Crucero de Santo Toribio, de camino a Astorga
Cinco kilómetros antes de llegar a Astorga pasamos junto al Crucero de Santo Toribio, excelente mirador de la ciudad espiscopal y, más allá, de los Montes de León. Cuenta la leyenda que en este lugar se detuvo Santo Toribio y, mirando su ciudad por última vez, dijo, sucudiéndose las sandalias, "de Astorga, ni el polvo". Más tarde la ciudad lo nombró su patrón.