Albergue de peregrinos de Fisterra - Comentarios

Los peregrinos caminamos todos los días, me enteré que era sábado al llegar a Finisterre. Poco espíritu de acogida. Gerentes de la Xunta háganselo mirar.

La filosofía de los hospitales de peregrinos era acoger a los caminantes. Hospitalidad, tiene la misma raíz semántica: es decir un albergue ha de ser hospitalario. Veníamos de Corcubión dondo nos acogió la asociación de amigos del camino en un albergue y con un trato cálido y acogedor. Llegas a Fisterra, fin del camino y te encuentras lo que Marc Augé llama un "NO LUGAR", un sitio deshumanizado, impersonal, anónimo. El contraste es brutal. El sitio no permite el más mínimo intercambio humano con otros peregrinos, ya que las zonas comunes solo abren de 2 a 8 de la tarde. Los fines de semana no abre, ni incluso en temporada alta. No puedes ni cenar ni desayunar. Tampoco puedes lavar, no hay lavadero. La señora que nos atiende sufre, por un lado, la desatención del Concello (responsable de la gestión del albergue por delegación de la Xunta) y, por otro, la frustración y el enfado de los usuarios por las limitaciones de usos y horarios. Ello se traduce en un trato hostil al peregrino que acaban por dibujar un cuadro penoso. Sin embargo, estamos hablando de la gestión de recursos públicos. Animo por ello a manifestar todas las quejas que sean necesarias para que este albergue pueda seguir la misma línea de funcionamiento que el resto de los centros. Fisterra está llena de albergues privados, compensa pagar 6 € más por un privado, yo me lo ahorré en desayuno y cena.