El Camino de Santiago es una experiencia sensacional, especialmente si lo recorres en solitario y estás dispuesto a compartir ideas y vivencias con el resto de los peregrinos. En mi caso particular, disfruté mucho del paisaje, de los compañeros que me fui encontrando y de la soledad... cuando la pude disfrutar. Lamentablemente, si viajas en agosto, como fue mi caso, hay que afrontar con paciencia la masificación de los últimos 100 kilómetros, donde se unen peregrinos, excursionistas, domingueros, romerías sinfónicas variadas y un agobiante tour de Francia. Igual eso empaña un poco la...