Desde el duomo recorremos el casco antiguo por las plazas Aranci y Mercurio. En la segunda, doblando la esquina del Palazzo Nizza, se toma la Via Piastronata, en cuesta y con escaleras en el centro, hasta la iglesia del Carmine. Bajo un paso abovedado se siguen estrechos caminos por la parte alta de la ciudad, al pie del castillo Malaspina. Infelizmente, más pronto que tarde el paseo concluye sin remedio en la Aurelia (SS1).
Por tan agresiva carretera, con sus aceras ocupadas por vehículos aparcados, por un entorno degradado de barriada llegamos a Turano, con un pequeño parque junto a su iglesia de San Domenico.
El infierno se prolonga tras superar el Canalmagro y bordear el hospital del Cuore, en este tramo sin ni siquiera arcén. Por fortuna, pronto vamos a la izquierda junto a la placa de mármol con un peregrino en relieve, adentrándonos en Montignoso junto a la bodega Montepepe. Con muchos servicios por el centro del pueblo, remontamos el torrente Montignoso hasta la iglesia de Santa Maria della Rossa.