Javier Arrondo ...
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EL DUELO DEL CAMINO

Buenas tardes.Antes de nada decir que esta larga y expléndida reflexión no es mia ,sino de Blanca Rovira y la he leido en un post del Camino Olvidado.

Son muchas las lecciones que los caminantes aprendemos durante el Camino.A medida que los kms se van acumulando en la mochila,el caminar nos enseña a discendir que debemos llevar en ella,porque cada gramo de más es un lastre que nos exije un trabajo más arduo de esfuerzo  físico y psicológico.

Aprendemos también a caminar en silencio,a abrir nuestros cinco sentidos para poder deleitarnos de los regalos que nos ofrece la Madre Naturaleza,a saber cuando debemos tomar descanso,a caminar en sigilio.

Pero hay una lección,una de las más duras,aquella que tan sólo unos pocos y pocas están preparados.Una lección como la que pronostica un agonero,dolorosa y que tarde o temprano se tendrá que asumir.Una lección que te desgarra por dentro cuando llega,cuando te toca y se tiene que digerir:El Duelo del Camino.

Si alguién me pregunta cuantos duelos se experimentan en el Camino,yo diría que son tres.El primero,el dolor social,aquel que te hace conectar con las personas y que tan inexpicablemente te crea unos lazos profundamente desproporcionados al tiempo que llevas caminando al lado de uno u otro.Donde en un breve espacio de tiempo,a veces de tan sólo horas,entras en tal comunión con tu acompañante que parece que lleves una eternidad a su lado.Supongo que esto se debe a que el Camino provoca que esta conexión se establezca de una forma más profunda,un conocimiento de alma a alma que hace inevitable sentir rápidamente una confianza que fuera del Camino se puede tardar mucho más  tiempo en conseguir y el adiós no es nada fácil cuando llega.

El segundo,el dolor íntimo,aquel que hace conectar con tu yo personal.Caminar en silencio abre las puertas al interior de cada uno y por primera vez fuera de la vida común y ordinaria,uno puede escuchar esa vocecilla que te habla y que te explica que sueños revolotean,que carencias hay que llenar,cuantos perdones hay que cubrir,cuántas preguntas hay que contestar,que heridas hay que sanar.Despedirse de esa oportunidad de conectar con uno mismo tampoco es fácil en la vuelta al mundo"real".

El tercero,el dolor del Camino.Abandonar a aquel que te mostró sus maravillas,el que fué tu acompañante día tras día.El que te mostró sus bellas vestimentas a traves de la majestuosidad de sus parajes,la variedad de sonidos,sus vehementes colores,el dolor a cada paso,el cansancio acumulado,los aprendizajes adquiridos,los retos conseguidos...

Aprender a asumir este gran duelo es aprender a que lo maravilloso de estas perdidas se dan porque se obtuvieron grandes ganancias.Y esto es otro de los grandes regalos que nos deja el Camino.Buen Camino a todas y todos.

Gracias a Blanca Rovira por está reflexión.Un saludo.PATXI.

Indi
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Y gracias a ti por compartirlo Patxi smiley

antonio santiesteban
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¿No es posible hacer el Camino contento sin más?

Porque lo pones super complicado.

Javier Arrondo ...
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Buenas tardes,Antonio.Claro que se puede hacer el Camino contento.Lo único que quiere explicar Revira en su escrito son las sensaciones que nos quedan  cuando el Camino se acaba,cuando vuelves a casa,a la vida real.Un saludo.PATXI.

antonio santiesteban
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O contento o surgen heridas, Todo a la vez no puede ser. Y si surgen heridas es una porqueria de Camino

Ya te digo, supercomplicado.

La de cosas que hay que hacer para hacer un Camino correcto según vuestras indicaciones.

Y Tabernas, lo niego absolutamente. No es cierto, Es incierto.

Asustais a los peregrinos.

Manuel Moralo
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Hola, PATXI.

Me ha encantado el texto de Blanca Rovira. Creo que pone en palabras lo que muchos hemos sentido.

Muchas gracias a los dos y un saludo a todos.

asdenn
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Buenas, me ha encantado el texto, gracias por compartirlo 

Manuel Moralo
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Creo que está bien traído aquí el concepto de duelo. 

Peregrinar siempre fue, en el fondo, hacer penitencia. Buscar una sanación tras un proceso doloroso de expiación.

Y cuando ya has regresado a tu Ítaca, te ocurre que no dejas de añorar las bellezas que contemplaste y las experiencias que tuviste; cuando abandonas la burbuja del Camino y vuelves a lo cotidiano, no puedes evitar añorarlo. Te posee esa nostalgia que te hace volver mentalmente al Camino y desear estar de nuevo allí caminando con tu mochila a la espalda.

Creo que por todas estas fases de duelo que describís pasamos los caminantes/peregrinos. Pero lo mejor, como decís, es que acabemos asimilando que todas estas "pérdidas" se dan porque el Camino nos ofreció previamente muchas riquezas: las amistades tejidas, la introspección enriquecedora, el goce de caminar a diario por una ruta única... Y que por esos dones recibidos, mereció la pena.

En el Camino, como en la vida.

Papadopou
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Efectivamente antiguamente el Camino era una expiación, y lo era realmente pues durante mucho tiempo las dificultades y penalidades que implicaba suponían jugarse la vida, además servía de sustitivo a la pena por la comisión de crímenes, pecados u otras faltas. Por lo tanto, llegar al final sería motivo de alegría, no de duelo.

Es en nuestros días cuando tenemos un sentido de pérdida al dejar el camino porque el regreso significa volver a una realidad menos amable que la que nos envuelve en la burbuja de la peregrinación. 

Como es natural es solo una opinión. Saludos. 

antonio santiesteban
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Hola Manuel
con la contrariedad de convertirme en un lechuguino pomposo, de Itaca no se regresa, solo se va (Kavafis dixit). Ademas lo peor de todo es que una vez veas Itaca "ya no tiene nada que darte",

Me encanta la posibilidad de encontrarte con lestrigones y ciclopes, pero me pega un bajonazo que al final de Itaca no debes de esperar casi nada.

Saludos

Xavier Riera Luna
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Blenques
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Pues yo ni durante mis Caminos, ni después, tengo la sensación de vivir ningún tipo de duelo, si acaso algo contrario porque mis sensaciones me reafirman en que sigo sano pudiendo hacer lo que me gusta y además me libero por unos días de mis rutinas y preocupacions mundanas volviendo a casa como un corderico. Creo que el duelo, y gordo, lo tendré cuando no pueda ir.

Javier Arrondo ...
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Claro,Blenques.Esa es tu opinión,y muy respetable,como la del resto de foreros  que formamos este u otros foros.Un saludo.PATXI.

Papadopou
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Esa es la primera fase, la negación. Puede ser muy sutil, restando importancia a la gravedad de la pérdida o no asumiendo que sea irreversible. Tranquilo, Blenques, estamos contigo  wink

Paul Palacios
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Gracias Javier por recordarnos algo tan sensible y vivencial. A veces las personas juzgamos en los demás las emociones desde nuestra perspectiva y vivencia, sin dejar simplemente que cada uno viva su camino a su manera, a veces feliz, a veces triste, a veces rebozante de optimismo, a veces refugiado en una senda de ciertas cosas que se quisieran dejar atrás. Gracias Javier por recordarnos lo hermoso que puede ser ver las cosas con los ojos de los demás. Buen camino!

Mauro Sala
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Hola Patxi, a veces es asombroso y hermoso leer que lo que yo personalmente pienso sobre el 'Camino', lo piensa y escribe de forma extremadamente precisa otra persona; en este caso, Blanca Rovina. Muchas gracias a ella por su introspección, y a ti por tener la sabiduría de compartirlo con nosotros los peregrinos....   Un abrazo jacobeo ..   Mauro

LuisMarentes
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Bravo!!

Isidro García
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Gracias Javier. Gracias Blanca.

 Coincido cien por cien con el diagnóstico de los duelos por esas pérdidas al terminar el Camino. Y como dice Manuel Moralos sólo se pierde lo que se ha tenido.

 Es tanto, y tanto, lo que nos da el Camino, que la nostalgia que nos deja es un mínimo tributo que se paga gustoso.

 "Esa es la primera fase: la negación" ¡Bravo Papa!

antonio santiesteban
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En el texto inicial se habla de desgarro y de dolor. ¿No es demasiado? Con esas sensaciones es para irse al hospital desde Santiago.

Conozco a una limpiadora que trabaja 4 horas al día y le voy a explicar lo del dolor y el desgarro.

Blenques ¿no te parece que los foreros están alejados de la realidad?

Mi amiga estaría encantada de sufrir desgarro y dolor en el Camino; pero no puede. No tiene dinero.

Blenques
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No se Antonio, cada uno tenemos nuestra realidad. Y hay por ahí realidades muy jodidas por lo que tras el bálsamo del paréntesis del Camino en el que el mayor problema es si nos lloverá, si la ampolla irá a más o nos tocará compartir habitación con el roncador de anoche a todos nos cuesta volver, a unos más que a otros ...

antonio santiesteban
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Hola Blenques

Tienes toda la razón en tus dudas sobre mi comentario.

Generalizar como he hecho es una grosería lingüística. Generalizar es equivocarse siempre, sin más remedio.

El caso es que meter a todos es algo que siempre me ha dado repelús; sin embargo está vez lo he hecho.

Generalizar es no pensar, no discernir .

Un abrazo 

Papadopou
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Bravo, Antonio!  Esa es la actitud y debería abundar más. Saludos. 

Xavier Riera Luna
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Salud,

como dice Blenques, cada uno tenemos nuestra realidad y las hay muy jodidas por ahí. Personalmente no me siento identificado con ninguno de los tres casos expuestos al inicio del hilo, conocer personas que me marquen para luego no volverlas a ver no me causa dolor, me quedo con la alegría de haberlas conocido y luego ya veremos, la vida es muy larga y llena de personas que aparecen y desaparecen de nuestra realidad; el dolor íntimo yo no lo siento, hace tiempo que me conozco y me llevo bastante bien conmigo mismo, pasar días en silencio y soledad es algo que me llena, y lo del final del camino tampoco lo sufro; soy adicto y vuelvo cada cuando puedo. Pero ese es mi caso, también he conocido peregrin@s que estaban recorriendo el camino tras una pérdida familiar muy severa e iban llorando día tras día, o enfermas terminales de cancer con un mes de esperanza de vida, o casos en que las lesiones transformaron un peregrinaje en una penitencia, en el camino habemos de todo y también hay mucho sufrimiento . Y muchas formas de gestionarlo.

Saludos