Citerna
Notas destacadas
Especial interés reviste visitar la Citerna sotterranea (bajo tierra), compuesta por un mundo horadado en la roca para acoger graneros (bajo el Comune está la abovedada Sala degli Ammassi) y, por supuesto, cisternas (han aparecido siete). Organizan la visita desde la Oficina de Turismo. |
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Comer en un pueblo tan turístico puede salir caro. La opción más recurrente es La Cisterna, al pie de la torre del reloj, que además de unas tapas muy sabrosas prepara paninis; también dispone de una pequeña tienda. |
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Si os decimos que en os podéis hospedar en el monasterio del Santissimo Crocifisso e Santa Maria, el nombre ya resulta sugerente, pero aún lo es más la acogida de las madres benedictinas, que nos invitan a participar en sus rezos. |
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Su borgo murado, cuyo nombre alude a los aljibes existentes en la fortaleza, forma parte de los más bellos de Italia. Desde su posición domina el alto valle del Tevere, en el confín umbro y con la toscana Sansepolcro en el horizonte; todo ello se puede contemplar desde su camminamento medievale y el parque y paseo del Belvedere. La muralla, y gran parte de los edificios, hubieron de ser rehechos tras la destrucción causada por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. |
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La iglesia de San Michele Arcangelo es una joyita: su campana data de 1269 y el interior, además de obras del taller della Robbia, acoge una Crucifixión del Pomarancio. A sus pies se alza la torre Cívica, del s. XVI. En el templo de San Francesco, recientemente se ha identificado una Madonna en terracota de Donatello, circunstancia que ha multiplicado las visitas al pueblo (más info: www.donatelloaciterna.it). |
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Antes de abandonar Umbria será bueno probar, si aún no lo hemos hecho, el vinsanto, máxime en una localidad que presume de producir el mejor de la región. Se trata de un vino dulce muy especial, ya que proviene de cepas viejas de Malvasía, Trebbiano y otras variedades. Las uvas, que tradicionalmente eran secadas sobre un lecho de paja, ya pasificadas pasan a vinificarse, al menos tres años, en una barrica donde permanece la madre. |