Papadopou
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Ideas peregrinas para un Camino de invierno en  otoño III.

Hemos tardado dos jornadas en atravesar Valdeorras. Del Puente con el que pasamos desde el Bierzo, al Barco y luego a Rua. Por cierto, quién sería el tal Domingo Flórez, que dejó su impronta en la toponimia de ese pueblo para los restos. Hay puentes que basta saber donde están, como el de Alcántara, el de Brooklyn o el puente sobre el rio Kwai.  Este puente sobre el Sil parece que lleva el nombre de quien lo mandó edificar. Hoy podría haber sido el Puente de Florentino Pérez si lo hubiera construido ACS. Probablemente hoy, como entonces el paso también estaría sujeto a pontazgo porque hay cosas que nunca cambian. Actualmente la localidad tiene tres puentes y para resaltar la importancia de este hecho el trazado oficial del Camino te hace cruzar los tres. Innecesariamente, porque cuando has pasado los dos primeros vuelves a estar en la misma orilla que estabas. Ante semejante despropósito abandoné el trazado señalado por la ortodoxia y tomé un atajo por una de las calles del pueblo. ¡Este Camino me llevará a la perdición!

Cuando desayunábamos en O Barco nos ofrecieron:”¿Unas gótiñas?, ¡Para el café!”. Agracecido, pero no acepté por lo temprano de la hora y porque no soy muy aficionado. Pero al salir vi que el cielo tenía otros planes y las gotiñas empezaban

a caer débilmente. La nubes habían decidido acompañar nuestros pasos tras varios días radiantes. Las viñas no lucirían encendidas pero la luz tamizada saturaría los colores dejando a la vista toda la paleta desde el amarillo al rojo más intenso y dibujando caprichosos dibujos en las hojas.

El Camino ha ido coincidiendo con el recorrido de la ruta que trazaron los romanos aprovechando el recorrido del Sil.  Construyeron calzadas que, como estiletes, abrían los valles para acceder a los lugares donde se encontraba ese oro que tanto ansiaban y, cuando llegaban, desmontaban las montañas y nada volvía a ser igual. Todo por la pasta. Por los denarios más bien, que la pasta todavía no había sido inventada (o tal vez si, en algún lejano lugar). Me entraban ganas de probar a meter las manos entre las piedras para ver si conseguía  algo del codiciado metal. Pero ya no queda oro para extraer. Solo piedra, negra, pizarra. Mucha pizarra con la que actualmente se ganan la vida muchos por aquí, haciendo con ella hasta los hitos del Camino, que aquí son de piedra oscura.

Pizarra… y vino. En Valdeorras, como también hacen más al norte, en El Bierzo, embotellan el sol que los calienta. El dios del vino aquí no es Baco, es Godello. No queda oro, pero las uvas doradas demuestran tras cada vendimia que no todo lo que reluce ha de ser necesariamente oro. Ni falta que hace.

El nombre del Valdeorras dicen que alude a un supuesto valle del oro, pero según sugieren los que entienden, no hay tal. Más bien parece que se refiere al pueblo que vivía aquí antes que llegaran los romanos y que, con el tiempo, se volvió más romano que los de la península itálica. Junto a la iglesia de Santo Estebo, en A Rua, hay una lápida, supongo que funeraria, en todo caso conmemorativa, de un individuo originario de la comarca que ostentó un puesto destacado en la guardia pretoriana del emperador de turno, lo cual no debía ser moco de pavo. Algunos de esos prerromanos no fueron más papistas que el Papa porque entonces aún no lo había, pero romanizarse se romanizaron como el que más.

Ahora, mientras contemplo caer la lluvia en A Rua, recorro el camino inverso y ofrezco libaciones del vino de esta tierra a la divinidad correspondiente para que mañana el Camino nos sea propicio.

Muchas gracias y buenas noches.  Ultreia!

 

EngelAbel
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Muchas gracias a ti Papadopou. Para que completes tu bitácora y tu curiosidad, te dejo esto que he encontrado"

«Desde el primer tercio del siglo XIII la localidad de El Puente de Domingo Flórez adquiere este nombre gracias a la construcción de un pequeño puente sobre las aguas del río Cabrera a su paso por el medio del pueblo. Toda la comarca de El Bierzo y Valdeorras estaba gobernada por la congregación de los Flórez durante unos cientos de años.

Esta región en concreto estaba regida por Rodrigo Flórez, en la cual y en dicha localidad el matrimonio Domingo Flórez vendían cosechas y heredades en la región, por ello necesitaban moverse a ambos lados del río Cabrera, así que uno de los Flórez mandó construir el puente para facilitar dichas ventas por el contorno. Y como era una tradición en aquella época el pueblo adoptó el nombre de sus regidores, los Flórez, en concreto el del Señor Domingo Flórez, de ahí proviene la cabecera y los apellidos del pueblo, El Puente de Domingo Flórez.»

https://lafueyacabreiresa.com/el-puente-de-domingo-florez-con-el-o-sin-el

Papadopou
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Gracias EngelAbel . Tu apunte me ha permitido ver (ahora) que los dos puentes de Puente Domingo Florez no cruzan el Sil sino el Cabrera. Ni me percate el otro día. Solo crucé el Sil al pasar a Quereño. No se en que andaría pensando. Bueno, un poco si. Gracias de nuevo.

Indi
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De las tres ideas peregrinas me quedo con esta. A lo mejor es porque me pilla en un momento más receptivo, no lo sé.

Tu tiempo te llevará dedicarnos tus reflexiones, y es de agradecer, porque lo valen. 

Bonum iter!!

Papadopou
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Gracias. Alguna ventaja tiene acortar etapas. A falta de peregrinos para 'petar la xerrada'  que decimos en mi tierra, os lo explico  a vosotros. Saludos.

 

SandraCamina
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Buenos días y Buen Camino Papadopou

Me encanta leerte, sigue por favor, que estas cosas hacen el tiempo frente al ordenador más ameno laugh

Te entiendo perfectamente cuando dices “¡Este Camino me llevará a la perdición!“.

En mi caso y, dependiendo del momento del día, pensaba: “Si la flecha me indica por ahí, será por algo, así que por donde vaya la flecha, aunque no tenga ningun sentido” y seguía el camino marcado a pies juntillas; pero reconozco que, en otros momentos y, sobretodo cuando estaba cansada “la flecha esta me da un volteo innecesario, no tiene ningún sentido y no la sigo. He dicho!” y así hacía, no sin quedarme con una ligera sensación de haber incumplido las normas, jajaja!

Ánimo y pa'lante Peregrino en Compañía!

Papadopou
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Gracias, Sandra. Estoy encantado de poder devolverte un poco de lo que tu me diste mientras nos explicabas tu propia experiencia.

Además hoy, es decir ayer, me acordé de ti porque coincidimos con una peregrina canadiense que andaba sola desde principios de septiembre. Empezó en El Port de la Selva y pretende acabar en Fisterra y Muxia. Paso por Montserrat, Sant Juan de la Peña, Puente la Reina ... y en Ponferrada se desvio por aquí. Nos adelantó como una exhalación antes de llegar a Quiroga y yo me quedé con una sensación de dejavu (no se porqué). Luego la encontramos por la noche y charlamos un rato. Lleva cinco años viniendo a España a recorrer Caminos. Ole las mujeres valientes!

Saludos.

José Manuel Fer...
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Buenas tardes:

Necesito dejaros un comentario que puede que lleve consigo ciertas discordancias pero, siendo peregrino como soy, estoy comprobando desde hace tiempo que han cambiado en exceso las formas y los usos que creo honestamente se deberían de mantener. Aunque la ética es algo que en los últimos tiempos está dejando de ser importante, pienso que todos nosotros, peregrinos, debiéramos conservar con el fín de que el Camino siga siendo algo atractivo y emblemático.

Soy consciente de que los tiempos han cambiado y por ello recuerdo cuando todo peregrino se saludaba con entusiasmo, cuando los lugareños de las tierras que cruzábamos se alegraban de vernos y sin pedirlo nos ofrecían todo tipo de comodicades, desde agua, comida, asiento a la lumbre, reparaciones del equipo e incluso en múltiples ocasiones una cama o un pajar donde pasar la noche. No existían las "autopistas" que hoy forman el Camino y la inmensa mayoría del recorrido se hacía a través de sendas con muy poca señalización; pero al juntarse varios peregrinos con gente de los pueblos junto a la fuente o a los piés de la iglesia de turno todo era felicidad, todo se compartía, no había idiomas que se rechazaran por no enterderlos. Entonces las miradas hablaban y los abrazos (abrazo de peregrino) eran sinceros y efusivos. LLegar a Santiago no era una meta, era en el final "momentaneo" de un recorrido lleno de alegría, ilusión, nuevos amigos, etc. Ya en aquellos días eran pocos los que realizaban el Camino solo por cuestiones religiosas...

Pero el Camino ha cambiado aunque siga siendo su recorrido en mayor o menor medida el mismo. El Camino ha cambiado porque nosotros, los que lo pateamos, hemos cambiado también. Nos hemos vuelto exigentes, cómodos, incomunicativos con quien no está a nuestra altura o no comprendemos su idioma, formamos ghetos entre peregrinos dejando a un lado a aquellos que mantienen el Camino durante todo el año para nosotros, chillamos para que nos oigan los demás, llevamos música a todo volumen para hacer más llevadera la etapa, corremos para encontrar sitio en el albergue aún habiéndolo reservado desde uno o varios días atrás, nos peleamos por tener la litera de abajo, ensuciamos la ruta con botellines, tetrbrick de zumos, paquetes de tabaco o envoltorios de todo tipo y acarreamos desde las ciudades en que vivimos la aceleración permanente para conseguir todo (y yo me pregunto: "¿Qué es todo?")

Ya incluso se han creado (y con razón) determinadas palabras típicas del Camino para identificar determinadas conductas. ¿Acaso algún peregrino no ha oído las expresiones "Turiperegrino" o "Peregrineitor" entre otras varias? Realmente soy consciente de que existen personas que o bien viven en el Camino continuamente o incluso aquellos que viven del Camino pidiendo donaciones, pero creo que cualquiera de esas dos formas de vida perjudican menos que las de las conductas señaladas con anterioridad.

No pretendo volver al pasado, pero sí que agradecería que antes de iniciar por primera o enésima vez el Camino nos replanteemos este humilde pensamiento. Y para ella os propondría el siguiente decálogo (de veinte puntos):

El buen peregrino:

 1.- No exige, se amolda a lo que hay.

 2.- Camina despacio y se detiene a disfrutar de aquellos lugares en los que se

          siente a gusto

 3.- Sabe que las prisas son malas compañías para peregrinar

 4.- Es consciente de que caminar es un esfuerzo y hacer el camino un sentimiento

 5.- Dedica tiempo a los lugareños, pues forman también parte del Camino

 6.- No alardea de la cantidad de Caminos que ha hecho convirtiendo siempre su      

          Camino en el primer Camino.

 7.- Distribuye su tiempo entre caminar, contemplar, pensar, hablar, comer,

          compartir, disfrutar…

 8.- Hace que su primera imagen con cualquier persona con quien se cruce sea

          siempre una sonrisa

 9.- Si su Camino le resulta pesado no lo transmite a los demás peregrinos.

10.- Saluda siempre con alegría mirando a los ojos sin tener en cuenta idioma, raza,

          sexo, etc.

11.- Se interesa de verdad por el estado de todos aquellos con quien se cruza     

          preguntándoles qué tal van y ayudándoles en lo que pueda.

12.- Toda despedida la lleva acompañando un “Buen Camino, Ultreia”)

13.- Si no se encuentra a gusto en ese Camino no le perjudica y lo abandona. Tal vez

          en otra ocasión…

14.- Sabe que no consiste en llegar el primero. Consiste en empaparse de todo

          cuanto la Naturaleza y las personas con quien se cruza le dan gratuitamente.

15.- No se rinde ante las adversidades (lluvia, nieve, frío, barro…), con el tiempo

          sabe que éstas serán esas sus más agradables recuerdos del Camino.

16.- Agradece al máximo los favores y no critica a la gente por su lentitud, su cara

          de pocos amigos o su desdén. Cada uno es como es y todos, de una forma u

          otra, formamos el Camino y lo mantenemos vivo.

17.- Sabe que si no entiende un idioma hay otras múltiples formas de          

          comunicarse con los que durante el Camino considera su familia.

18.- No se aísla con sólo los de su país, pues tiene claro que al menos algunas de

          esas personas extranjeras pueden llegar a ser sus futuros mejores amigos y es

          muy posible que ellos piensen lo mismo; por esa razón siempre es el primero

          en acercarse. Y en todo caso el “No” ya lo tiene.

19.- Es consciente de que algo tiene el Camino cuando reúne a todo tipo de

          personas: profesiones, estatus, color, religión, etnia, país, continente, idioma,

          condición, etc., pero ese “Algo” no se puede encontrar si nos aislamos unos de

          otros.  ¿O acaso crees que la única razón de ser de todos ellos sea

          exclusivamente caminar?

20.- Conserva el Camino limpio y no permite que otros lo ensucien.

Muchas gracias por vuestra paciencia en la lectura.

¡¡¡ BUEN CAMINO, PEREGRINO !!!, ¡¡¡ ULTREIA !!!

Papadopou
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Gracias, José Manuel  por tus buenos deseos, al menos por la parte que me toque.

Tal vez si lo que pretendes es suscitar debate alrededor de la cuestión que planteas sería más conveniente que abrieras un hilo específico para ello en el foro.

Saludos  y eso, Ultreia!

José Manuel Fer...
Imagen de José Manuel Fernandez Candocia

Gracias a ti Papadopou por tener la santa paciencia de leer mi parrafada y más gracias aún por tu contestación.

Lo cierto es que en ningún momento aspiro a plantear ningún debate sobre las cuestiones que en aquella expongo.

Tan solo deseaba dar a conocer mi punto de vista con respecto a los Caminos de Santiago en el día de hoy. Sé que todo tiene su razón de ser y por ello no pretendo entrar a debatir mis teorías ni ninguna de las que aquí se presentan. 

Por el Camino no se paga ningún peaje y por ello no se está sujeto a ninguna norma de cómo hacerlo. Cada uno es libre de vivirlo como quiera y todas las formas de llevarlo a cabo son lícitas siempre que se respete a los demás. ¡Y ese es precisamente el caso! Yo no me opongo al transporte de mochilas, a la reserva de plazas en los albergues ni al negocio que todos sabemos hoy representa el Camino. Quizá lo mío sea puro romanticismo ancestral y no sepa ver las ventajas o cosas buenas que se dan en los peregrinos actuales. Los respeto, si caminando alguna postura encontrada no me agrada procuro obviarla, pero eso no significa que la repruebe.

Mis comentarios son míos y para mí, aunque no puedo negar que desearía que algunas personas (veteranos y novatos) lo leyeran, le dedicaran un pensamiento y cogieran de ellos alguna parte positiva.

Gracias Papadopou por tu agradecimiento y por tus referencias.

Indi
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Muchas gracias José Manuel.

Me resulta curioso comprobar que no había meditado mucho sobre esto.

Ese decálogo (de veinte puntos) creo que muchos lo aplicamos en el Camino de una forma natural, no forzada ni estudiada. Es algo que fluye naturalmente cuando peregrinas. Suena presuntuoso que me suba al carro y lo sé, pero de igual forma que al reivindicarlo sobreentendemos que es porque tú así lo practicas, así lo hago yo. No obstante creo, como ya he dicho, que es una expresividad y comportamiento absolutamente natural. No sé a qué se debe, quizás sea tan simple como creer que seamos buenas personas, pero no creo que vaya por ahí. Es el propio Camino, los principios intrínsecos a la peregrinación; las motivaciones que nos unen a los que llevamos mochila y concha de vieira; nos reconocemos como camaradas por ese simple hecho, e incluimos en el selecto grupo a hospitaleros y a cuantas personas se cruzan y empatizan con nosotros, sean camareros, paisanos, farmacéuticos, empleados de supermercados, etc...sufrimos igual, nos alegramos por lo mismo, tenemos la misma ilusión: llegar a Santiago y recibir las respuestas, recompensa, o lo que sea que cada uno busca o espera encontrar. Y lo hacemos con alegría y plenitud pese a las adversidades, porque sabemos o intuimos la recompensa que nos aguarda.

El reto es saber si cuando regresamos a casa somos las mismas personas y mantenemos y aplicamos los mismos valores. Creo que no. Al menos yo, cuanto más tiempo paso alejado del Camino, más se diluye el peregrino que soy y con el que me encuentro a gusto y pleno. Aunque, cada vez practico más la consciencia, el darme cuenta, y la verdad es que ayuda a encontrar y permanecer en ese "estado caminero". Ahora sé que eso es lo que me mantiene enganchado. 

 

José Manuel Fer...
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Me alegro mucho de que sea así todo cuanto me has contado; de él se desprende que mi primer comentario no es para tí, pues tú ya lo estás aplicando.

Mi abrazo peregrino. Que tu huella sirva para sembrar muchas más a tu semejanza.

¡¡¡ Buen Camino, peregrino !!!