Baiona

Conocida en la Edad Media como Erizana, la villa de Baiona era un punto estratégico para el comercio y la defensa de la ría de Vigo; la mejor muestra de su importancia es la fortaleza de Monterreal, construida entre los siglos XI y XVII, que ahora alberga un Parador nacional. En 1493 arribó al puerto de Baiona la carabela Pinta tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, y en homenaje a esta gesta se ha instalado en la dársena deportiva una réplica de dicha nave que puede visitarse. Los mayores atractivos de la villa son su paseo marítimo, con viviendas burguesas con galerías acristaladas, y el casco medieval de calles estrechas y placitas empedradas, donde podemos ver el convento de las dominicas (s. XVI), el antiguo hospital del Santo Espíritu (s. XVII), el ayuntamiento (1759) o el palacio de Lope de Mendoza (1769). En el recorrido del camino podemos visitar también la capilla de Santa Liberata, en estilo barroco y erigida en honor de la mártir crucificada y sus ocho hermanas gemelas, así como la cercana iglesia –y excolegiata– de la Anunciada, que mezcla elementos románicos y góticos. También veremos, ya a la salida de la localidad, el cruceiro de la Trinidad, gótico del s. XV y provisto de un gran sombrerete o baldaquino de piedra.