Tras pasar ante el cementerio lo mejor está por llegar, pues ahora nos introducimos en el extenso Parque Pech David, repleto de zonas de descanso y fuentes, cuyos paseos de tierra seguimos hasta la rotonda del Vallon, al pie del hospital. Cuesta arriba proseguimos por un nuevo sector del parque hasta coronar un alto, con antenas, a 258 m.
Por fin alcanzamos a ver Toulouse y el Garona a nuestros pies, y también el centro de investigación Pierre Fabré y una amplia zona empresarial. Procede pues avanzar junto a un picadero de caballos, un aparcamiento de caravanas y una serie de estadios de fútbol y rugby, rodeando un depósito de aguas para, a la vista de la Gran Mezquita, descender por fin a través del bosque hacia la marabunta. Por la zona urbana será preciso redoblar la atención para no perder las marcas del GR.
3,8 Una pasarela pasa por encima de la Rocade o cinturón exterior (A620), feo tramo que nos hace avanzar bajo la vía del tren y, tras el pequeño parque de Férétra, cruzar el agresivo barrio de Empalot, de altos bloques de viviendas. Así alcanzamos la Av. Lattre de Tassigny y el paseo ribereño del Garona.
El recorrido fluvial nada tiene de atractivo, salvo evitar la compañía del tráfico; además, con aguas altas se nos obligará a seguir por la plataforma superior. El interminable recorrido nos permitirá contemplar la orilla opuesta, pero no el moderno edificio del Consejo de la Región Occitana, de nuestro lado.
2,8 Pont Saint-Michel (no lo cruzamos); los dos brazos del Garona se unen y el río crece en anchura. Desde aquí un túnel nos permite superar el puente y entrar ya en el casco histórico, por el que continuamos al borde del río hasta el Pont Neuf. Evidentemente, este recorrido evita el centro, algo absurdo, y de nada sirve si nuestro alojamiento está en otra parte de la ciudad, que es lo más probable.
1,6 Toulouse, Place Capitole.