De entrada, reconozco que me cuesta escribir en este foro, seguramente porque soy un vago o algo tímido, no sé. Pero como esta es mi web de cabecera para todo lo relacionado con el Camino (muchas gracias a los que la hacen posible porque es una ayuda inestimable), creo que en algo tengo que colaborar ya que he recibido mucho de ella. De manera que os comento algunos de mis descubrimientos que me permiten ser más feliz en el Camino. Probablemente no le descubra nada a algunos, pero quizá le sirvan a alguien, y una de las cosas que me hacen feliz es ayudar en lo que pueda. Y si os parecen rarezas que no tienen sentido, pues con no probarlas, arreglado.

El primero es el uso de paraguas en contraposición a la capa. Me hice con un paraguas de golf del decarton por 20,00 € Diámetro: 123 cm; 
Altura: 96 cm, Peso: 580 g. Sé que es un poco pesado y aparatoso, pero se ha revelado como un cambio total. Antes me daba palo caminar con lluvia y ahora disfruto con ello. Es como ver llover desde el porche de casa. El sentimiento es de paz y alegría. Lo acompaño con pantalón de agua y polainas con botas con GTX, claro. Supongo que en tiempo caluroso lo tendré que llevar sólo con pantalón corto y ya me secaré piernas y pies. Para poder tener las dos manos libres he puesto en la correa de la mochila unas cuerdas elásticas con clips de sujección que me permiten llevarlo y dedicar las manos a los bordones (o a beber, o a lo que sea). En mi último Camino de finales de octubre y noviembre llovió fuerte sólo tres dias, uno en Navarra con viento lateral fuerte, otro en la riojilla burgalesa y el otro en casi toda la subida al Cebreiro y en todas esas ocasiones llegué seco y contento. Decir que no me esperaba su otra utilidad, pero un día de solana impenitente me lo puse y fué pasar de sufrir por el sol y el calor a caminar por la sombra con brisa. Antes, con lluvia y poncho, mojado por dentro y ahora seco. Un cambio total.

El segundo elemento es una banda de tela con unos auriculares planos ultrafinos que se conecta por bluetooth con el teléfono y que te permite escuchar ruido blanco o música donde antes oía a los roncadores de turno, o los ruidos de los tardanos o de los hipermadrugadores. Antes intenté usar todos los modelos disponibles de tapones de oídos, pero todos me molestaban mucho y se me salían en seguida. En concreto, el aparato que tengo se llama TP Focus y en Armazon puedes conseguirlo por unos 17,00€ aprox. Hay que cargarlo, pero dura de sobras para toda la noche y es muy cómodo. Quizás no funcione con algún super-roncador, que los hay, pero por ahora he podido descansar teniendo varios roncadores en las cercanías. Antes noches de cabreo y mal cuerpo y ahora relajacion y descanso.

El tercer elemento lo constituyen los dos bordones que uso para caminar. En mi primer Camino lo empecé con un bordón, por aquello de que si los antiguos caminantes lo llevaban por algo sería. Su logitud debería ser un poco superior a tu propia altura. Y lo encontré muy útil. Especialmente en los pasos complicados en los que es fácil caer o tropezar, contar con un apoyo extra marca la diferencia. Pero resultó que en las bajadas fuertes, tipo a Molinaseca o desde San Juan de la Peña, sirve para frenar la inercia y evitar presión sobre las rodillas, y no necesitas alargarlo o encogerlo como los bastones, sólo adaptas la altura de la mano. En las subidas sirve de impulsor, haciendo trabajar a los brazos y quitando trabajo a las piernas. Es un maravilloso ahuyenta perros. No les amenazas, simplemente les enseñas el bordón y se quedan a la altura de la punta, ladrando allí, en lugar de acercarse a tí. Lo de los dos bordones vino un día en que en una tienda ví otro de la misma altura que el mío y lo compré sin pensar. Luego probé que con dos a la vez, todas las utilidades del bordón único mejoraban al usar los dos. Puedes usarlos alternativos para mantener el equilibrio y los dos a la vez para frenar y empujar. Al empujar con los dos evitas fuerzas laterales y el efecto es mejor. La técnica es sencilla, aunque diferente de la de los bastones. Aquí das cuatro pasos cada vez que apoyas los bordones, pero lo cojes enseguida. Una maravilla. He probado bordones de caña y de bambú y funcionan bien y resultan incluso más ligeros que los bastones, pero siguo prefiriendo los más fuertes de madera. Lo único es que he tenido que recortarlos hasta la altura de la boca para poder usarlos con el paraguas que he mencionado antes, pero con esa longitud siguen funcionandp perfectamente.

Y ahora un bonus más tonto. Al agua de mis botellas les pongo unos trocitos de limón que hacen más apetecible el agua, porque como todo preregrino sabe, la buena hidratación es la base para evitar lesiones en el Camino. El mantra es "si tienes sed es que ya estás deshidratado". Y aunque no la tengas, bebe porque al hacer el movimiento repetitivo de andar, a nivel local, los músculos y tendones se van deshidratando aunque a nivel global no lo estés.

Saludos y buen Camino.