Hola a tod@s. No desayunar de manera adecuada produce que te entre una "pájara monumental", no iba ni para atrás, así que la subida para llegar a Cirueña, al campo de golf, fue un pequeño Calvario. Hasta el año siguiente, que me parecía increible que aquella cuestita me pareciera La Faba, cuando llegué arriba, tan pancho... ya me percaté que había ocurrido. Errores de novato. Ahora se recuerda, incluso con algo de emoción y tinte de ternura, pero es como se aprende.

Bo Camiño.

Sin duda una gastroenteritis que comencé en Belorado. Pasé la noche regular con visitas continuas al baño. A la mañana siguiente no sabía que hacer, si quedarme, si saltarme la etapa o si seguir. Probé a salir y ver como funcionaba el cuerpo, eso sí, me cogí el teléfono de un taxi por si le tenía que llamar en algún punto del Camino. Y salí para delante acojonado en busca de mi destino pensando que no llegaría ni al primer pueblo. En cada pueblo por donde pasaba valoraba la situación y como no iba mal del todo seguía hasta el siguiente. En Villafranca tuve serias dudas porque no sabía como se comportaría mi cuerpo en la subida pero decidí apretar el culo y seguir con un paso lento y concentrado y así llegué hasta Atapuerca donde por suerte tenía reservado un hostal (un trono para mí solito) relativamente entero dadas las circunstancias de que tan apenas comí. Aboné varios robles por el camino así que final feliz para todos.

¡Salud y buen Camino!

Bajando Cruz de Ferro, con un dolor de pierna izquierda que me costaba incorporarme luego de estar sentado, me resbalo en esa bajada de piedra suelta que es digna del purgatorio y me voy de espalda. Caí sobre la mochila que mortiguó, pero el orgullo costó levantarlo  Un par de semanas después descubrí que el dolor se debía a una hernia en la L5. El orgullo recién lo recuperé en Molinaseca después de una paella y una Estrella Galicia. 

Mi peor rato como peregrino lo pasé el 26 de julio de 2004 a unos nueve kilómetros de Villaviciosa en el Camino del Norte. Llevaba todo el día caminando con un calor insoportable y sin ver un alma. Atravesé Villaviciosa y salí por donde estaba indicado, la AS 113. Caminé unos ocho kilómetros cuesta arriba por una carretera estrecha y sin arcén y de pronto a mi izquierda apareció un mojón de Camino a la entrada de un sendero. Aliviado por el cambio de terreno entré por él y poco a poco fui viendo que por allí no había pasado nadie en mucho tiempo, el sendero se iba cerrando entre dos paredes de maleza de zarzas y tojos entrelazados. En una roca a la izquierda vi dos flechas pintadas así que continué. Al cabo de un rato tenía que caminar separando maleza y de pronto me encontré en un claro pequeño del que no veía la salida, intenté dar la vuelta pero no logré dar con el sendero que me había llevado al maldito lugar. Llevaba ya arañazos en brazos y piernas y me empecé a poner nervioso, la adrenalina se disparó y transpiré como un pato. No lograba encontrar la salida de ninguna manera, la altura de la maleza apenas me premitía ver la carretera por la que había subido y que quedaba a unos doscientos metros imposibles de atravesar con el atuendo veraniego de short y camiseta. La ropa de abrigo, chubasquero ligero y pantalón largo fino tampoco me habría resuelto el problema, aquellas paredes de pinchos me tenían atrapado como una rata. Tenía poco más de un cuarto de litro de agua, llevaba más de treinta kilómetros caminados y no podía aguantar demasiado tiempo en aquel lugar. No me quedó más remedio que pedir ayuda. Por suerte, por muchísima suerte, llevaba móvil, éste tenía batería suficiente y en aquel lugar había cobertura. Enlacé con el 112 de Cantabria que me puso en contacto con los bomberos de Villaviciosa que subieron a buscarme. En total debí estar como media hora en aquel lugar, tanto la centrral de Protección Civil Cántabra como los bomberos fueron extraordinariamente comprensivos y eficaces. Me pidieron mi posición, que les pude facilitar con todo detalle, llegaron enseguida, me vieron en la ladera y por lo alto del monte bajaron y me rescataron. Estaba junto a Valdediós y allí pedí que me dejaran. Al final todo quedó en un susto, pero ha sido el mayor que me he llevado en veinticinco años de peregrinaciones. Quien se vea alguna vez en un terreno como ese, de matorrales espinosos cerrados y sin un buen y claro sendero, que se de la vuelta enseguida, puede meterse, como me metí yo, en una trampa peligrosísima.
Buen Camino.

Jabeque! Vaya historias! Aplaudo, si señor! Lo se la señora invidente, me conmueve especialmente, querer es poder! El taxi, bienvenido! Faltaria mas!

gracias por traer estas historias

abrazo

Buenos días!

 Mi primer gran momento complicado fue, hace hoy dos meses justos, en mi primera etapa (Saint Jean Pied de Port - Roncesvalles).

Aquel día, 14 de agosto, hicieron acto de presencia el mismo día y en buena parte del recorrido la lluvia (lluvia fina e intermitente, pero lluvia al fin y al cabo), la niebla, el viento (afortunadamente las rachas no eran como las que estos días últimos de octubre hemos visto) y algo de fresco.

De Saint Jean a Orisson (sí, seguí la variante de Napoleón) fue relativamente asumible. A ratos chispeaba y llegando a Orisson llovía débilmente (lo suficiente para acabar calado), pero no podía pensar que "lo peor" estaría por llegar. De Orisson a Roncesvalles a la lluvía fina se le añadía en buena parte del recorrido la niebla y el viento. 

Apenas pude hacer paradas técnicas para descansar, para beber y/o comer algo y hubo algún que otro instante que pensé: ¿qué hago aquí? ¿por qué se me ocurriría pensar en hacer el Camino? 

El "lado bueno" de toda la etapa es que al llegar a Roncesvalles, mojado todo, con los calcetines y el calzado empapado, comprobé que el interior de la mochila estaba completamente seco. La había cubierto con un cubremochilas, sí, pero no sabía hasta dónde podía llegar su eficacia y si después de varias horas con condiciones adversas iba a encontrarme con el saco o la ropa de recambio mojada.

Como veo sigue el post os comentaré la historia de otros tres campeon@s .

Haciendo el Sanabrés coincide con dos alemanas ,madre e hija .la hija ya venía tocada de las rodillas de la vía de la plata y el Sanabrés terminó por "arreglarlo" ya la chica tenía las rodillas como dos patatas grandes y rojas y su caminar debía ser un sufrimiento. 

Cuando llegaban a los albergues ella después de ducharse se acostaba y allí se quedaba hasta el día siguiente ,incluso la comida se le llevaba allí su madre.

Era un poema ver esta chica levantarse a la mañana y echar a andar con el agravante que por aquella época no existía el transporte de mochilas con lo que su madre cargaba casi todo el peso para facilitar el caminar de su hija.

Recuerdo que coincidi con ellas desayunando en el bar del pueblo ,ya no recuerdo donde y estaban preguntando si había autobús. Finalmente habían tirado la toalla.

Me pare a hablar con ellas ,la hija tenía la cara descompuesta pero no era por el dolor que debia ser mucho sino por tener que abortar tu sueño.

Espero que se restableciera y volvieran a terminar su sueño.

El segundo fue saliendo de Roncesvalles ,la tarde anterior nevo y la mañana salió limpia peró muy fría .

Caminando por el bosque vimos delante nuestra un peregrino que parecía salido del medievo por la ropa que llevaba ,mi hijo aceleró el paso para fotografiarse con el y alli vimos que el colega iba descalzo .

Pensad un poco ,aquí salen post únicamente para hablar del calzado y a pesar de gastarnos una pasta muchos vamos hechos polvo por culpa de rozaduras y ampollas ... Y el colega descalzo.

Coincidimos con el en varios albergues y seguía descalzo ,era un irlandés que lo hacía por una promesa ,obviamente no le preguntamos cuál causa pero puedo afirmar que hasta Logroño donde tuvimos que volvernos por motivos de trabajo iba descalzo.

La última ha sido en mi periodo de hospitalero que nos llegó una chica para hacer el camino de invierno a Ponferrada ,como se enteró que yo lo había hecho estuvo un rato intercambiando ideas y pidiendo información.

Estaba preocupada por sus rodillas y encima yo creyendo que le ayudaba le comenté de varios perros que hay en el camino para que estuviera avisada y no se asustará pues solo ladraban .

Lo que no sabía era que le tenía fobia a los perros .

Aún así siguió adelante y como no perdimos el contacto me fue contando como le iba .

Yo la notaba como cada día su voz que al principio tenía incertidumbres se iba haciendo más fuerte y segura mejoró de sus rodillas que al principio le dieron muchos problemas y lo mejor mejoró de su animadversión a los perros y llegó a Santiago pletórica ,lo dicho unos campeones que como las dos mujeres se crecían a las adversidades y como el irlandés que decidió agradecer con su sufrimiento lo dado sea lo que fuere .

Creo que he tenido bastante suerte y la mayoría de momentos complicados tenían solución o finalmente no llegaron a nada importante o grave. No sé si esta que os voy a explicar la he contado, pero la recuerdo como un día bien complicado:

Después de una dura etapa SJPDP - Roncesvalles con niebla, algo de lluvia y viento, llegué a la Colegiata triunfante y orgullosa de mi hazaña. Descansé lo que pude y al día siguiente madrugué bastante para hacer una 2ª etapa "en bajada y fácil" (eso pensaba yo después de la etapa reina). El cuerpo lo notaba cansado, no había podido dormir muy bien, salí sin desayunar y tardé en encontrar mi primer café, pero la etapa la fui completando. Nos reunimos varios peregrinos en los últimos kms a Zubiri, la famosa bajada la hicimos despacio y en animada charla, sin ninguna prisa. Al llegar y cruzar felices el puente, me dirigí con otro peregrino en busca de albergue.

El albergue municipal cerrado por obras, bueno miremos la lista y a llamar (estábamos muy muy cansados). Llamada tras llamada la misma respuesta: no hay sitio. Ya la última me dijo que me olvidara de Zubiri, estaban completos... Seguí la lista de alojamientos y próximos pueblos, nada de nada. Mi nuevo compi peregrino no entendía nada (no hablaba español) pero a la vez veía mi cara de angustiada. Creo que ya eran las 5 de la tarde y estábamos sin comer.

Po fin uno me dijo: sí, justo tengo 2 sitios podéis venir. Decidimos comer algo rápido en Zubiri, reponer algo de fuerzas y revisar la distancia... Unos 5km más. Volví a llamar para asegurarme si teníamos cena o algún bar cercano y me contestó el propietario: ostras, justo al colgar tu llamada me entraron 3 reservas por Booking, lo siento... Imaginad mi cara, indescriptible!! Creo que empecé a llorar o a maldecir o a rezar en arameo, cuando el hombre me dijo... Venid igualmente, esto lo arreglamos como sea.

Emprendimos esos pocos kms un poco derrotados pero con una mezcla de adrenalina y nerviosismo. Mi amigo iba más despreocupado pero me seguía a ritmo militar, en plan tú mandas. Nos pasamos el pueblo de largo, anduvimos por un arcén estrecho para encontrar el pueblo... Llegamos a una casa preciosa pasadas las 7 de la tarde y un enorme sofá-cama para nosotros, menudo papelón, pero agradecidos. Nos preparó una cena deliciosa y abundante, conocimos al resto de compañeros peregrinos que me llevo en mi corazón, hicimos un grupo que ni la ONU (búlgaro, checoslovaco, brasileños, italo-alemán, coreanos y servidora más el hospitalero colombiano).

Seguro que os comparto alguna más

El verano del 2023 iba a hacer mi primer camino, me decidí por el camino primitivo. Duro, lo se, pero buscaba algo que me hiciera retarme a mi misma y para estar a solas durante un par de semanas. Faena fue la mia, que despues de un año planeandolo, y seis meses preparandome, a los 4km de empezar, resbalon, esguince en la rodilla, y para casa. Lo mas dificil fue el mes que le siguió,  pasar de tener que caminar 25km al dia, a tener que hacer rehabilitación y paseitos cortos para que se fuera curando poco a poco. No fue facil psicologicamente tampoco, era como si todo el esfuerzo se me hubiera esfumado sin que yo tuviera culpa de nada.

Este verano me decidí por el inglés, uno menos exigente, no sabia cuanto me aguantaría la rodilla, aunque ya hubiera pasado un año. Sorprendentemente, lo que me dio guerra fue el tobillo derecho, sospecho que fue el tendon de aquiles. Afortunadamente tengo un tio que es un fisioterapeuta de 10, me dio algunas recomendaciones, y pude terminar mi primer (segundo) camino. Pero el pensamiento de "no, otra vez no, por favor", me persiguió un par de dias, no fueron dias muy agradables, la verdad.

Hola David . Yo siempre llevo un triple pequeño para evitar cosas parecidas ya que hay albergues con pocos enchufes o alejados como te paso a ti . Un saludo

Yo lo tuve hace varios años que hice el Lebaniego Vadiniense ( este verano lo he repetido ). En la senda del Nansa en la zona más llana , tropecé con una raíz y con el peso de la mochila caí plano golpeándome en costillas. Como pude me levante y pensé llamar al 112 por el dolior . Me acerqué al río y parece que me recupere. Llame a La Fuente para que me reservaran cama baja porque seguro no podía subir a LiDAR de arriba lo cual haría en todos los albergues. Llevaba ibuprofeno que empecé a tomar y parece algo se calmo dolor. De la Fuente a Pores quería ir por la Variante que es por arriba del desfiladero y al llegar a la zona que hay que tener cuidado me encontré un pino caído que no dejaba pasar . Tire la mochila al otro lado del puño y como pude pase ., lo cual no lo volvería a hacer por la posible caída al vacío. Al llegar a Potes fui al centro de Salud pero no tenían rayos aunque en la exploración no parecía nada roto . Continué mi camino hasta Mansilla eso si durmiendo en cama baja . En León fui a Hiospital y me hicieron placa y solo había una pequeña fisura. Este año he repetido estos 2 caminos y aunque sólo me he dado algún culetazo donde lo he pasado fatal ha sido antes de llegar a Riaño en la zona que te tienes que salir al llegar al embalse y te tienes que salir a carretera. Era viernes y había mucho tráfico en Agosto como ya lo he contado en otro hilo. Al llegar a Riaño el hostelero no apuntó bie mi reserva y no tenía habitación. Me dejo dormir en el cuarto de limpieza ya que no había sitio al ser fin de semana en ningún hostal u hotel de Riaño. En fin son cosas que pasan y dan color a los enamorados del Camino. Buen camino a todos

Pues la verdad que en si fue de camino al Camino .

23 de mayo de este año , iba a visitar a un amigo peregrino en Budapest y de paso iba con la idea de caminar hasta Santiago desde esa ciudad, ya el año pasado caminé cerca de 4000 kms y me encantó la experiencia.

Por miedo a volar decidí ir en bus , Madrid - Paris y Paris Budapest, casi 3 días en bus .

Llegamos a París, primer transbordo....el conductor abre la maleta, pasajeros cogen sus maletas y yo espero , sin prisa pues tenía unas horas para tomar el bus , incluso quedé a tomar un cafe con Lucy , una peregrina que conocí en el camino de Le puy en Velay el año pasado.

Todos los pasajeros con su equipaje y mi mochila no está, busqué por mil sitios y nada . Según el conductor en Burdeos ya les habia pasado varias veces que habían robado equipaje.

Total que nunca más supe de esa mochila, unos 1000 euros en equipamiento perdidos y sobre todo muchos recuerdos pues en esa mochila tenia mensajes de cientos de peregrinos.

Obviamente tuve que regresar a casa pues también tenia medicina que uso diariamente en la mochila.

Creo que de los peores días de mi vida , lloré de impotencia todo el viaje de vuelta.