Hotel Vilaseco - Comentarios

Un Hotel de classe à un prix pèlerin! un oasis de paix et de tranquillité dans un décor moderne avec une vue magnifique sur la campagne, un accueil très chaleureux, une nourriture EXCEPTIONNELLE vraiment, une expérience unique sur le Camino. Je le recommande fortement.

Es un hotel fantástico. Hay que curiosear un poco para comprobarlo, pero enseguida salta a la vista. Las instalaciones del albergue para peregrinos son sensacionales y cómodas (buena cama, no litera, con sus sabanas y su edredón, toallas). Tal vez podrían haber resuelto de otra forma las duchas porque solo con el uso normal se deja mucha agua por todas partes y, al compartir espacio con los inodoros, si la afluencia es numerosa tienen asegurado mucho trabajo de limpieza para mantener todo en orden. Manuel, el propietario, te acompaña en el restaurante y resulta muy locuaz en su conversación. Nosotros habíamos comido en Chantada y no teníamos demasiada hambre a la hora de cenar. Aún así hicimos los honores a una tortilla de patatas. No hubo chupitos pero la charla animó la sobremesa hasta que se impuso el cansancio. Lástima que del televisor, sin haber pedido que lo encendieran, fueran brotando las habituales malas noticias en una sala en la que estábamos nosotros solos. A la mañana siguiente el desayuno aunque es correcto resulta algo decepcionante, a pesar del zumo natural, ante las expectativas que uno se crea en un establecimiento con tantos detalles elegantes.

O como terminar muy bien aquello que empieza raro. Lo que comenzó gris, seco y lluvioso (primera impresión del hotel y del personal) acabó casi en fiesta peregrina típica de albergue de raza, con el jefe a la cabeza. Magníficas instalaciones de la zona albergue, magnífica tortilla de patatas y magníficos vino y chupitos. Sitio atípico para nosotros tal vez a primera vista, pero buena experiencia general. Perfecto para disfrutar al día siguiente de una placentera y disfrutona bajada y subida de Belesar.

Aunque el precio no está actualizado (Cobran 20 euros), el trato, la limpieza, la comida y las instalaciones son de lo mejor.

Este lugar es perfecto para descansar y recargar las pilas. Es un hotel nuevo y al estar en el campo la tranquilidad esta asegurada y las vistas son magnificas. Ofrecen menu del peregrino y desayuno. Si alguien quiere darse un pequeño lujo las habitaciones son impresionantes. Además tiene piscina, y la hospitalidad de Manuel inmejorable. Y todo esto por un precio mucho menor de lo que vale.