Doña Mencía
Notas destacadas
En los últimos kilómetros de la etapa veremos varias esculturas con bicicletas pintadas de colores, que incorporan versos o poesías breves cuyo autor es Manuel Luque Tapia, escritor menciano que ha recibido múltiples premios. Si os gustan sus poemas (a nosotros nos parecieron extraordinarios), podéis pasar a saludarle en la minúscula barbería de la calle Hospital, 4, junto a la iglesia, pues don Manuel es el barbero del pueblo, como ya lo fueron antes su padre y su abuelo; según confirman los vecinos, es tan bueno con las tijeras y la navaja como con la pluma. |
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Os recomendamos visitar el conjunto del castillo, donde está la Oficina de Turismo, y subir a su torre del homenaje, con magníficas vistas; aprovechad para dar un paseo por las callejuelas del casco histórico, en especial la calle Juanita la Larga —en honor a la famosa novela de Juan Valera (1824 - 1905), escritor nacido en Cabra si bien ambientó algunas de sus obras en Doña Mencía—; es también conocida como la calle de las Flores, debido a su ornamentación floral, especialmente durante el mes de mayo. |
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El plato estrella de la cocina menciana son los tomates guisaos; entre los dulces tradicionales destacan el cuajao de almendras, las yemas de caramelo, la carretera (una pasta de hojaldre) o los panetillos de cortijo, a base de mazapán. |
Cultura e Historia
Las excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento del Laderón, donde fue hallada una tumba perteneciente a la cultura argárica, demuestran el poblamiento de la zona desde la antigüedad. La fundación del pueblo se remonta a mediados del siglo XV, cuando Diego Fernández de Córdoba, mariscal de Castilla, la recibió en donación junto a la vecina localidad de Baena, quedando incorporada a dicho término. En el año 1653 la villa obtuvo el reconocimiento como municipio independiente, el cual fue bautizado en honor a Doña Mencía López de Haro, esposa de Alvar Pérez de Castro quien había sido capitán del rey Fernando III. La villa sería inmortalizada por el escritor Juan Valera (1824-1905), apareciendo como escenario de varias de sus novelas; a raíz de ello se organizan Rutas Valerianas, que recorren los lugares y rincones recreados por el autor en sus obras.