Oia

El monasterio de Santa María de Oia fue fundado en 1137. En el año 1185 se adhirió a la comunidad del Císter, durante la expansión de la misma, siendo el único cenobio que dicha orden tenía al borde del mar. Su situación favorecía la defensa de la costa ante las incursiones de naves enemigas, lo que hizo que los monjes asumieran a menudo funciones de soldados, como sucedió en el ataque turco de 1624, en que gracias a la artillería del monasterio se puso en fuga a cinco bajeles enemigos; tras dicha gesta Felipe IV concedería al convento el título de de Real Monasterio. El conjunto monacal fue reedificado en los siglos XVI y XVIII con la modificación de las fachadas y la incorporación de un claustro. Después de la desamortización pasó a manos privadas, y desde hace años está cerrado y con apariencia abandonada, si bien existe un proyecto de convertir el edificio en un hotel de talasoterapia, que por ahora no ha recibido el visto bueno de la administración.