El Camino de Santiago nació con vocación internacional; en la Edad Media la inmensa mayoría de los peregrinos procedían de más allá de los Pirineos, del interior de Europa, y a su paso por Francia establecieron cuatro rutas principales, recuperadas ahora como caminos de Gran Recorrido. Francia siempre se ha sentido vinculada a la peregrinación a Compostela; no es casualidad que la primera asociación moderna de peregrinos, fundada en 1950, fuera la Sociedad de Amigos del Camino de París. Presentamos aquí las cuatro rutas medievales, sumándole el Camino del Piamonte.