista, oreja, albóndigas y ensalada, es lo que hay, pues lo inauguran la próxima semana, al concluir la comida, aparece su alcalde Alejandro de tan solo 26 años, con el que converso distendidamente. Me enseña el amplio albergue ya equipado y que estreno yo, pues soy el primer peregrino que duerme con sábanas, manta y con equipo de aire acondicionado, salón de estar, cocina equipada y lavadora, todo un lujo.

18/02/2024
Campo Lugar 300 / Trujillo 530
06:46:31  33.71 Kms

Ayer descansé en el flamante albergue de peregrinos de Campo Lugar, que conserva en su fachada, suelos y puerta el artesanado, en buen estado, para el que se utilizó, Cuartel de la Benemérita, en la calle Duque de Ahumada. Es espacioso y confortable. 

Hoy tenía previsto un evento en Trujillo, al que mi amigo Demetrio Barquilla, me invitó. Por lo que emprendo la marcha aún de noche, provisto de frontal, aunque la línea blanca del arcén de carretera me permitía caminar sin dificultad, por lo que pasados cuatro kilómetros, el día acababa de despuntar, magnífica salida del astro rey abriéndose su estela entre las montañas aledañas con unas tonalidades rojas resplandecientes entre el oscuro y negro cielo. 

Asciendo la cuesta hasta Abertura, la puerta del camino de trashumancia, Cañada Real Leonesa Occidental, aparece una cruz de hierro sobre un cancho y un panel que indica su itinerario. Ya tengo ante mi la espléndida cañada, muy bien compactada, el
mejor firme hasta el cruce hacia Santa Cruz de la Sierra de todo este camino, que me ofrece la vista de la mole imponente de la Sierra de San Gregorio, y que siempre tendré en varios kilómetros. La gama de colores verdes ocupa mi campo de visión, entre chaparros y encinas con algunas enormes rocas apiladas y las fincas delimitadas con cercas de piedras y alambrada. Algunas vacas rumian sin cesar el abundante pasto que disponen. Camino pletórico y erguido disfrutando de este hermoso paraje que la naturaleza me brinda. 

Desde el cruce hacia Santa Cruz de la Sierra en suave ascenso ya predomina el barro y los charcos que se nutren del agua de los abundantes regueros. Es preciso extremar la prudencia para no resbalar, pero sin más paliativos, decido entrar en los charcos sin descalzarme, pues es imprevisible su ubicación. Algunos ciclistas y motoristas aprovechan para hacer sus piruetas, pues hoy es Domingo. Llego a la cima que me deja vislumbrar a lontananza la silueta en un batolito de la ciudad de Trujillo con su singular castillo, mi destino; que emerge y desaparece cada vez más enorme durante mi marcha. Llego al puente Romano del
río Magasca por donde el que fluye el chisporroteo del agua. 

Ya estoy próximo, pero me falta la prueba final el ascenso trepidante por el berrocal trujillano con enormes piedras dispuestas que imprimen una conjunción perfecta con árboles y maleza, todos ocupan su lugar en
la abigarrada naturaleza. 

Llego a la ermita de Santa Ana, abandonada y maltrecha, que implora una rehabilitación urgente, pues además, se ha convertido en un nido de mugrienta basura. Ya atisbo la ciudad de Trujillo encaramada en el cerro, una postal preciosa, si apartamos el silo y el
tendido eléctrico, que proporcionará la energía para la elaboración de diamantes.

Aprieto el paso y continuo hacia la plaza de toros en el barrio de La Piedad, en donde me dirijo por arcén de carretera a asistir a degustar unas migas que mi amigo Demetrio me ha obsequiado para compartir con
sus amigos, el grupo de senderismo Trujillo en Marcha, saludo a Inmaculada su presidenta y el gran fotógrafo de estampas de Trujillo Adolfo, ambos miembros de este Grupo. A propuesta de Inmaculada pronuncio unas breves palabras, para darme a conocer y también que sepan que existe el camino a Santiago por Trujillo. Me hago la foto de rigor con el grupo para constancia documental. Me alojo en un hotel que dispone de precio especial para los alojamientos peregrinos. Y ahora corresponde sumergirme entre sus calles y plazas para impregnarme de su misterio y arte.

19/02/2024
Trujillo 590 / Torrejon el Rubio 300
08:16:02  39.14 kms.

Ayer me dejé cautivar por el arte y la magia que rezuma Trujillo por todos sus recovecos. Pasear por sus calles de iglesias y casas palaciegas adornadas por enredaderas me trasladó este embrujo a la Edad Media. La iglesia de Santiago la decana de la ciudad, sin duda, debe de tener raigambre jacobea, pues tiene ornamentación de conchas peregrinas. El colofón es la Plaza Mayor con sus palacios y la iglesia de San Martín de estilo gótico medieval que junto a la enorme estatua ecuestre del conquistador trujillano Francisco Pizarro, constituyen el objetivo de las cámaras para plasmar la instantánea que logre tenerla de recuerdo. El repique de campanas de la Iglesia de San Martín dan la nota musical que trasciende su melodía en eco y las tenues luces de color amarillo evocan al suspiro. 

Asisto a la celebración de la misa que es cantada por un tenor y los acordes de un piano. 

Hoy tengo otra jornada de resistencia pues me dirijo a Torrejon el Rubio cubriendo la distancia próxima a los 40 kilómetros. Me calzo las sandalias y le doy un merecido descanso a las botas, pues el pie se expande y se airea mejor. Salgo a las 6 de la mañana, pues la línea blanca de la carretera me guía, portando el frontal que lo enciendo, cuando se acercan los escasos vehículos que aparecen. Elijo el arcén de carretera que dispone de escaso tráfico y la visibilidad es perfecta por las innumerables rectas. Aunque para el peregrino que lo prefiera también hay wikiloc por Vías Pecuarias siguiendo a mi amigo y senderista trujillano Demetrio BM, yo por mi forma de caminar prefiero el asfalto que me propulsa mejor que el terreno embarrado, con charcos y de firme irregular. A los que se animen a caminar este tramo, prepárense para disfrutar con el mayor bosque mediterráneo de la península ibérica por la extensa masa arbórea de encinas, que con el agua que ha caído, la tierra dispone de un manto verde de hierba. Cruzo dos ríos el Tozo y Almonte por el puente de la Barquilla, fluyendo gran caudal de agua, cuando otras veces estaban completamente secos. Una pradera se conforma en la ribera del río Almonte con árboles, dándole un matiz melancólico, donde impera la armonía. Unas bandadas de pájaros vuelan uniformados y pían con estrépito. 
 
Soy una minúscula gota que se cierne en la inmensa naturaleza que me aborda entre agua, tonos verdes y el cielo despejado. Solo
el bullicio de mis sonidos propicia alterar esta armonía.

Llego a mi destino en Torrejon el Rubio, pueblo turístico que se deja embaucar por el Parque Nacional de Monfrague, me alojo como otras veces en la casa rural La Cañada que dispone del equipamiento y la tranquilidad que el peregrino necesita para aposentar y recordar con deleite sus vivencias de este magnífico día.

21/02/2024
Villarreal de San Carlos 310 / Plasencia 370
05:09:18  24.50 kms.

Esta noche Villarreal de San Carlos ha estado a mi disposición, pues he sido la única persona que ha tenido el placer de dormir en el chozo del Parque Nacional de Monfrague, que dispone de climatizador y colchones. Están preparando las tiendas para celebrar el certamen de ornitología anual.

Salgo buscando el zigzagueante puerto de la Serrana en ascenso continuo, de repente y con sorpresa me aparecen algunos ciervos que dirigen sus orejas para agudizar más su oído, quedándose quietos y atónitos contemplándome a una distancia prudencial.
En el horizonte aparecen unas tonalidades rojas que tratan de abrirse en la oscuridad de la noche. Leo un cartel que lamenta temporalmente el acceso a los visitantes, pues ya va para dos años esta temporalidad, allá arriba están los repetidores cada vez más cerca y en la cima se vislumbran unas extensas dehesas con el pueblo de Malpartida de Plasencia como vigía. En el descenso extremo la cautela, pues algunos tramos son pedregosos y con elevada pendiente. Hay encinas que con copas verdosas y troncos robustos me cortejan en mi marcha, llego a la planicie de Venta Quemada, estando el agua presente con charcos que hay que sortear o pisar, el firme es excelente para caminar pues no está seco ni excesivamente húmedo, por lo que incremento el ritmo acompasado y erguido, amenizado por “la jaula de grillos y el televisor escacharrado”, hay un cartel en el que se lee cañada trujillana, llego al camino que va paralelo a la carretera flanqueado por retamas pegajosas, que en otros caminos me ofrecían su flor blanca, aunque puedo ir por carretera prefiero el camino que también es preciso extremar la prudencia por los charcos que se presentan en las hondonadas. Llego al camping de Monfrague, que por cierto ha variado su precio, ahora son 30€ por estancia cuando antes eran 20€. Me tomo un refrigerio de una refrescante cerveza con aperitivo de sepia, en el bar Habazas aledaño al camping en donde su dueño ya me conoce. Ya queda el arcén de carretera hasta la jacobea Plasencia, que la tienen abandonada en la senda de la Vía de la Plata que prefiere el solitario arco de Caparra a mitad de camino hasta Aldeanueva. Plasencia tuvo 4 hospitales de peregrinos, una iglesia eminentemente jacobea Santiago, conocida por El Cristo de las Batallas, la fuente del Alamillo y la torre gallonada de la catedral nueva. Entro por una zona industrial que me conduce hacia grandes almacenes, ya comienza el incesante bullicio del tráfico. Entro por la puerta de Trujillo, que custodia la  muralla y continuo en ascenso por la calle Trujillo hasta la Plaza Mayor, centro neurálgico de la ciudad, aquí queda el ayuntamiento con su abuelo Mayorga arriba, atizando a la campana cuando el
reloj marca las horas. Llego a mi destino el albergue de Santa Ana, llamo por teléfono a Melani su hospitalera que a través de un
código consigo la llave de la habitación, La puerta de Coria, que tiene un inquilino ausente que deja desparramado por la habitación sus credenciales, dos maletas, dos pares de zapatos y todos los utensilios y ropa desperdigada por la habitación. Llamo de nuevo a Melani, le comento el trasiego y opta por cambiarme de habitación La puerta de Talavera. Ya solo falta hacer las tareas del peregrino y “repostar gasolina”, que está el tanque vacío. Un suculento plato de garbanzos con su sacramento (la pringa), y
unas patatas guisadas con costillas y de postre la tarta de la casa. El restaurante por si alguien quiere tomar nota se llama Isla, quedarán muy satisfechos.