Saludos desde Ponferrada.

Después de un tiempo que ha sido demasiado largo, peleando, inhóspito e interminable. Con mi mochila roja de siempre, la vieira que me comí hace 20 años y mucha ilusión retomo el Camino.

El peregrino pasa, en silencio, casi sin hacer ruido salvo el ploc del bordón y sin más que las efímeras huellas en el polvo o el barro. Da igual su procedencia, su condición o sus pensamientos ya que siempre es un hermano.

Volando sobre los pies y a la altura del suelo. Pasiño a pasilño faise o Camiño como decía aquel concurso chorrapijo en el año 1993, de la RTVG.

Sólo espero que Dios y Santiago me permitan llegar a Fisterra Muxía.

Ultreia!!!