Quéntar
Notas destacadas
Su centro histórico presenta las típicas calles estrechas y empinadas de los pueblos de montaña de origen andalusí, muy similar a los de la región del Atlas en Marruecos. Los edificios se adaptan a la pendiente entre un laberinto de escalinatas, callejones, patios interiores, rincones con pozos, fuentes y emparrados, formando un conjunto anárquico pero muy fotogénico. |
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No os podéis perder la minúscula tienda y horno de pan ecológico que se esconde en un patio recóndito al que se accede por el callejón de las Campanas, justo detrás de la iglesia, en pleno casco histórico. El negocio, cien por cien femenino, está regentado por tres mujeres del pueblo y se llama Panaderas de Al-Qantar. También tienen tartas, dulces y empanadas, todo hecho en su obrador. |
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La gastronomía del municipio es fiel reflejo de los productos que se cultivan en estas tierras, tales como almendras, aceitunas y cerezas. Entre las carnes, son típicos los platos con productos de la matanza, acompañados siempre con frutos secos, como sería el lomo con castañas y ciruelas. También pueden encontrarse kakis, níspolas, azufaifas y por supuesto granadas, fruto de un árbol al que nos referiremos en la etapa siguiente. |
Cultura e Historia
Las primeras noticias de la localidad datan del siglo XIII, donde Quéntar aparece como un distrito (isqlim) de la Cora de Elvira, bajo el nombre de Dur, si bien su denominación actual procede del árabe Qariat Al Qantar. Los Reyes Católicos tomaron esta villa casi al mismo tiempo que Granada, por lo que pasó a depender directamente de la Corona de Castilla. Más tarde, durante la sublevación de los moriscos, se refugiaron aquí rebeldes procedentes de distintos puntos de la sierra, lo que provocó que Juan de Austria atacase el pueblo con sus tropas, sin contemplaciones y provocando una gran mortandad. La posterior expulsión de más de trescientos vecinos dejó el lugar prácticamente despoblado.