Gozoso
.
Hace unos tres años apareció en este foro de Gronze un post de Jean Louis Aspirot, presidente de la asociación jacobea de los pirineos atlánticos, en Francia, a la que pertenece la oficina de peregrinos de S.Jean de Pied de Port. En el texto, m. Aspirot se quejaba de ciertas declaraciones de Álvaro Pombo en las que se contrastaban modos de hacer de las asociaciones del Camino francesas y las españolas.
Buenoooo! La polémica estaba servida. No hay más que empezar a contrastar “los españoles son….” “los franceses hacen…” para que salgan a relucir fantasmas históricos, desde que Roldan perdió el cuerno en Roncesvalles a las guerras napoleónicas.
Pero, ¡hete aquí! Que justo el verano anterior yo había andado por el Camino de Le puy que atraviesa el País Vasco francés, y me había llevado una gratisima impresión de cómo tienen establecido “lo jacobeo” por esas tierras ( p.ej me había enamorado cómo plantaban árboles frutales - perales, manzanos, ciruelos- a la vera del Camino).
Así que al leerle a Aspirot me afloró una simpatía “natural” por sus palabras, unida al hecho de que su apellido vasco francés hacía un guiño a mis referencias vascas. Por lo que, en mi caso concreto, el contraste entre los polos español y francés se difuminaba por la empatía subliminal de las referencias compartidas.
Estar a medio camino de unas referencias y otras te abre a ver las cosas/personas/problemas de otra forma. Y es esa una de las “gracias” de los espacios compartidos como el Camino de Santiago: las identidades, los polos se resitúan, el juego de lo propio y lo ajeno vuelve a ponerse en danza.
A principio de este verano pasado estaba yo de hospitalero en Zabaldika, Navarra, y una tarde estuve de charleta sociopolitica con Ian, un irlandés protestante de Belfast, que hablaba un español pirata a lo J.Sabina. A Ian le había sorprendido que en el comedor del albergue colgara un mapa de Navarra en el que no aparecieran las provincias vascas occidentales. “Pero si en la bajada a Roncesvalles hay un enorme grafitty que pone “Bienvenidos al País Vasco”, y estábamos en la provincia de Navarra, ¿no?”. “Bueno, lo primero que se me ocurre decirte es que Navarra, más que una provincia, es un reino… ¿sabías que fue la cuna de los hugonotes – protestantes franceses -, y que su rey Enrique se hizo católico para convertirse en rey de Francia?”.
Uffa! menciónale a un nor.irlandes líos políticos de fronteras aderezado con pollos religiosos, y tienes asegurada una conversación- gozosa- de tres horas en la que él te paga las birras.
No se me negará que son estas salsas parte del encanto de las relaciones que establecemos con otros peregrinos en el Camino. El juego entre lo distinto y lo parecido, entre el prejuicio y la “recalificacion” de lo que crees saber.
He subrayado lo de conversación “gozosa” porque si hay una debida actitud de respeto y cortesía, estas chispas de encontronazos identitarios (sociopoliticos, culturales, religiosos o hasta sexuales) de la vieja Europa, lejos de ser un problema, son una riqueza y una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal.
¿Dónde sino en la calma chicha de las largas tardes del Camino, en un rincón en sombra de esos albergues quijotescamente destartalados, con todo el tiempo y tranquilidad del mundo, puede uno atender al otro, al diferente, empezar a comprenderle, ver sus puntos flacos pero entrañables, apreciar las vueltas de sus ordagos identitarios….? ¿No es así como, según decía Dante, o Goethe, o Wojtila, se fue construyendo Europa?
.
- Inicie sesión o regístrese para comentar
Fantástico, Fernando! Qué bien nos irían ahora esas actitudes en evitación de la destrucción de Europa y del Mundo. ¿Diplomacia? Lástima de lideres endiosados, egoístas y avariciosos.
Alguna vez he pensado que una de esas cumbres en que se reunen líderes mundiales en lugares emblemáticos, la podían "escenificar" haciendo unos días el Camino de Santiago. Sánchez de hospitalero anfitrión, Putin y Biden sudando la gota gorda mientras suben el alto de Mostales, el primer ministro inglés y Macron quedándose rezagados en el convento de S.Anton para arreglar los líos que tienen en el canal de la Mancha con la inmigración, varios de ellos con ampollas, o con tendinitis, hablando de qué botas les van bien, y así...
Hola a tod@s. Muy didactico tú post Fernando, tiene su jugo el tema, bien es cierto, que a diferencia de lo que piensan algunos, para nada soy optimista en este tema. La política, sea cual sea, empozoña absolutamente todo, y encontrarse a gente con la suficiente amplitud de miras, como para debatir un tema tan "delicado", bufff, difícil, y para muestra tenemos, no hace mucho, este foro y un post sobre el tema idiomas, nacionalidades, etc. etc.
Ya que haces mención al Camino de Le Puy, tengo mi propia opinión al respecto. Hice este Camino dos veces, ya se puede creer que me gustó, pues bien, en Francia tuve que aguantar cuestiones que aqui en España serían impensables ( no voy a poner ejemplos porque no quiero abrir un debate que no lleva a ningún sitio) y a su vez, disfruté de otras tantas, que aqui tambien serían impensables. Dos formas de entender el Camino, ni mejor ni peor, diferentes, bien es cierto, y no es "barrer para casa", que me quedo con la nuestra. Seguramente será cuestión de "costumbres, cultura o simplemente,... modismos".
Bo Camiño.
Bah, para qué ponerse a comparar le Chemin con el Camino. Francia es tan bella, y España tan variada...
Primer misterio gozoso (hoy toca, que es sábado).
“En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María. Y entró donde ella estaba y le dijo: —Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo. “ (Lc 1,26-27).
La alegría que supone para los cristianos la venida del Hijo de Dios no se aprecia demasiado en el devenir histórico. El propósito de Dios al decidir hacerse hombre y descender a la Tierra sería el que fuera, pero la fe en ello sirvió para definir nuevas etiquetas y nuevas identidades. Y siempre hemos llevado mal la diferencia. Para vivir en paz con el Otro, o deja de serlo porque se le asimila o porque deja de existir. La humanidad que conocemos se ha ido construyendo a golpe de guerras, muerte y dolor. Europa incluida.
Dante era hijo de su tiempo, como cualquiera, y en su poema no situó a los judíos o a Mahoma en el paraíso, los ubicó en el infierno. Ahí puso también a otros diferentes como los que entonces conocían como sodomitas.
Respecto a Juan Pablo II fue bastante militante, además de contra los comunistas, respecto a ciertos Otros que parecían preocuparle especialmente.
Te compro la mención a Goethe que escribió alguna vez que “la tolerancia no debería ser realmente más que un estado de espíritu pasajero, debiendo conducir al reconocimiento. Tolerar significa ofender”.
Aceptar, reconocer como iguales. Ahí estaría el quid de la cuestión.
En la distancia corta nos creemos capaces de aceptar al diferente cuando lo tenemos enfrente y le miramos a los ojos. Color de piel, idioma, inclinación sexual o definición de género, aspecto físico, peso o envergadura. Pero cuando aplicamos las categorías que nos han enseñado para explicar como es el mundo (una determinada visión del mundo, no lo olvidemos), o mejor dicho como debería ser el mundo, la confianza se tambalea. La confianza en nosotros y en nuestra visión. Resulta mas cómodo negar al Otro que recomponer nuestra propia posición.
Y (opino) no es solo cuestión de política. Los políticos suelen ser un reflejo de la sociedad (a veces la representan, a veces solo la dirigen).
Para acabar, una anécdota de mi primer Camino. Sin ánimo de criticar a nadie ni de ilustrar nada concreto . No la recogí en ningún cuaderno pero conservo el recuerdo. En el albergue municipal de la localidad, miembros de una asociación local relacionada con el Camino agasajaban a los peregrinos alojados con una paella para comer. Varias porque eramos muchos. Era septiembre y creo que eran fiestas. Cocinaron a las puertas del albergue en medio de un ambiente alegre y sorprendente para muchos peregrinos foraneos. Apareció por allí un joven extranjero con una maleta en la mano y preguntó qué ocurría. Le explicaron en inglés y preguntó si podría albergarse allí pues no tenía alojamiento para esa noche. Uno de los peregrinos le entregó su propia credencial para que se hiciera pasar por peregrino y le indicó que buscara al hospitalero. Evidentemente no coló. El muchacho extranjero no peregrinaba y no fue alojado allí, aunque tal vez lo necesitara más que muchos de los que allí dormimos. Sin preguntar nada lo vimos marcharse después de comer, eso si, un plato de paella.
Siempre puede aplicarse aquello de que ‘to er mundo e gueno’, pero con matices.
Saludos y perdona la perorata.
.
No sé si entiendo el sentido de tu comentario. Pero creo que intuyes que ese "gozoso" contrasta con la pena que te daba que discutieramos el otro día sobre lenguas y nacionalismos.. y no te equivocas jajaja!
A mí me genera más tristeza el aire de patio cerrado de cuando se silencian las controversias que el hecho de que éstas existan. Claro que hay siempre cierta melancolía en el hecho de constatar que "Ah, no estamos en el paraíso!" (de hecho, Adán cayó del Edén por comer del árbol del conocimiento y caer en la cuenta de la "triste" realidad). Y claro que no aguanto la falta de respeto y la descortesía, pero qué quieres, el ruidoso chisporroteo de la discusión me da alegría. "Aquí mi tropa!" Me digo: imperfecta, peleona, pero lúcida, sincera y espontánea.
Y me da alegría, en el Camino, compartir las batallitas con otros europeos. Que una italiana me hable de sus problemas con la mafia, que un ruso me cuente de la propaganda política de su presidente, que un holandés me cuente la historia católica de su familia, que un alemán venga huyendo del estrés laboral de su país o un franchute disfrute de la campechanía sencilla de la meseta: cuando me cuentan sus cosas escucho ecos de mi identidad (del estrés en mi curro, las actitudes mafiosas no muy lejanas, la propaganda mediatica en todos lados, la necesidad de volver a lo sencillo en todo urbanita occidental) y los siento muy cercanos... y me reconforta, me da la sensación de que con la charleta nos liberamos mutuamente de tantas y tantas estrecheces de nuestras sociedades....
.
Ya imaginaba que con las gozosas conversaciones a que aludías buscabas cierto contrapunto con otros episodios menos edificantes que ha habido estos días por aquí. Alguno aún colea a estas horas.
En fin, no se trata de evitar las discusiones. Pero no me apasionan los diálogos de sordos y a veces tengo la sensación de que en algunos temas solo se quiere demostrar cuan equivocado anda el otro. A veces la verdad no es toda la verdad, la diga Agamenón o su porquero. Y en ocasiones, para algunos, la parte del porquero no suele parecer digna de consideración.
Respecto de mi comentario. Me parece que ni Europa, ni el mundo, se han ido construyendo con charletas a la sombra en un albergue del Camino. Que están muy bien, evidentemente, y ayudan a comprender a los demás. Pero, desgraciadamente, las diferencias no se suelen aceptar. Al menos no fácilmente ni tampoco de inmediato. Conocer es comprender, dicen. La diversidad es enriquecedora, cierto. Pero convencer de eso supone un proceso lento, en el plano colectivo. Las banderas no ayudan. Viendo cualquier noticiario resulta evidente. Es cierto que actualmente se aceptan situaciones que años atrás hubieran resultado impensables. Así que, a largo plazo, igual las charletas si que funcionan. Pero seguro que se encontraran otras etiquetas que colgar.
El semiconductor es un material básico en electrónica: a veces transmite la energía y a veces no, según qué condiciones, lo que permite que la energía se convierta en comunicador de imputs informativos. En la naturaleza esta cualidad se encuentra en materiales como el silicio, lo que llevó a que el valle de Palo alto, en California, cuna de la revolución informática, se llamara "el valle del silicio". Porque sí, eso es básicamente la informática, información comunicada por energía.
Pero la semiconducción no es sólo un concepto seductor en electrónica. También lo es, y mucho, en la cultura, y la política. Piénsese en una mujer que a veces dice sí y a veces dice no y la red social que crea con ello. Piénsese en la magia escénica de una puerta teatral que a veces se abre y a veces se cierra. Piénsese en cualquier juego que frena el ímpetu primero del participante, y pone unas reglas que exigen y conceden según su habilidad. Piénsese en las oportunidades que se vedan durante el día y se sugieren al abrigo de la noche, cerradas en el estío y manifiestas en invierno. Piénsese, en fin, en una ciudad inexpugnable al otro lado del río, accesible si descubrimos un puente, dificultosa si es cara la tasa del pontazgo, tentadora si llevamos con nosotros a una doncella que sabe una canción provenzal que enamora al fiero guardián del puente.
Y bien, recuerdo con asombro el día que caí en la cuenta de lo tonto que era por vivir en el País Vasco, tener a un tiro de piedra la asombrosa riqueza cultural francesa y no haber movido hasta el momento un dedo para acercarme a ella !Qué desperdicio! Ah, pero los gavachos pueden ser !tan adustos! Se reirían de mí en cuanto me acercara con mis botas peninsulares. Pero entonces me dije: "Tengo un arma secreta, soy vasco también, quizá a través del País Vasco Francés pudiera entrarles de otra manera, más dúctil..." Se habrá adivinado adonde quiero llegar: el País Vasco Francés fue mi semiconductor para acceder a lo que me interesaba: me acerqué con mi euskera, mi boina y mi queso idiazabal (...) y podía acceder con cierta gracilidad a sus camenberts, Montaignes y France culture. A veces querían de mí algo de Maimonides, Ignacio de Loyola o Almodovar, a veces se ponían un poco tontitos con "los españoles esto, los españoles aquello", y yo les respondía aquello de "Sí, majicos, y lo que arramplasteis en 1808 ¿qué?" Así que desconectábamos un ratito y cambiabamos de tema. Pura semiconducción, a veces sí a veces no, puerta medio abierta, medio cerrada, y tejiendo una rica red social en torno a ello.
Las viejas sociedades saben intuitivamente bastante de esta cultura "con frenada" . Un taciturno paisano gallego a las ocho de la mañana de un martes, quizá se convierte a las seis de la tarde de un viernes en el duende mágico que tiene la llave de la ermita en la que queremos entrar.
Pienso en ese semiconductor fascinante que fue la cultura provenzal, puente de contacto de todas las lenguas romances, y vehículo de comunicación- "lingua franca" la llamaban - para los cruzados hasta Jerusalem. Es sin duda el catalán la llave ibérica para acceder con sutilidad en esas referencias ¿Es interesante para España tener un semiconductor para entrar con otra finezza en el mediodía europeo? Sí, sí y mil veces sí! Y Gracias a Dios existe!
A veces las culturas de "los otros" nos tocarán las narices, pero igual que cuando una mujer nos dice que no, una puerta se nos quiere cerrar, el pleno sol nos impide encontrar gatos pardos, o una tasa nos incomoda el paso del puente. ¿Podemos aprender a morígerar nuestros ímpetus "conquistadores" y entrar en el juego? Sí! no hay hombre adulto al que no le haga bien aprender a ello, no hay cultura adulta a la que no le venga bien aprender a danzar al son de ese juego, saber frenarse y buscar recodos de empatía. A veces sí, a veces no.
Y al "otro" ¿no le interesará entrar en nuestro juego, no le interesarán nuestras doncellas ambivalentes, nuestras ciudades esquivas y nuestros puentes tentadores? Pues bien, juguemos, disfrutemos, aprendamos los límites recíprocos, mosqueémonos poniéndonos tontitos de vez en cuando, riámonos del hordago farol del otro, tejamos cultura en torno a ello.
.
Caramba, Fernando! Qué locuacidad desplegaste de buena mañana!
Yo estuve glorificando al Señor, aunque no con el preceptivo descanso dominical sino realizando la limpieza doméstica que, por otra parte, se tendría que haber hecho ayer sábado para, como cristianos viejos, dejar bien patente que no respetamos el sabath sino que hacemos sábado.
Pero en fin, tomando el aperitivo me ha sorprendido tu planteamiento de redes electro-culturales y el posible papel interruptor de la mujer en el intercambio con los Otros, sean quienes sean. Tal vez no pretendías sugerir eso pero un par de vermouts de Reus me han llevado por ese camino. Mis disculpas si ando errado.
Pero, ¿sabes qué fue lo primero que en realidad me vino a la cabeza al leerte? Unos versos … “Y que yo me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido.” (Y encima era la noche de Santiago, ¡toma ya! ).
A partir de ahí estoy seguro de que empiezan los líos. Y si no que le pregunten a los troyanos. Ya sabemos lo que Homero (aunque el tal Homero puede que nunca existiera y en realidad fueran varios Homeros, o la hija de uno de ellos) cuenta que se les vino encima cuando Paris se llevó a Helena en ON al otro lado del mar de los griegos.
Por otra parte, ¿recuerdas qué ocurrió con el admirado país de Oc a partir del s. XIII, después de que hubieran liquidado a los Otros de aquel momento, los cátaros? Acabó, poco a poco, incorporada al pujante reino francés. Se acabó la lengua occitana, se acabó la literatura de trovadores. Se acabó la diferencia religiosa, y cualquiera otra. La herejía sirvió la excusa en bandeja. Los bienes de los derrotados pasaron a otros bolsillos. Los seguidores de esa fe fueron iluminados, pero por las hogueras en las que ardieron y que convirtieron sus cuerpos en humo que ascendió al cielo. No sé qué ocurriría con sus almas. El Otro se acabó.
Imaginate a uno que escapó de la batalla de Muret y en lugar de refugiarse en Montsegur, puso pies en polvorosa porque atisbaba el desastre. El Camino ya estaba inventado entonces y pasaba cerca la ruta tolosana. Nuestro hereje huyó e intentó mimetizarse como peregrino a Santiago. Cuando llegó al Hospital de Santa Cristina, en el Col du Somport, probablemente disimularía sus ideas y su origen. Tal vez encontró allí gente que no hacía preguntas incómodas y se mostraba comprensiva.
Hoy en día, en algún otro albergue, porque Santa Cristina de allí arriba ya no existe, seguro que habría podido mostrar abiertamente su discrepancia alrededor de unas cervezas o unos vinos. La semilla de un futuro mejor, sin duda.
Saludos, que me llaman para comer.
Y quién nos dice que no lo hicieron? A este lado del Pirineo vinieron muchos. No olvidemos que el Conde de Tolosa era vasallo del Rey de Aragón, y que aquí se les respetaba como súbditos. Lástima de juerga previa a Muret, iban tan colocados a la batalla Pedro IV y sus colegas pensando que iba a ser un paseo que les salió bien cara la juerga, y el precio aún lo pagamos.
No te digo los bonhommes, pero muchos seguidores sí cruzaron la cordillera y a buen seguro encontraron su sitio en el Camino. Si hacemos caso a las teorías de los Jacques, los hermanos de Salomón, etc...no extrañaría encontrarlos.
Creo que está documentada su presencias en Leon. Pero la persecución fue muy eficaz. Fernando Iii, seria algo tolerante con los judios pero a la competencia cristiana le dió estopa a base de bien ... para que te fies de los Fernandos aunque sean muy santos
.
Ah los Fernandos, qué malos son, qué malos sonnnn!
La historia se reescribe a golpe de nuevo documento descubierto. Hace pocos años se desempolvaron unas partituras de música antigua vasca ligada al Camino de Santiago, se grabó un disco y más de un etnicista de compartimento estanco tuvo que cambiar su chip de que en el País Vasco solo hubo ovejas, txalapartas y trikitixas per seculam seculorum. Seguro que algún músico occitano ya pasaría por estas "asperas" tierras, se camuflaría haciéndose el músico longuis y de sus hijos con una aldeana del terruño nos vienen todos los cataros y demás herejes que tenemos.
.
.
Ah, la semiconducción aragonesa!
Esas birras que promete Jordisud las deberíamos "escenificar" en Ruesta o así, a ver si me empapo un poco de intra.historia aragonesa, que soy un ignorante.
.
A mí no me provoquéis
¡que me apunto!
Buenísimo relato Fernando, gran anécdota, el camino da grandes oportunidades de charlar con otros profundamente de cosas que serían imposibles en nuestro día a día.
Qué placer leer este post y la discusión posterior.
¡Son unos cracks de la escrita!
Gracias
Señores, con ustedes al fin del mundo, a Finisterre, vamos. Un placer leerles. Y abundando en lo de Indi.... el desastre empezo en la farra previa a Muret; di que si. ¿Para cuando una cerveza y una charla a la vera del Camino señores?
Ruesta es el lugar, si señor. Alguna sugerencia de fechas?
En mi caso, una escapadita en Semana santa, o si no ya en verano (julio-Agosto). Aunque este año el verano no sé ni cómo lo voy a cuadrar...
A mi los veranos me provocan urticaria. En cualquier caso las obligaciones laborales y las familiares obligan a planificar. Este año la previsión apunta a septiembre octubre. Veremos si se puede cumplir.