Città di Castello
Notas destacadas
La asociación Le Rose di Gerico (Via XI Settembre, 20b, telf. +39 347 781 3671, +39 334 729 4218) informa a los peregrinos de lo que necesiten saber sobre la Vía di Francesco en la comarca. También colabora en la gestión del albergue de Santa Cecilia. |
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Las Termas de Fontecchio se sitúan a 3 km del centro, pero solo a 1,3 km del camino en su llegada a la ciudad. Por el momento están en obras. |
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Para comer realmente barato, en un ambiente juvenil, junto a la catedral está la Pizzeria La Agricola (Via Venanzio Gabriotti, 5). Si prefieres la pizza napolitana, tu lugar es Gennarì (Viale Vittorio Veneto, 16B), muy popular. A base de tapas, en las animadas terrazas de la Piazza del Garigliano. |
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La catedral de los santos Florido e Amancio es una auténtica caja de sorpresas. Al exterior perdura una curiosa torre circular románica del s. XI, denominada «la bella». Dentro, la iglesia inferior de dos naves acoge las reliquias de los santos titulares y, atención, ¡un hueso del dragón, símbolo del paganismo, que mató San Crescenziano en Saddi!, acaso una costilla de mamut. |
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Otros monumentos reseñables son la iglesia de Santa Maria Maggiore (s. XV), con frescos de la escuela del Perugino; los templos conventuales de San Francesco (s. XIII), de exterior gótico e interior barroco, con la capilla Vitelli de Giorgio Vasari, y San Domenico (s. XIV), cuyo claustro es barroco; los palacios góticos dei Priori (s. XIV) y el Podestà (1368 y s. XVII), la torre cívica del s. XIII, y un sinfín de calles y plazas con su palacios, sobre todo del Renacimiento y el Barroco. Se mantiene en pie, asimismo, gran parte de la muralla de la Edad Moderna. |
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El único jardín del casco antiguo merecedor de tan nombre es el del Cassero, que ocupa un baluarte de la muralla. Tiene un encanto especial, ciertamente decadente, con sus viejos árboles, parterres geométricos y la estatua de Vittorio Emanuele II en el centro, con el medallón de su hijo Umberto I en el podio. De otra época. |
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La colección creada por el pintor y escultor abstracto Alberto Burri, natural de la ciudad, es un orgullo local. En su fundación, con sede en el Palazzo Albizzini y en unos antiguos secaderos de tabaco, se pueden contemplar algunas de sus obras más representativas, algunas ciertamente sorprendentes. Más info: www.fondazioneburri.org |
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Se coma lo que se coma, especialmente pasta o carne, aquí el mérito indiscutible parece ser de la trufa (tartufo), tal es el vínculo de esta ciudad con el preciado hongo. Sin embargo, el plato más reconocido es la humilde bagiana, una menestra de habas, tomate y albahaca que se acoompaña con tigella, una pequeña focaccia. |