	Junto a la puerta de la basílica inferior de San Francisco se localiza el Statio Peregrinorum. En dicha oficina se expiden las credenciales y se entrega el *testimonium* a quienes hayan caminado, al menos, 100 km. De lunes a sábado de 10:00 a 12:30 y de 15:00 a 17:45.
	Aprovechad, al entrar en la ciudad, para hacer la compra en el pequeño supermercado *Tigre* (de 8:30 a 20:00, domingo de 9:00 a 13:00). En el casco antiguo solo hay tiendas para turistas, desde luego más caras y con otro tipo de productos.
	Comer en platos umbros en la ciudad, sin gastar en demasía, es posible. Por ejemplo en *Il Baccanale* (Via del Comune Vecchio, 2), con su comedor en un palacio medieval, con tablas de queso y embutido, stringozzi con trufa y guisos de carne de jabalí, sobre 25 €. Si preferís una pizzería podéis acudir a *Il Menestrello* (Via San Gregorio, 1), elegante, también con todo tipo de platos. Pizzas más baratas, al taglio, en *Da Andrea* (Via San Rufino, 26, junto al duomo).
	Por fortuna para los peregrinos, en el verano de 2022 abrió un albergue municipal. Tiene pocas plazas, por lo que conviene reservar con antelación.
	Sin salir de la ciudad se puede dar un paseo por el Bosco di San Francesco, al lado de la basílica del santo. De 64 hectáreas, desciende hasta el río Tescio e incluye algunos edificios medievales y muchas esculturas. Está murado, y de abril a septiembre abre de 10:00 a 19:00, y el resto del año hasta las 16:00; permanece cerrado de mediados de enero a finales de febrero.
	La basílica de San Francesco es la meta de nuestro camino. La visita, tanto de la iglesia superior como de la inferior (ambas del s. XIII) y la cripta (1820), es libre y gratuita, y también lo es el Museo del Tesoro. La descripción no puede ser objeto de esta guía, en la que tan solo reseñamos el soberbio conjunto pictórico de la basílica inferior (Giotto) y superior (Cimabue, Oltremontano, Torriti). A la tumba del santo se puede acceder de 6:00 a 18:00, a la iglesia inferior de 6:00 a 18:30, y a la superior de 8:30 a 17:45. Hay varias misas al día, más las que realizan los grupos en la cripta, y vísperas solemnes a las 18:00. Más info: www.sanfrancescoassisi.org
	El segundo lugar franciscano por excelencia es la basílica de Santa Chiara, con la tumba de la santa fundadora y compañera de Francesco. Levantada en piedra rosa del Subasio, la iglesia es gótica del s. XIII. Su capilla de San Giorgio acoge el milagroso Crucificado pintado de San Damiano (s. XII), que habló a San Francisco. Visita de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00 (estamos invitados a la oración de laudes, a las 6:45, y de vísperas, a las 17:45, en invierno una hora antes). Más info: www.assisisantachiara.it
	El duomo de San Rufino, como ocurre en Italia a menudo, tras su soberbia fachada románica oculta un interior del s. XVI (Alessi). A destacar la pila, en la que es tradición recibieron el bautismo Francesco y Chiara, la cripta del s. XI y la tumba de San Rufino (s. III). Recomendamos ascender a la torre (1,5 €), desde la que se contemplan toda la ciudad y sus alrededores.
	A 1 km de la basílica de Santa Chiara, el convento de San Damiano es un lugar franciscano clave. Aquí habló el Crucificado a San Francisco, aquí comenzó el santo a componer el Cántico de las Criaturas y aquí estuvo el primer convento de clarisas. Visita de 10:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00 (en invierno hasta las 16:30). Más info: www.santuariosandamiano.org
	El foro romano se situaba en la actual Piazza del Comune, que agrupa edificios como los palacios del Capitano del Popolo (s. XIII) y dei Priori o Comunal (s. XV), así como la iglesia de Santa María sopra Minerva (ss. XV-XVIII), en cuya fachada se reutilizaron las columnas corintias del templo romano precedente.
	El Oratorio dei Pellegrini es una modesta capilla de 1457 que debe su nombre a haber pertenecido a la cofradía de San Antonio Abate y San Giacomo con su hospital anejo, pero sobre todo a los frescos de Pierantonio da Foligno, en los que se representa el milagro del ahorcado y el gallo, ¡sí, eso es, el de Santo Domingo de la Calzada!
	Sus platos más característicos son, en su mayoría, cárnicos: embutidos variados, la pasta artesana de los umbricelli y stringozzi (si os decimos que el nombre viene de lombrices y cordones de zapatos ya no la probáis), acompañada con tomate, tocino o trufa, el ya conocido *agnello allo scottadito* (chuletas de cordero a la brasa) o el piccione alla ghiotta (brocheta de carne de pichón con salsa), y de postre la *rocciata*, ya citada en Foligno.
	Todavía no hemos hablado hasta ahora del amaro, ese licor italiano de hierbas, muchas combinadas, que le aportan un sabor entre amargo y dulce. Se toma después del postre y sirve como digestivo. En Assisi, no podía ser de otro modo, nos ofrecerán el amaro francescano, que tiene 28º y en su receta incorpora raíces y plantas medicinales.

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