El hombre de Benquerencia
Benquerencia es un pueblo de la provincia de Badajoz por el que no pasa el Camino Mozárabe. De hecho no sé si pasará algún camino distinto del que conduzca hasta allí.
Nada más salir de Monterrubio de la Serena se divisa a lo lejos el típico pueblecito blanco de tejados rojos encaramado en la ladera de la sierra de Benquerencia, custodiado por un antiguo castillo cuya silueta se recorta en su cresta.
Su visión nos acompaña durante los aproximadamente 20 kilómetros que separan Monterrubio de Castuera; al noreste de inicio, al este a mitad de camino y al sureste en el tramo final. Inconscientemente se convierte en el monótono punto de referencia del día.
Según avanzo no puedo evitar imaginar la vida en aquel lejano pueblecito que ya forma parte de mi camino ¿Cómo serán sus gentes? ¿Qué historias habrán heredado? ¿Las contarán, o callarán?
El bucólico paisaje circundante combina extensiones ordenadas de olivar de la variedad cornezuelo, y verde dehesa salpimentada con desordenadas encinas y característicos pedroches, aisladas formaciones pétreas graníticas cuyas formas y equilibrios imposibles invitan a fantasear. Millones de florecillas amarillas y no tantas pequeñas margaritas ponen el toque de color. La banda sonora corre a cargo de innumerables pajarillos que entonan, cada cual por su cuenta, su particular allegro, en una tan caótica como perfecta sinfonía.
Siempre hay un "pero", y los quince kilómetros iniciales de asfalto se encargan de confirmarlo, aunque el tráfico es muy escaso y no interfiere.
Un coche de color gris enfila hacia mí tras virar en una carretera transversal. Enseguida se advierte su intención de detenerse y su único ocupante me observa con la clara intención de dirigirse hacia mí.
Si fuese buen fisonomista diría que el tiempo le ha tratado bien, aunque me veo incapaz de cuantificar ese tiempo ¿Cuarenta? ¿Cincuenta años? Tal vez sesenta. Creo que la dificultad estriba en su inocente mirada, casi infantil, brillante. La franca sonrisa enseña unos dientes blancos, naturales, y el pulcro afeitado no deja sombra que haga pensar que alguna vez pudo albergar bello. En su tez morena un par de rectilíneas arrugas han sido surcadas en su frente por el tiempo con la misma destreza con la que él debe arar los campos. Enfundado en un mono de trabajo azul, delicadamente planchado, y la presencia de una azada de mano en el asiento trasero, limpia y sin óxido, como cabía esperar, me hacen sacar esa conclusión y mantener mi ignorancia respecto a su edad.
Suelo mostrarme muy cordial, extrovertido y cercano con las personas que me encuentro en el Camino cuando peregrino. A veces creo que hasta debo parecer simpático e incluso divertido habida cuenta de las sonrisas y complicidad que cosecho como resultado. Es posible que me equivoque y resulte cargante, plasta, graciosillo sin serlo, o pedante, como ahora al escribir. Sea como sea no es algo forzado, el Camino obra su milagro y nos muestra nuestro verdadero ser. Confieso que fuera del Camino no encuentro esa facilidad y don de gentes, y quiero creer que el "yo" real es el peregrino, no el mundano ciudadano.
Poco de estas dotes tuve que emplear con el hombre de Benquerencia, pues de allí procedía según me hizo saber orgulloso, aunque realmente su afirmación no fue tal, limitándose a señalar y decir:
- De aquel pueblo que se ve en la montaña.
- Benquerencia -contesté-.
- !Y usted cómo lo sabe! - dijo incrédulo tras echarme un nuevo vistazo de arriba a abajo, sin borrar su sonrisa, eso sí.
-Pues ya ve, cosas del Camino. Me gusta conocer los sitios por donde paso y un poco de su Historia, para no perderme cosas y lugares que puedan ser interesantes.
- ¿Y es verdad que van ustedes por aquí hasta Galicia? Eso debe ser una cosa buena. Lo he pensado más de una vez al verles. ¿Dónde duermen, comen y esas cosas? Eso es lo que veo más difícil...¿No sé pierden, cómo saben por dónde tienen que ir?...y todo eso que llevan, aquí no hay de esas cosas...
El brillo creciente en sus ojos al escuchar mis respuestas reflejaba ilusión, perplejidad, envidia, sorpresa...tal que el brillo de esa mirada infantil que reconocí a primera vista. Un brillo que reconocí.
Al despedirnos, cordialmente y como amigos, me llevé conmigo la certeza de haber dialogado con uno de tantos que nunca realizarán su anhelo -sin saber nunca del todo que lo es- de volar, de seguir el canto de los pájaros allá donde te lleve, de cerrar una puerta y abrir otra: la del país de las maravillas; de hacerte uno con el Camino, contigo. De ser uno de esos locos que ve pasar caminando a lo lejos desde Benquerencia sin saber muy bien porqué lo hacen, pero anhelando, sin decirlo a nadie, seguir sus pasos.
Sigo avanzando hacia Castuera, ya por camino de tierra, no sin antes echar un último vistazo hacia atrás, a Benquerencia. Rememoro que apenas una hora antes fantaseaba sobre cómo serían sus gentes. Ahora sabía que viven allí unas 250 personas, que tiene tres pedanías, entre ellas Puerto Hurraco, de ingrato recuerdo, y que sin género de dudas todos tenemos un amigo allí, un peregrino que jamás caminó, a quien el brillo de su mirada delató.
Si alguna vez os lo encontráis camino de Castuera lo reconoceréis sin duda. Dadle la mano de Mocho y explicadle su significado, porque llegado el momento se hará merecedor, pero, para qué esperar a ese momento, si el brillo de su mirada le delata.
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Parece un pueblo muy hermoso, no se si merecerá la pena el desvío para conocerlo :)
Buen camino Peregrino.
Queda bastante a desmano, la verdad. Aunque es posible que desde Monterrubio pueda haber algún camino que lleve hasta allí, y de allí a Castuera, pero alargaría un poco la etapa. Eso sí, si hubiera posibilidad de hacerlo todo por camino no sería tan descabellado porque 15 km de asfalto pesan.
Gracias Indi por tu emotivo relato.
Es cierto ese sentimiento de como será la vida allí??? sus gentes??? muchas veces nos lo preguntamos y pocas veces tenemos tu fortuna en el encuentro, pero sí, no tan bien sentidamente relatado, pero conocer los paisanos y sus vivencias es uno de nuestros mayores premios.
Nuevamente gracias y buen camino.
Gracias, Manolo. La verdad es que no puedo evitar muchas veces divagar sobre cómo sería la vida en...
Bonito, Indi. Suele sorprender encontrar en otros las mismas inquietudes que a nosotros nos mueven. A veces percibes cierto tono admiración y te extraña porque no te consideras nada especial. Solo te has atrevido y, a pesar de todo, allá que vas. Cualquiera puede. Pero, a veces, como dices, a ese cualquiera le cuesta tanto despegar que nunca lo hará. Saludos.
Yo andaba algun kilometro por detras de Indi y tambien pare a charlar un rato con el paisano.
Buenos dias.
Buenos dias. Tambien usted es peregrino?
Si señor ( yo sabia que Indi andaba por delante mio y el "tambien" no me extraño )
Les ha de gustar mucho esto de ir a Santiago.
El brillo en los ojos del paisano mostraba claramente que Indi le habia inoculado el veneno., su efecto quiza no lo sepamos nunca pero la siguiente pregunta fue: Y por donde sigue el camino?..
Venga! El siguiente relato uno tuyo...impresiones del Camino Mozárabe por Trujillo, por ejemplo.
O tu incursión por Santa Cruz de la Sierra, que la próxima vez no me saltaré.
O, la huella romana en el Camino Mozárabe por Trujillo.
Ya te he dejado argumentos...a trabajar!
Muchas gracias por el relato Indi. Una de las cosas que más me gustan del Camino es conocer diferentes pueblos (que de otra manera dudo que lo pudiera hacer), cruzarme con los paisanos y recibir sus "Buen Camino" o a veces consejos e historias. Son pequeños momentos bonitos y agradables, así que tu historia me ha gustado mucho!
Buen Camino a ti y a todos los que estáis dando pasos ;)
Tambien es el momento de hablar de los olivos de secano y de regadio .
El hombre de Benquerencia me explicó porqué los olivos de la zona eran más pequeños y dejaban un solo tronco central, en comparación con los de Jaén, que les dejan hasta tres y cuatro y alcanzan dimensiones increíbles. Es por la tierra. Los olivos tienen que pugnar por conseguir el agua en una tierra que es mucho más dura y pedregosa. Por eso allí plantan cornezuelo, que se adapta mejor que la picual o la arbequina, por ejemplo. Dicen que el aceite es exquisito en la zona de Monterrubio. Ciertamente no vi regadío en aquellos Olivares.
Saludos!
Un relato merecedor de su eternidad en el Museo Gronze, Indi,... Muchas gracias !
Y que bien representa ese espíritu y educación que perdura en esos pueblitos y en sus caminos en los que pasar de largo de sus aldeanos sin decir un buenos días o un buenas tardes no está permitido sin llevarte un "de reojo",...
Recuerdo cómo en un pueblo familiar, sus habitantes,... abuelos, tíos, amigos y 'chaches' se saludaban incluso en la distancia con potentes casi monosílabos o frases muy cortas, ininteligibles para mí pero muy graciosos,,....
Ahora echo de menos esos pueblitos y aldeas, de esas de casas de doble puerta partida, y abiertas,... en las que un buenas tardes o un buenas noches se convierte en sus bancos y otros asientos improvisados en tertulias a la luz de las farolas y, como si te conocieran de siempre, quedas invitado a su casa a pasar fiestas, fines de semana y a la fiesta de la matanza y otras de guardar,....
De nuevo gracias !
¿Qué estamos haciendo tan mal para sustituir ese mundo por este? Para mí es incomprensible.
Gracias por tus palabras, EngelAbel.
Hola Amigo Indi.
La cosa que más mi gusta es eso que tú hicistes!!
Eso agrega valor y tinturas humanas locales a nuestras "paletas" de pinturas.
Saludos
Contenos más!
Abrazos
Hoy pase por el mismo sitio y me acordé de este hilo.
Lastima mi tendinitis sino seguro hubiera ido andando hasta allí.
Aquí se ve mejor el pueblo , mi cámara no es tan buena como la de Indi .
Pero la tuya ha captado todas esas flores que no estaban en la mía. Gracias por recordármelo... Buen Camino, David!
Qué buena historia, Indi.
Yo suelo ir periódicamente a Monterrubio de la Serena, en coche. Y siento envidia cuando hago el tramo Castuera-Puesrto Hurraco-Monterrubio, en que la carretera traza dos catetos, y deja como hipotenusa ese pedazo del Camino Mozarabe del que hablas aquí.
Me encantó el paso por Extremadura en el Mozárabe. Anímate alguna vez, ya sabes que en coche solo miras, pero caminando ves.
Gracias por recuperar el post, al leerlo la nostalgia regresa y mantiene la llama encendida.