Papadopou
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Ideas peregrinas en un Camino desde Sevilla (III)

Cerca ya de Fuente de Cantos me preguntaba,  ¿dónde se fue la dehesa? 

El caso es que después de Monesterio el Camino discurría bajo la lluvia y entre los muretes de piedra que delimitaban las fincas y estas se sucedían y no parecían acabar. Los arroyos bajaban estruendosos con el agua caída la última noche. Bajo las encinas y los alcornoques las vacas pacían y los cochinos, que lucían diversos marchamos en las orejas para certificar su buena cuna y su mejor abolengo,  iban arriba y abajo comiendo bellotas, que sería eso supongo lo que encontraban por el suelo. Los árboles, bajo la fría luz que avisaba que seguiría lloviendo, se contorneaban dibujando onduladas figuras con sus ramas, como agradecidos por el agua recibida. Se habían adornado con una capa de musgos que lucían verdes brillantes tras el baño nocturno.

Y de pronto dejaron de estar ahí. Al llegar a lo alto de un cerro atisbo a lo lejos la población donde nació Zurbarán. Hasta donde me alcanza la vista ahora se extienden campos de cereal. El viento hace que las jóvenes espigas se cimbreen y su verde movimiento recuerda las olas del mar. Podría estar en el alto de Mostelares después de haber dejado atrás Castrojeriz.

Bajando veo interrumpido mi camino por el arroyo de Bodion que con las lluvias se ha envalentonado y ha decidido retar a los peregrinos intrépidos que quieran cruzar. Me lo estoy mirando con prevención cuando llega otro caminante. No duda, se descalza y, sin encomendarse a Dios ni al diablo, cruza valientemente -o inconscientemente, según se mire- con el agua a la altura de los muslos. Si él puede, yo también. Así que, sin atender al pudor o al decoro, me cambio de calzado y la parte inferior de la vestimenta. Parto en busca de la otra orilla y supero con éxito el obstáculo acuático. Nada más impedirá acabar la etapa y enfrentar la última dificultad del día, otra ducha sin agua caliente.

Al día siguiente amaneció más benévolo y no llovía. Eso permitió aparcar las dudas y afrontar sin mayor problema la ruta hasta Zafra.

Saliendo de Fuente Cantos coincidí con un paisano que paseaba un par de galgos. Le dije que hace días vi otro que lo hacía en bicicleta seguido de media docena de canes. El iba a un trozo (de tierra) que tenia cerca de allí, donde dejaba que los perros corrieran. Hay que ejercitarlos para que pillen las liebres. Me preguntó si iba hasta Galicia y como le dije que si, un mohín de incomprensión le cruzó por un momento el semblante. Parecía pensar que había gente que hacía cosas extrañas. Empezó hablándome de los perros y no se qué nuevas normas que impedían su crianza, de que allí se cazaba la liebre con galgos y de que el otro día en Madrid hubo una manifestación para protestar porque les quieren organizar la vida desde las ciudades. También me contó que trabajó muchos años en su pueblo en el sector del porcino y que, como ha visto de todo, sabía que la única forma de comer una buena chacina de confianza era criar el propio marrano. Ya, le respondí, pero eso no suele ser posible. El, en su trozo, lo hacía para su familia. Yo ya me había estado fijando durante el día anterior en que habíamos pasado junto a varias granjas en las que los cerdos no vivían en las mismas condiciones, ni de lejos, que sus congéneres de la dehesa.

Zafra proporcionó un agradable paseo urbano con sus callejas y plazas con rincones encantadores. Al salir por la mañana encuentro una simpática churrería y la encargada al verme me pregunta: ¿usted ca haciendo el Camino de Santiago? Lo habrá adivinado por la mochila, las botas, el bastón. Hombre  podía ir usted a buscar espárragos. Claro, o caracoles tras el aguacero. Eso no porque están protegidos y si te pillan los guardias multa al canto. Me quedé con la cara a cuadros. Y encima que hay poco trabajo y que con los cuatrocientos euros que te puedan dar del subsidio encima ni te dejan coger nada del campo. Mientras me comía los churros enfrente, apoyado sobre el pilón de la fuente de San Benito, pensé que la señora, que llevaba diez años regentando su kiosco y preparando los churros a sus vecinos, probablemente expresaba un estado de opinión bastante extendido.

La ruta de hoy ha transcurrido entre tierras de labor. Ahora unos olivos, luego almendros, alguna parcela de verde cereal que aquí todavía no había espigado y campos de viñas. Estas todavía dormían el largo sueño invernal aunque algunas cepas, sorprendentemente habían empezado a brotar. Como si una ráfaga de aire las hubiera despertado a destiempo y no pudieran volver a conciliar el sueño. Alli a la derecha un rebaño de ovejas que no se si iban o volvían. También volví a encontrar algunos venerables olivos que debían tener más años que el camino que custodiaban.

La lluvia volvió a caer antes de Villafranca de los Barros. Mal nombre otra un día lluvioso. La tierra rojiza se regocijaba con el agua que caía y ambas se fundían en un abrazo viscoso esperando atrapar a los caminantes en medio de la senda. Hoy llegué sin novedad. Mañana Dios dirá.

Muchas gracias y buenas noches.

MontseP
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Hola Papadopou, es sorprendente cómo cambia el mismo recorrido según cuando lo haces. Yo tengo un recuerdo de sol y calor de un mayo florido. Ese riachuelo que pasaste con agua hasta los muslos lo pasé yo con un sencillo chapoteo cercano a los tobillos.

Tienes un don especial en la descripción de los paisajes y los paisanos. Da gusto leerte. Ya me tienes enganchada

Papadopou
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Gracias, Montse. El paisaje va cambiando con las estaciones. En la ciudad perdemos de vista esa variación porque todo suele ser bastante gris. Aquí los campos están verdeando y las primeras flores los salpican y las hay muy bonitas. La primavera lo va a hacer despertar todo en breve. Saludos.

JSMartos
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No dejes de contarnos tus andanzas, Papadopou, que leerte (e imaginarte) se está convirtiendo en un auténtico placer. 

¡¡¡Ultreia!!!

Papadopou
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Gracias JSMartos, un placer para mí también  Saludos.

EngelAbel
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Papadopou,... Éstas crónicas merecen estar en el Museo Gronze,.... Menudo Camino te estás marcando, y menudos paisajes se te van a quedar en el recuerdo,... Muchas gracias por dedicar tu tiempo,.... No es fácil, nada fácil escribir y describir como lo haces,... Así que dobles gracias porque haces que vemos en tu retina cuánto entra através de tu iris,... Y por compartir,... parecerse, reflexiones y encuentros,...

Un gran abrazo y muy, muy buen Camino,...

Papadopou
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No hay de qué, EngelAbel. Ya sabes, quid pro cuo. Como no tengo mucha compañía les explico estas cosas a quien esté dispuesto a aguantarme un rato. Saludos.

Indi
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Extremadura es un termómetro perfecto para tomar la temperatura a cómo está el patio. Los que se hinchan a hablar en las bancadas bien remuneradas no tienen ni papa idea de lo que se tiene que hacer para no mandar a todo el campo español, sus gentes, sus pueblos, sus perros y sus cerdos, vacas y ovejas al fondo del abismo. Ya solo falta un pequeño empujón. 

Lo malo es que detrás iremos todos, y las culpas al sumsum corda.

Sigue disfrutando de tu Camino, Papadopou, y tomando el pulso al panorama, que ahí es donde se ve la realidad, y pinta desolador. Menos mal que la lluvia es apolítica y cae cuando le da la gana. 

Papadopou
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Hoja Indi. Yo creo que ya que pasamos por aquí al menos intentar conocer todo lo que nos muestre tanto el terruño como las gentes que lo habitan. Si es solo un buenos días al pasar, pues eso. Si es unos minutos de conversación en un breve trayecto compartido, intentaré escuchar. Es cierto que se oyen muchas quejas. En los desayunos en el bar del pueblo siempre se aprende mucho, aunque siempre me dijeron que estaba mal escuchar las conversaciones ajenas. Saludos.

Ma Teresa
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Gracias por compartir tus vivencias en el Camino. Nos llenan de alegria y porque no, de una cierta añoranza mientras esperamos que llegue nuestro momento también. Es cierto que como peregrinos y andando de pueblo en pueblo nos permite tener una visión bastante más cercana de la situación, el ánimo de las personas que allí (todavía) residen  y el ambiente de esa parte de España. Gran riqueza cultural e inmensa historia, pero muy desconocidos para una gran mayoria. Y desatendidos. Ya quedan pocos niños jugando en las calles...... Para mi Extremadura fue un gran descubrimiento. 

PS: se te encuentra a faltar en el Trivial.....

Abrazo y sigue contando por favor!! 

Papadopou
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Gracias MaTeresa. En el trivial me aparqué en Astorga que siempre me pareció buen sitio para pasar una temporada. Saludos.

Antonio Fernandez
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Casi voy pisándote los talones, hoy he llegado a Monesterio.  Estoy tomando como referencia tus relatos que asombrosamente coinciden con la realidad que me voy encontrando pero adornada maravillosamente con el lenguaje poético que tan bien usas. 

Estoy muy pendiente de las dificultades que estás teniendo en los cruces de corrientes de agua, y que has afrontado con mucho humor. Muy probable será que también yo me las encuentro y espero hacer lo mismo.

De nuevo, muchas gracias y adelante. Un abrazo peregrino para tí.

Papadopou
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Hola Antonio. Me alegra oír que sigues ahí detrás. Probablemente si el tiempo mejora no tendrás problemas con los arroyos. Si tienes dudas pregunta en los pueblos que son los que mejor conocen el terreno. Por las mañanas si desayunas temprano en los bares podrás encontrar a quienes van a las fincas a trabajar y pueden indicarte posibles dificultades. También puedes preguntar en los albergues de la siguiente etapa para preguntar como les fue a los que llegaron ese día. Pero si deja de llover el barro hasta hoy ha resultado bastante llevadero. Saludos y Buen Camino.

Indi
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Buen Camino, Antonio! A ver si Papadopou te deja alguna cerveza pagada por el camino además de charcos. Un entretenimiento de mi último Camino por allí cerca era ir viendo las huellas en el barro del/los peregrino/s que iban por delante. Algunas serán de él laugh

Papadopou
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Calzo un 46, por si te sirve de pista.wink

José Antonio Gi...
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Te aparecerán buenas ofertas de zapatillas laugh

Buen Camino.

Antonio Fernandez
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Estimados Papadopou e Indi. Os agradezco mucho vuestros sabios consejos. Es un placer contaros que, antes de salir, esta mañana consulté en la oficina de turismo de Monesterio si existía alguna posibilidad de eludir al temido Arroyo del Bodión. Me dijeron que 2 km antes había una desviación paralela al Camino que se unía a él al llegar a Fuente de Cantos, y así ha sido. Al llegar al punto indicado he coincidído con dos peregrinas  holandesas que conocí  en la etapa del día anterior y que se disponían a hacer lo mismo. Alguna flecha amarilla nos ha confirmado después que seguíamos el buen camino (nunca mejor dicho). Hemos disfrutado la etapa y sobre todo llegado a Fuente de Cantos sin rastro de agua en la ropa, porque además no nos ha llovido en toda la mañana.

Sigamos cada día caminando. Un abrazo peregrino para vosotros 

Indi
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Muchas veces nuestro radio de acción se circunscribe al Camino trazado y hasta donde alcanza nuestra vista. Esa percepción llega a ser tan integradora que creemos que solo el Camino que tenemos ante nosotros es el que conduce a Roma. No nos planteamos siquiera que muy próximo a nosotros a buen seguro hay otro camino, carretera, sendero, que conducirá tarde o temprano a nuestro mismo destino. A buen seguro algún pueblo, con su bar o fuente, sombra o cobijo, se oculta de nuestra vista cuando más falta nos haría. Ninguna flecha conduce a ellos, quedando descartada cualquier posibilidad de su hallazgo. Haciéndonos creer que estamos casi solos en el mundo, lejos de todo y de todos.

Tal vez sí somos conscientes de ello, sobre todo si es visible o audible, pero como si de un sacrilegio se tratara desechamos de inmediato su canto de sirenas y sube que sube, baja que baja, chapotea, húndete en el barro,  pero no te salgas del Camino. Como si hacerlo supusiera una derrota, un extravío seguro o un pecado mortal.

Te felicito por enfrentarte a la difícil decisión de dejar las flechas para explorar una salida airosa, para nada humillante, que confirma que todos los caminos conducen a Roma...y si es sano y salvo, y seco, mucho mejor.

Buen Camino!