Hace cosa de un par de años, o un poco menos, un ilustre forero y un servidor hicimos referencia a un hecho ¿milagroso? sucedido en el Camino. Ambos experimentamos una sensación similar. Y ambos en caminos de largo recorrido, cuando ya formábamos parte del paisaje.

Después he comprobado, con alegría, que no hemos sido los únicos. (Digo con alegría porque quizá signifique que aún no estoy loco del todo )

Cualquier descripción del "fenómeno" que yo intentase relatar nunca sería cierta ni exacta, por eso voy a echar mano de la poesía, porque solo la poesía es capaz de rescatar las emociones sumergidas en el pozo de la verdad. El texto no corresponde con una obra poética, sino narrativa pero, ¿alguien cree que esto no es poesía?:

    «De repente me pongo a correr, como si la mochila no me pesara. Y le voy diciendo adiós a cada roble, adiós a cada hórreo y a cada flecha amarilla. Y canto, otra vez canto, aquel tema de Medina Azahara que tanto le gusta a mi padre: "Necesito respirar, descubrir el aire fresco y decir cada mañana que soy libre como el viento." Porque ese verde, efectivamente, no es de supervivencia. Porque nada es de supervivencia aquí, todo nos trasciende. Y porque de repente me parece como si me estuvieran saliendo alas, la mochila se redujo, dejé de pesar, el cielo está lleno de nubes grises que me llaman. Y me pongo a llorar, libre de toda esperanza. Libre de planes, de añoranzas, de vergüenza y dudas; todos los muros caídos, el bosque adentrándose en mi ciudadela. Atravesada por el camino, dejo un instante de ser yo para ser él. Una curva que rodea una finca protegida por piedras, una cuesta abajo, una vaca, una cacera con agua, ese nogal generoso, una piedra. Me siento desaparecer, de pronto, porque no siento que corro. Y simplemente lloro. Me vuelvo ese llanto, tan purificador. Un llanto lleno de amor, igualito que el rocío, que lo entrelaza todo, hace líquidas las fronteras que separan a las cosas.»

Extracto de 'Peregrina', de Mardía Herrero, Fragmenta Editorial. Texto que aparece en la contraportada.

¿Factores psicológicos, dices? ¿Muro?...en la segunda parte de los enlaces que has puesto puede que se acerquen a las claves para digerir estas realidades: atención plena, autoconocimiento, trabajo interior, mental, y al llevar el cuerpo a esos límites, desapegarte del dolor, de tu cuerpo...Hacer líquidas las fronteras que separan a las cosas. 

Tal vez todo esto no tenga nada que ver con tu pregunta, pero no somos maratonianos, sino peregrinos. Tal vez deberían hacer el Camino para extraer conclusiones menos racionales. Casi siempre las respuestas están tan cerca, tan cerca, que ninguna ecuación, estudio o analítica dará con ella, salvo que busquen dentro. No es fácil desaparecer en el camino, dejar de ser tú, para ser él.

PD. En mi último camino coincidí con un veterano maratoniano. Era su primer camino. No daba crédito al lamentable estado de sus pies y sensaciones físicas tras una semana. No lo comprendía. Aún así se sacrificó, como solo los peregrinos y maratonianos saben hacerlo. Al final superó ese primer "muro", físico, pero tras él había otro "muro", mucho más alto y pesado, y no era físico. Espero de corazón que también lo haya superado.

¡Buen Camino!

Como siempre Indi, das en la diana. Las respuestas las tenemos tan cerca, tanto que en el dia a dia no las vemos. Pero la soledad, esfuerzo, introspeccion, llegar a tus límites (aunque nunca llegas a sobrepasarlos, porque casi no existen), de aportan algo de respuesta. Y por eso seguimos para ir aprendiendo, tratar de ser mejores, y mucho más... Algunos lo consiguen, otros seguimos en pañales.  Aplaudo tu lucidez. Abrazo

Hola Xavier y amigos de Gronze!! He tenido la enorme suerte de hablar en profundidad con algunos de vosotros sobre este tema pero cada vez que sale descubro nuevas aproximaciones. Como algunos ya sabréis, para mí las peregrinaciones son una metáfora de las grandes búsquedas de mayores o mejores recursos que hacían nuestros antepasados. Estas busquedas estaban circunscritas al plano de lo material (mejores recursos de alimentación, etc...). El peregrino de hoy simula una meta física cuando en realidad se trata de una meta intangible (espiritual, moral, etc...), de ahí la metáfora. Aquello que une a estas dos búsquedas es la ilusión por encontrar algo mejor (o más profundo) y/o la desilusión por no encontrarlo. Por lo tanto estos son los términos con los que deberíamos trabajar 'ilusión' y 'desilusión'. Según la primera acepción de la RAE, la ilusión es Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos. Es decir, únicamente podemos buscar cuando tenemos una ilusión. Ese muro del que hablamos, en mi opinión, no es más que el paso o la frontera entre la ilusión y la desilusión. Antes del muro se podría decir que vivimos en una fantasía controlada por nuestra imaginación, entonces llega el 'muro', que al fin y al cabo no es más que un espejo donde vemos reflejadas todas nuestras miserias y carencias. Podríamos aseverar que el 'muro' es el rito de iniciación en nuestra búsqueda interior y si estamos preparados para continuar más allá nos convertiremos en iniciados. Una vez dejado el 'muro' atrás se nos caerán las vendas de la fantasía de nuestros ojos y empezaremos a ver las cosas (a nosotros mismos) tal cual son. Esta es la razón por la que muchos son los que afirman que los peregrinos de muy larga distancia tienen ese aire de "santidad", o lo que es lo mismo, se les han bajado los humos (dicho en román paladín). Si tuviese que elegir la frase del Camino que más me ha hecho pensar sería: "El Camino no te da la que buscas, sino lo que necesitas". Pues bien, lo que necesitas se encuentra más allá del famoso 'muro'. No siempre es fácil, bonito de ver o clarificador pero con total seguridad es el único camino hacia el crecimiento personal, porque antes del 'muro' está el Camino y después de este, tu Camino. Perdonad por la inmensa parrafada pero es que este tema es de suma importancia.

Ultreia!! :)

Hola: Por mi experiencia en los caminos a Santiago, puedo aportar a las experiencias personales que se han vertido en el foro, algunas precisiones que he disfrutado y también padecido. Parto de la base de que es importante buscar un equilibrio entre las facultades física y psíquica. No debemos emprender distancias largas, según el nivel físico de cada persona, amparándose en que el nivel de adrenalina nos reporta buenas sensaciones para lograr un objetivo superior al propuesto a nuestro nivel físico, hay que ser prudente y comedido para emprender las distancias que nuestro nivel físico nos requiere para que contribuya a disponer del nivel psíquico que necesitamos. Puede que si al realizar un esfuerzo superior al que tenemos nuestro nivel psíquico se vea comprometido por las desazón, la angustia y la ansiedad entre otros factores que repercutan en nuestro nivel físico. Si nuestro nivel físico ronda los 32 kilómetros de promedio diario, no debemos hacer más de 40 kilómetros diarios y si los hacemos es conveniente el día siguiente no hacer más de 25 kilómetros . Es muy importante buscar el equilibrio que incida en la armonía que pretendemos.El cerebro normalmente a medida que vamos haciendo distancias nos emite energías positivas, pero no es conveniente sobrepasar nuestros límites físicos pues se verían mermados nuestro aspecto psíquico. Saludos 

Os leo y releo y tanto engancha??

Este verano voy hacer el primitivo yo solo y como dice un amigo peregrino "hasta que no camines sólo por el primitivo no te vas a enganchar" , siempre le digo que es muy exagerado pero leyendo este post veo que es verdad.

Salud y Kilómetros