Ideas peregrinas para un Camino desde Granada (II)
Esta mañana salimos de Alcalá la Real. Tierra de andaluces de Jaén. También tierra de aceituneros altivos, que decía Miguel Hernández. A los primeros y a los segundos los encontramos temprano en el Bar El Pireo, a la salida del pueblo, a pie de Camino, desayunando. No me dió la impresión que fueran altaneros. Puse un poco la oreja en sus conversaciones a voz en grito. Uno comentaba que le habían ofrecido una finca que parecía estupenda con sus sesenta fanegas de tierra, con su agua y su cortijo, pero que no podía ser. No se si eso será mucha tierra. Al borde del Camino luego vi en un cartel que vendían otra finca de setenta estacas. Esa métrica resulta incomprensible para alguien que, como yo, necesita la conversión de hectáreas a campos de fútbol para hacerse una idea de la superficie. En otro lado de la barra uno preguntaba si ya habían empezado a abonar unos olivos. Le dijeron que si, que echaban ***** (no es por evitar la publicidad sino que no entendí el nombre) y empezó una clase de química aplicada con mención de proporciones de nitrógeno, dosificación y otros datos técnicos. Más allá otro le pedía al camarero que le pusiera pan en un charco de aceite. El aceite te lo pongo yo -le contestó-. ¡Ponle aceite, que estamos en Jaén! Si, pero el aceite no es gratis y yo lo tengo que pagar. Le había respondido en confianza, rebosando complicidad. Cuando todos se marcharon el camarero se acordó de tomar nota de nuestro desayuno. Yo quiero tostadas con mantequilla. Me dijo que no tenía pero que podía ponerme manteca colora. Le pedí aceite de oliva, por supuesto.
Al marcharnos el atento camarero nos deseó buen Camino. El segundo desde que salimos de Granada. Ayer fue la primera vez. Una señora mayor que regresaban de la huerta en el lugar llamado la Cruz del Piojo. La mayúscula me hizo suponer que el tal Piojo debía haber sido alguien y que el nombre no se refería a algo. Independientemente del lugar, un buen Camino al dia me parece suficiente.
Cuando saliamos ayer de Moclin una niebla espesa había subido desde el fondo del valle. Era como si el rio que por allí abajo discurría hubiera decidido alcanzar los riscos donde se asentaba el castillo para ocultar el ascenso del nutrido ejército de olivos que, en apretadas filas, trepaban la ladera como si intentarán asaltar la fortaleza.
Más tarde el sol salió. Hizo refulgir el verde de las hojas de los olivos y su brillo, a ratos metálico, parecía la espuma de las olas en un mar de colinas onduladas. Ya no eran los belicosos árboles de la nubladas primeras horas del día. A sus pies las flechas que nos indicaban a nosotros el Camino se habían desparramado en una alfombra de flores … amarillas, naturalmente.
Hoy, en cambio, el sol no ha querido acompañarnos. Nuestra travesía a través del olivar, bajo el cielo plomizo, la siguieron los árboles observándonos con sus expresivos rostros esculpidos por el tiempo. Nosotros pasamos. Ellos, aferrados con sus manos nudosas a una tierra a veces blanca a veces roja, permanecen.
Muchas gracias y buenas noches.
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"Volverás a mi huerto y a mi higuera
Por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
De angelicales ceras y labores..."
Antes de navidades andaba aprendiendo la "Elegía a Ramón Sijé" de Miguel Hernández, pura destilación de verdad hispánica. Y luego es un gloria ir hilando esas palabras por los paisajes que uno camina, pura comunión del peregrinaje.
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Hola. Si que resulta gratificante rebuscar en la memoria como otros describieron con palabras sensacionales paisajes. Pero si el bagaje no alcanza para ello, mi memoria es perezosa para esos menesteres, resulta igual de gratificante solo contemplar y fijar la imagen. A veces si no salen palabras para describirlo igual se pone uno a tararear alguna melodía sin saber por qué.
Sabiendo que es posible, uno no imagina el Camino de Santiago entre olivos. Se acaban de ampliar mis ilusiones.
Pues ya te adelanto que el olivar no te lo acabas en un día. La cosa da para ilusionarse mucho.
Crónica de las de antes de un cronista de los de antes,... Papadopou,...
Debería estar en el Museo Gronze,...
Gracias, siempre tan entusiasta.
Que lindo Papadopou.
Saludos.
Esas "orejadas" en bares es muchísimo interessante.
Y tu es um poeta!
Quedo a esperar otra perla!
Buen Camino!
Gracias, Joao. Te aseguro que lo difícil es mantenerse ajeno a las conversaciones dado el tono que gastan los parroquianos. Saludos.
Se tiene que estar poniendo al camino mozarable precioso con estas ultimas lluvias, seguro que en pocos dias explosion primaveral.
La primavera está llegando, esta claro. Hoy ya vi alguna golondrina. Pero lo que van a traer las lluvias en lo inmediato es un barrizal en muchos puntos. Saludos.
Un placer leerte, Papadopou, tus palabras destilan poesía.
Gracias Montse. Yo estaba empezando a pensar que casi iban a destilar aceite. Pocas viñas por aquí para ir variando el monocultivo olivarero. Saludos.