
A Armenteira
Notas destacadas
No os perdáis un merecido descanso en la terraza del bar O Comercio, donde sirven unos superbocadillos que llegan para dos personas. Frente a ella, en A Fonte sirven raciones y comidas caseras. |
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El alojamiento puede resultar problemático por la escasez de plazas del albergue, que en invierno cierra dos meses y medio. La alternativa puede ser la hospedería monástica de las monjas, aunque sus precios no son para peregrinos, y en temporada alta suele estar llena. |
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La leyenda relata que el abad San Ero de Armenteira —como Virila en el monasterio navarro de Leire— pasó 300 años escuchando en el bosque, junto a una fuente, el canto de un pajarillo; al regresar a la casa nadie lo reconocía. Aprendió, así, que la eternidad no puede ser aburrida. El texto aparece en la cantiga CIII de Santa María, de Alfonso X el Sabio: “Tanto placer le daba oír aquel cantar, que hasta trescientos años así se estuvo, o más, cuan si tan solo un rato allí fuera a pasar”. ¡Cuidado con los cantos de los pajarillos…! |
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El monasterio de Santa María, fundado a mediados del siglo XII, sobresale por su iglesia de tres naves, arquetipo de la sobriedad bernarda (bello rosetón y cúpula de raigambre mudéjar en el crucero), y posee un claustro del siglo XVI con bóvedas estrelladas. |
Fotos de A Armenteira
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