El día 1 de junio comenzamos nuestro Camino de este año desde Oporto para hacer el Portugués por la Costa.

La distribución de las 13 etapas que habíamos preparado es la siguiente: Oporto- Labruge (25km)- Aguçadoura (21km)- Marinhas (18km)- Viana do Castelo (21km)- Caminha (28km)- Viladesouso (20km)- A Ramallosa (19km)- Vigo (21km)- Redondela (17km)- Pontevedra (20km)- Caldas de Reis (21km)- Padrón (19km)- Santiago de Compostela (25km).

Es un Camino “diferente” ya que el sol lo tenemos a nuestra derecha cuando estamos acostumbrados a que el sol nos de en la espalda o por el lado izquierdo. A ello hemos de añadirle que hemos ido hasta Pontevedra caminando prácticamente junto al mar a través de pasarelas de madera sobre las dunas protegidas la mayor parte del tiempo.

Hay que estar atentos a la salida de Oporto ya que las flechas amarillas nos llevan por el interior y si queremos empezar ya por la costa lo único que tenemos que hacer es “bajar” hasta la desembocadura del río y andar hacia el norte hasta Matosinhos, donde ya tenemos las flechas que, si las seguimos, nos llevarán a Santiago sin perdernos.

Si tenéis la suerte, como nosotros, de hacerlo con buen tiempo (nos llovió solo el día que llegamos a Vigo) es un Camino no muy exigente, ya que el perfil el bastante llano y las subidas, salvo un par de ellas, bastante llevaderas.

Los paisajes son, como todos los Caminos, de una belleza espectacular y a esto se le une poder disfrutar del mar, de sus atardeceres sublimes, de sus bosques paradisíacos, de la gastronomía local que va cambiando según vas “subiendo” hacia Galicia.

Sí que hay que tener en cuenta dos cosas que nos sorprenden respecto a los Caminos “españoles” y es que los albergues abren a las tres de la tarde y la costumbre en Portugal es comer a las una de la tarde (las cocinas de restaurantes cierran habitualmente a las tres), por lo que estaremos casi obligados a comer antes de poder ducharnos :-(

Es un Camino, al menos esta primera quincena de junio, con mucha más afluencia de peregrinos extranjeros que españoles y la mayoría de ellos con experiencia previa en otros Caminos con lo que la convivencia y la relación con ellos ha sido tanto fácil como gratificante.

Según nos vamos acercando a Santiago notamos que cada vez hay un mayor número por los caminos, con puntos clave como Viana do Castelo y, especialmente, Vigo para culminar en Redondela que, al unirse con el Camino Portugués Central ya empieza a masificarse y a abundar el peregrino con “mochilita” y a ver en los albergues “mochilas con etiqueta” ;-)

Con todo ello es un Camino recomendable donde, cuando llegas a Santiago has formado parte de un grupo de peregrinos con los que tienes una relación que va mucho más allá de compartir caminatas durante 13 días y que se convierten en personas cuyo recuerdo será difícil de olvidar y con las que no descartamos repetir algún nuevo Camino.

Así que ahora estamos ya echando de menos estar en el Camino y empezando a pensar en el siguiente...

¡¡¡Ultreia!!!