Papadopou
Imagen de Papadopou

Ideas peregrinas en un Camino sin salir de casa.

 

El caminante se ha apartado de los caminos y se ha acomodado en un rincón del mundo virtual de cuyo nombre, a ratos, parece no querer acordarse.

Una nube azuloscurocasinegro se cierne sobre esa plácida mancha desde la que aún irradia algo de luz de un tono de serena confianza. Un oasis en medio de un mundo que se va ensombreciendo con cada vuelta que da en su gran recorrido. Tras un giro, otro más.

Rodeado por muros altos dormita entre recuerdos de montes a los que habia subido y postales de llanuras que recorrió alguna vez. El galgo corredor se volvió melancólico cuando dejó de correr.  El rocín flaco engordó. El gastado zurrón, que tanto tiempo había viajado colgado de sus hombros, acabó en el armario como un abandonado saco de huesos. Sus botas, que no eran de cuero viejo y nunca dejaron de oler a ciudad, se ajaron al no pisar charcos ni meterse en más jardines.

Evoca el ancho mundo a partir de una memoria alojada en un confín remoto, lejana y ajena,  que viaja a lomos de haces de luz. Las imágenes se ondulan en invisibles campos eléctricos. Espigas tristes del trigal en el que tres tigres también tristes comían trigo. Sombras chinescas que se cimbrean para su distracción sobre la blanca superficie de la pared.

No tardan en alzarse  voces tras puertas y ventanas cerradas. Creían estar hablando para las paredes que las encerraban pero el aire, que revolotea libre en todas direcciones, lleva sus noticias e historias a quienes quieran escuchar. Otros lugares, otros derroteros. Se esbozaba un nuevo atlas pero no de caminos en la tierra, ni de estelas sobre el mar.

Hilos delicados vincularon personas distantes que se reconocieron por el color de sus palabras. Una malla tejida al calor de un horizonte compartido, tras el que cada día se oculta un sol que les señala la misma dirección a seguir. Siempre hacia poniente.

Un día las sombras parecen disiparse y el que había sido caminante despierta. Le dicen  que el mundo ha cambiado. Probablemente meras apariencias para que todo continuara igual, porque lo que estuvo abajo debajo sigue y quien arriba había estado no descendió sino que más alto volaba. Lo virtual no parece tan virtuoso como se pretendía.

Para orientarse en ese espacio sutil  tiene los mapas que se han trazado. Resigue de nuevo las tenues líneas luminosas cuidadosamente, con la yema de los dedos, para que queden grabadas en la piel y no olvidarlas. Aquellas voces desconocidas son puertos seguros a los que acudir en busca de refugio y sostén. Ya no se contentará solo con lanzarse a recorrer los caminos hacia occidente. Invocará a todos los que hayan revelado su presencia y recurrirá a su saber y sus recuerdos. También se perderá tras las huellas de quienes recorrieron otras épocas para poder colarse en las entretelas del tiempo. Desea avivar en su imaginación rescoldos que solo necesitan un leve aliento para calentar otra vez. Remembranza de todo lo que no quiera ser olvidado. Un ayer, un hoy y un mañana entrelazados en un Camino inmutable pero cambiante a la vez. Envolverá sus pasos con palabras y regresará a los senderos de color ilusión.

Muchas gracias y buenas noches.

 

 

Indi
Imagen de Indi

Creo que muy recientemente todos hemos hecho un Camino sin salir de casa. 

 

Papadopou
Imagen de Papadopou

Claro. No dejamos de hacerlo cuando nos asomamos aquí. Y ahora habrá que fijarlo para no perder el rumbo wink

Xavier Riera Luna
Imagen de Xavier Riera Luna

Vaya tarde de domingo, entre Fernando, landante y tú me habéis dejado el cuerpo lírico y la mente burbujeante. wink

Papadopou
Imagen de Papadopou

Ya verás qué bien vas a dormir esta noche. Igual no te hace falta ni el futbol, ni la tele, ni las pastillas laugh

JSMartos
Imagen de JSMartos

Como bien dice Xavier, esta siendo una tarde de domingo realmente "Caminera" blush Por cosas así es imprescindible este foro.

¡¡¡Ultreia!!!

Papadopou
Imagen de Papadopou

Es lo que tienen los domingos por la tarde: bienvenida pereza! Solo un ratito más... que enseguida llega el maldito lunes.

caminamore
Imagen de caminamore

Qué bien alimentada se siente la mente al leerte, Papadopou! Muchas gracias!heart

Papadopou
Imagen de Papadopou

Pues gracias y buen provecho smiley

buenomontoro
Imagen de buenomontoro

Mientras suene un bordón sobre el camino al pasar y una palabra nos haga volar,nada podrá borrar el Camino .

Gracias Papadopou,es por estos escritos y otros más, que el foro debe caminar hasta donde llegue y mas allá .

Papadopou
Imagen de Papadopou

Es cierto, que poquito nos hace falta para llegar bien lejos. Saludos.

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

.

"Sus botas, que no eran de cuero viejo y nunca dejaron de oler a ciudad, se ajaron al no pisar charcos ni meterse en más jardines." Olé!

.

Papadopou
Imagen de Papadopou

Jardines, laberintos, berenjenales. A mí de chico los charcos me daban grima, nunca me gustó jugar con barro. Rarito que era. Saludos.

Papadopou
Imagen de Papadopou

 

Llegó caminando y cuando se lo encontró gesticulaba frente a lo que le pareció una zarza ardiendo. Tal vez solo fuera el efecto del calor contagiando la agitación  al aire y también a su visión. Tal vez fueran flores amarillas y rojas que cargaban las ramas del arbusto aparentando ser pequeñas llamas. Tal vez fuera fuego divino, que no consumía la madera y no agravaba el calentamiento global.

Dudó si interrumpirlo por si realmente estaba en conversación con su Dios. No quería parecer irrespetuoso así que decidió esperar a que acabará para hacerse notar. De pronto pareció  cesar el resplandor. Por favor no dejes ante mi este cáliz, le oyó quejarse. Ahí no han dejado nada, tal vez al final decidió llevárselo, le dijo con su mejor sonrisa. Pero no estamos en el Sinaí y esto tampoco es Getsemaní, ¿con quién hablabas?

 El otro se volvió, no le habia visto llegar. ¿Y tú de quien eres? le preguntó. De niño siempre le hacían esa misma pregunta cuando en el pueblo de su madre, al que acudía de vacaciones algún verano, le veían por la calle y su interlocutor no conseguía reconocerlo como uno de los suyos. La identidad, el carnet, los papeles. Para existir tienes que estar encuadrado en alguna categoría. Hay que pertenecer. ¿Qué de quien soy? Soy uno de los tuyos. Y apoyando en su hombro izquierdo la mano derecha le estampó un  beso en la mejilla, agradecido de no vérselas con un dirigente soviético del pasado siglo. Lo miró fijamente y asintió con firmeza. Pareció acertar con su respuesta o al menos no haberse equivocado del todo.

Le explicó que su pueblo había infringido la Ley impuesta por Él y señaló hacia donde estaba la zarza. No había otra explicación para lo que les habia anunciado. Su mundo iba a ser aniquilado. Las señales podían verse en el cielo. Las estrellas se apagaban engullidas por una sombra que se les venía encima como castigo por sus pecados y sus espíritus débiles. Una gran melancolía lo cubría todo. El caminante miró al cielo y no vio nada raro porque la luz del sol impedía ver más allá del azul. ¿No le preguntasteis por qué?  Él ahora no quiere hablar con nosotros, solo cabe encomendarse a su misericordia. Pues yo le preguntaría qué puede hacerse.  Peregrino, tendrías que mostrar mayor humildad. Peregrino… ¿yo?  Uhm, nunca lo tengo claro. Si te parece bien lo dejaremos en que sólo soy uno que está en camino. Vanitas vanitatum, omnia vanitas.  Si, ya se, memento morí  y tal y tal, yo también recuerdo algunos latinajos que leí alguna vez. Si realmente eres uno de los míos como dices, tendrías que saber dos cosas, que en la vida todo acaba alcanzando su final y que hay preguntas que no encontrarán respuesta. Ciertamente, en eso coincidimos. Pero, a estas alturas, tú tendrías que saber también que fueron los hombres los que crearon a sus dioses y no al revés.

Se fueron juntos hasta la ciudad. Al llegar a la plaza pública encontraron un coro de plañideras levantando su muro de lamentaciones. Unos decían: arrepintámonos y Él nos perdonará. Otros añadieron: resignémonos y volvamos al Camino por donde transitábamos antes de llegar aquí. Los de más allá adujeron: no es tiempo de rendirse,  busquemos un nuevo hogar donde establecernos. Resultaba desolador pensar que todo aquel bagaje de conocimiento y memoria se pudiera perder para siempre bajo las arenas del tiempo.

De repente todo alboroto cesó y se hizo el silencio. Una paloma blanca descendió sobre las cabezas de los que asistían al cónclave. Sus alas desplegadas se recortaron contra el disco solar y por unos momentos, como si hicieran zoom sobre ella, pareció muy grande. Fue como si la luz irradiara del ave. Largo tiempo se recordará el prodigio, la prueba de que finalmente se atendieron los ruegos. El mundo no acabaría ese día porque la fe mueve montañas … y, a veces, también puede mover la voluntad de Él.

Muchas gracias y buenas noches.

 

 

Indi
Imagen de Indi

¿Y ese silencio atronador? Por suerte no fueron las trompetas de Jericó, aunque lo creímos. 

Francesc_
Imagen de Francesc_

Muy contento y agradecido por todo lo que indicais y tal como lo indicais y que hace que uno, en primera persona, reviva lo que el Camino nos ha aportado en muchos momentos...y los que si Dios quiere vendrán

Un abrazo

Buen Camino!

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

.

"Todos los problemas de la humanidad provienen de la incapacidad del hombre de permanecer tranquilo y en soledad sentado a su mesa"  dice Pascal. Y Lao tse, el autor del Tao.te.kin, esto otro:" el sabio conoce el mundo sin salir de su habitación".

Es curioso, porque estos Proverbios instintivamente los percibo como de cierta cordura humanística, y en cambio, las atmósferas interiores, muy "indoors" de un Cabrera infante, un Borges, o un Ruiz Zafon me resultan claustrofobicas, enfermizas.

No le tengo pillado el punto: hay una parte de mi adolescencia que fue muy introvertida, de pasarme veranos leyendo (Dostoyevski y toda la pesca) y en cambio asocio la alegría de mi primera juventud haciendo dedo por España, Marruecos, etc (eso, sí, siempre un libro en el zurrón).

Mmmm, tendré que pensar al respecto...

.

Berto_kairos
Imagen de Berto_kairos

En algún punto del camino nos hemos olvidado de la ética aristotélica... cambiandola por una suerte de ética utilitarista. Resulta que dió la casualidad que lo que respondiste en el hilo sobre la encuesta llevaba siendo el tema casi exclusivo de conversación con mi amigo librero donde he consumido mi vida diaria durante el último año. Yo también creo que hay algo de patológico en las agonías interiores que nos ha traido la ilustración en forma de caballo de troya (algo así como una especie de romanticismo intelectual autorreferencial onanista). Me da a mí que algunos nos hemos enredado en un laberinto de palabras olvidandonos que las palabras son dedos que apuntan y algunos (me incluyo) nos hemos quedado mirando al dedo como lerdos. 
 

P.D: Si no respondí a tu magistral comentario del hilo sobre la encuesta es porque el chico parece tener la mejor de las intenciones y no quería hacer más sangre.

Papadopou
Imagen de Papadopou

 

El peregrino cojea. Camina trabajosamente hacia poniente sujetándose a su cayado. La cojera es real pero a sus piernas no les sucede nada. Al menos nada que pueda explicarse por un motivo meramente fisiológico. Tan solo es que les cuesta sostenerlo. Como si hubieran decidido rebelarse frente a las exigencias de la caminata. Tal vez porque no entienden los motivos para tanto esfuerzo. El cerebro no ha conseguido explicárselo. Quizá él tampoco acabé de entenderlo con su logica racional. Cuando escruta hacia el otro lado en busca de alguna aclaración, entre lo irracional y lo emocional, donde esperaría encontrar el alma, el espíritu, solo encuentra un gran agujero  vacío. En ese silencio se ahoga todo razonamiento.

Despierta simpatía por su perseverancia y por el esfuerzo que parece suponerle andar con su limitación y cargado con sus pertenencias. Quienes se cruzan con él suelen preguntar. ¿Te lastimaste la pierna? ¿Te duele?  ¿Un ibuprofeno? ¿Probaste la cúrcuma? ¿la hoja de coca? ¿Una calada, tronco? ¿Un orujo?  Pero ningún remedio resulta eficaz. Les agradece el interés, pero  se cruza con tantos, tantos, que se cansa de repetirlo:  no, gracias, estoy bien. Está tan lleno el camino de buenas intenciones que parece el infierno, que también está empedrado con ellas. Aunque eso sólo podría saberlo alguien que hubiera conseguido salir de él.  

Cuando empezó su Camino buscó una rama recia  que llevar con él para que le sirviera de apoyo. Para superar el vértigo al vacío y sus dudas. Para que su falta de confianza no le hiciera acabar con los huesos por el suelo.

 

…/…

 

La peregrina dirigía sus pasos hacia Oriente. Caminaba por tierras extrañas. Extraña también ella para aquellos entre quienes caminaba. Siempre forastera. En ocasiones cansada y hambrienta. Hallaba refugio, reposo y sustento amparada por ángeles que velaban por ella y por su caminar. Ángeles de un cielo ajeno que alababan al mismo Dios, aunque lo invocaran con nombres diferentes.

Resultaba impresionante en su aparente fragilidad. Pero la grandeza de la empresa que había emprendido contradecía esa apreciación con cada paso que daba. Avanzaba ligera y confiada porque, aunque andaba sola, iba en buena compañía. No precisaba bastón porque su fe la sostenía. Sus pasos no expresaban temor aunque alguna vez pudiera dudar. En esos momentos la voz que resonaba en su interior la reconfortaba. Confía, le decía, si buscas encontrarás,  lo que necesites pídelo y se te dará. Y eso hacía.

El teléfono que portaba en el bolsillo la mantenía conectada con el lugar del que partió. Su matriz: hogar, familia, amigos. Además en la memoria del aparato se anudaban los lazos del tapiz que tejió con tantas almas generosas que la acogieron durante su viaje y también con muchas otras presencias desconocidas,  amigas a pesar de la lejanía, que le daban ánimos y la alentaban para continuar.

Con una de esas voces mantenía  contacto en la distancia y de tanto en tanto le enviaba un saludo y algun recuerdo de la jornada. Decidió hacerlo en ese mismo momento.

 

…/…

 

Sonó el teléfono. Una voz melosa le deseó buenos días y le ofreció una supuestamente ventajosa tarifa telefónica. No, gracias y colgó. Tengo que acordarme de desconectar el teléfono, gruñó.

El Camino era para él  un templo al que acudía cuando podía para orar. Para intentarlo más bien, porque nunca antes aprendió a hacerlo. Nunca fue de ir pidiendo. Sería por eso que en muchas ocasiones sentía que las puertas estaban cerradas para él. Como en tantos templos de tantos pueblos que cruzó. Cerrados  o convertidos en museo. El camino estaba lleno de  mercaderes que despachaban pretendidos estímulantes para sensibilidades adormecidas. Decían que se había convertido en un zoco indigno. Prefería no opinar.

Volvió a sonar el teléfono. Ya le dije que no me interesa … empezó a decir, intentando ser paciente. Pero el hola que escuchó al otro lado le resultó familiar y sonrió.

Tras la breve charla se sentía más ligero. Quiero escucharte, le dijo al despedirse. Se que vengo una y otra vez, a pesar de las penalidades, para escuchar y aprender de alguien como tú. No es tan solo esta vida contemplativa. Ni siquiera para contemplar la vida.  Lo se, podría verlo en tus ojos si te tuviera delante. Cuídate.

Si hubiera podido mirarse a si mismo incluso a él le hubiera parecido que cojeaba menos y que durante esos momentos no necesitaba el bordón.

Muchas gracias y buenas noches. 

 

MendiWalker
Imagen de MendiWalker

Santo Domingo de Silos, si no me equivoco.

Papadopou
Imagen de Papadopou

No te equivocas. Pero ciprés y claustro son pareja estable a efectos legales. ¿Te suena este otro? Hubiera ilustrado igual de bien. Saludos.

MendiWalker
Imagen de MendiWalker

Tienes razón los claustros son muy parecidos. El  otro conozco este no, una pena.

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

.

Hay tendencia entre cierto tipo de peregrino en "pasar" por Sto domingo de Silos cuando andan por Burgos. Los imagino más informados culturalmente, quizá con una inquietud religiosa más explícita, y probablemente extranjeros de lejanías que saben que será su única posibilidad de estar en una de las cunas del canto gregoriano. Hace poco oí un podcast americano con un peregrino que hablaba emocionado de su charla con uno de los monjes del monasterio, padre Bernardo, conocido por  su amor  a la poesía. Es difícil ponerse en la piel de alguien que está a 4.000 km de su casa y visita en una peregrinación un lugar que para mí está a un tiro de piedra. Un de las cosas que me llamó la atención en el podcast es que el peregrino era judío, y Silos no puede ser un enclave más católico.

El caso es que, dentro de la danza de este post sobre viajes dentro y fuera de uno mismo, lo que me viene a la cabeza es la duda que siempre he tenido de si interrumpir la peregrinación que llevas para coger un autobús e ir a visitar un lugar especial, no rompe el tono del viaje verdadero, el interior. Porque la experiencia corre el riesgo de convertirse en un "colecciona lugares", y si ya entramos en la dinámica de coger medios de transporte, ir aquí y volver allá, el descoloque puede ser fenomenal. Siempre hay a quien le gusta más la mezcla, y a quien más la coherencia (sobre esto hemos hablado estos días en otro hilo), pero, creo que cuando se trata de un viaje con un componente anímico tan fuerte, una de las cosas que más deberían cuidarse a mi parecer es el mantenerse dentro de cierto modo introspectivo. 

Evidentemente, todo esto es muy discutible. Y además, ¿No puede una estancia en un monasterio, precisamente, profundizar la introspección? Pues sí, evidentemente. Y también es claro que para la coherencia general de un americano que viene a tener una experiencia de corte espiritual en el norte de España, una visita a Silos puede ser casi inexcusable. Si a todo esto añado que el 90% de la veces que yo no me he apartado del camino para ir a visitar un lugar ha sido no por mantener cierta coherencia sino porque salirse  5 km significa sumar 10 km entre ida y vuelta a la etapa del día.... creo no estar en condiciones de aconsejar o dar un juicio moral sobre nada.

pero.. como me dijo Indi el otro día: "Fernando, piensas demasiado"... sí, eso debe ser...

Acabo con los dos últimos versos de la preciosa segunda estrofa del soneto al ciprés de Silos de Gerardo Diego:

 "Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño."

Imaginar a Gerado Diego joven, en los años veinte, llegando a Silos, andando, por la ribera del Arlanza, eso en sí mismo es un ejercicio espiritual.

.

 

Papadopou
Imagen de Papadopou

Pues vas a tener que imaginar un poco más porque me parece que el poeta llegó al monasterio en coche, pasó una noche y se marchó al día siguiente. Así que igual muchos paseos no debió darle tiempo a dar  cheeky laughwink

Fernando Cristó...
Imagen de Fernando Cristóbal Otxandio

.

Es lo que tiene la vida moderna: mucho coche, mucha prisa, pero ¿dónde queda la vivencia? 

.