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Caminho Portugués Interior agosto 2022

Para los que todavía dudan sobre qué camino hacer en Portugal, y quieren evitar la masificación de turigrinos de las últimas etapas previas a Santiago de Compostela:

Efectivamente, el Caminho Portugués Interior, por su belleza algunos lo han calificado como el secreto mejor guardado de las rutas jacobeas, y no sólo por eso: si no por lo poco frecuentado que está y por sus espectaculares y variados paisajes. Nosotros lo hemos comprobado este verano y valoramos muy positivamente la experiencia.

Otros puntos a favor son: la detallada y actualizada información  publicada por Gronze de esta ruta jacobea, las aldeas encantadoras y zonas rurales poco habitadas por donde pasa, es un itinerario a fecha de hoy poco concurrido, los lugareños se detienen a hablar con los escasos peregrinos, el precio de las comidas es económico, en el camino hay vestigios de rutas romanas y medievales, manatiales termales y fuentes (se agradece en épocas de calor), etc.

Puntos no tan favorables podrían ser los fuertes desniveles de subidas y bajada, señalización irregular (a veces precaria), los escasos albergues públicos que hay, y alguna zona bosque incendiado...

 

Nuestro Caminho Portugués Interior lo realizamos la 2ª quincena de agosto de 2022 entre Coimbra y Verín en 13 días. Nos saltamos la larga y absurda 3ª etapa (según Gronze) Mortágua-Tondela y la 11ª Vila Real-Vila Pouca de Aguiar por que dos días antes ardió por un gran incendio.

Después de 9 días de precalentamiento en la isla de Madeira nos pusimos en forma para afrontar nuestro tercer Camino: tomamos el avión de Funchal a Lisboa y tren hasta Coimbra. De las primeras etapas recordamos la visita al monasterio de Lorvao, el bucólico camino al lado del río Mondego al salir de Penacova, la llana via verde de la Ecopista do Dao hasta Farminhao, y el último repechón hasta Viseu a pleno sol para llegar al apartado albergue de Fontelo dentro de un campamento de scouts. A pesar del cansancio recordaremos la bulliciosa feria nocturna de Sao Mateus con sus atracciones y chiringuitos al aire libre para cenar.

Aquí decidimos que teníamos que madrugar para evitar el calor del Portugal interior y finalizar las etapas antes de mediodía. Así que llegamos al pueblecito de Almargem con albergue público muy bien equipado y fuimos a comer al modesto Bar Liborio. Muy bonita y boscosa la etapa hasta Moes donde nos acogió la encantadora Olga en su confortable Casa do Ladrillo. Gracias por la cena y por poner a nuestra disposición la sala de meditación! Del camino hasta Mezio remarcar el idílico río Paiva y su paso sobre bloques de piedra para cruzarlo, y lo tramos siguientes de camino empedrado entre muros de piedra bien conservados para cruzar la Sierra de Montemuro.

Preciosa la etapa Mezio-Lamego caracterizada por la vista matutina de los aerogeneradores en el collado de Bigorne y el precioso descenso al valle de Balsemao con sus aldeas y las bien conservada pinturas de la iglesia barroca de Magueijinha dedicada a Santiago. Muy confortable la habitación en el Compleixo Desportivo de Lamego. Altas tempertaturas después de cruzar el mítico puente del Douro en Paso da Regua y muchos viñedos en bancales, paisaje declarado Patrimonio Mundia por la Unesco ha sido el denominador hasta Santa Marta de Penaguiao. Más pistas y senderos entre viñedos en laderas verticales divisando en el horizonte el faraónico viaducto de la autopista hasta Vila Real donde hemos tomado el autobús hasta la acogedora población de Vila Pouca de Aguiar. Desde el autobús hemos no hemos percatado del desolador paisaje recién quemado hace tan sólo dos jornadas.

Hemos tomados una antigua calzada romana entre campos de hierba fresca con ganado, roble y pinares hasta el singular y exclusivo balneario de Piedras Salgadas y la ciudad termal de Vidago. Seguimos sin alejarnos de la carretera Nacional-II y el valle del Támega hasta llegar a Chaves por el monumental puente romano. Después de una etapa corta hemos llegado a Vilarelho da Raia donde nos hemos hospedado en su bullicioso Centro Social y Cultural, centro de reunión y actividades diversas de toda la gente del pueblo. Cruzamos la frontera y entramos a España entre bosques de castaños y viñedos hasta llegar a Verín donde nos damos un homenaje fin de camino comiendo en la Casa do Pulpo. Por la tarde visitamos el Castelo de Monterrei y nos alojamos, cómo no, en la Casa do Escudo donde encontramos el segundo peregrino (el primero fue en el albergue de Coimbra) en 13 días. A la mañana siguiente bus hasta A Gudiña y AVE a Barcelona vía Madrid.

 

Corroboramos la palabras de Gronze cuando dice que parece inexplicable que un Camino tan maravilloso como éste, con un potencial tan grande en los ámbitos de la cultura, la sociedad y la economía, permanezca semiabandonado. Por nuestra parte, recomendamos vivamente a los peregrinos inquietos que no dudéis en recorrerlo, porque os sentiréis como pioneros, con todo lo bueno (hospitalidad, aventura) y malo (sobre todo cierta ausencia puntual de servicios) que ello conlleva. Puesto en la balanza, creemos que lo primero pesa mucho más. Pues sí, no os lo perdáis. Muy recomendable, pero mejor que no sea en pleno verano, a no ser que no os importe madrugar como hicimos nosotros.

Buen Camino!