Pablo1959
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Mi corto Camino de Invierno

Como indico en el asunto, os voy a intentar contar mi Camino de Invierno (lo he acabado hace una semana y no quisiera olvidarme de nada), lo he llamado corto, porque lo empecé en Mondoñedo, ciudad que no conocía y de la que he quedado gratamente sorprendido, a pesar de estar en obras la Catedral y no poder visitarla. Estuve dos días acompañado de mi amigo Eugenio, residente en Mondoñedo por lo que me enseño todo lo que había que ver incluso me llevó a visitar la Basílica de San Martiño (una maravilla de templo). Visitamos también Lourenzá, la fachada de la Iglesia muy, muy bonita, pero como casi todas las Iglesias, cerrada a cal y canto.

En el albergue estuve dos días, hablé antes con ellos para ver si me podía quedar esos dos días y me dijeron que ahora con los pocos peregrinos que hay no habría ningún problema, de hecho, el primer día estuve solo y el segundo con un chico de Asturias, con el que cené en un bar del pueblo y charlamos un poco. Lo dicho Mondoñedo bien merece una visita pausada y pasear por sus callejuelas y no me quiero olvidar de los dos hospitaleros de Mondoñedo, por su amabilidad, buen trato, simpatía y facilidades para poder disfrutar de la ciudad.

1ª Etapa Mondoñedo-Gontán: Caminé solo, tomé la ruta de la variante por el monte, una subida bastante durilla para ser el primer día, nada más salir un poco de "calabobos", mucho viento y de vez en cuando algún banco de niebla, pero cuando despejaba dejaba ver unas vistas espectaculares. No vi animales salvajes, ni caballos, lobos, ni buitres, tan solo el esqueleto bien pelado de un caballo que cualquier alimaña se había devorado durante los días pasados.

Todo el tiempo solo y casi en la parte más alta me pareció ver el brillo de un protector de mochila ¡otro peregrino!, el ya bajaba, casi no me lo podía creer, no lo alcancé porque me paraba para admirarme de los paisajes, del viento meciendo los eucaliptos que parecía que de un momento a otro se iban a tronchar y pararme para sentirme en la más auténtica soledad de la que uno puede disfrutar.

Después de unas cuentas subidas y bajadas continuas alcancé al otro peregrino, el estaba tomando un trozo de empanada, a la cual fui invitado, pero como quedaba poco para Gontán la rechacé, pero lo esperé para bajar juntos hasta el albergue, y por casualidades de la vida, se llamaba igual que yo, generando una pequeña confusión en el albergue, que arreglamos con unas risas, unas cervezas con el hospitalero y tan felices. Por cierto, los dos nos llamamos Pablo, él es de Luarca. En el albergue de Gontán solo fuimos 5 peregrinos esa noche.

En general una etapa muy bonita, aunque algo endemoniada al principio, pero bien merece la pena, eso sí, quien la haga, que lleve bebida y algo de picar, en 12 kms. estás en la más absoluta nada, cosa que no estamos acostumbrados y bien merece ser disfrutada.