Avanzamos a lo largo de la acera, en paralelo al carril de servicio de la carretera. Al final de la población observaremos, a nuestra izquierda, el cerro donde se hallan los restos del castillo de El Vacar (ver Al Loro), pero nosotros continuamos de frente por una pista de tierra. Al cabo de 500 metros, tras algún tramo angosto entre encinas y chaparras, nos incorporamos al arcén de la N-432a, siempre con precaución a pesar del escaso tráfico. Después de 1,2 kilómetros superamos una rotonda y volvemos a la traza de la antigua carretera, ahora convertida en vial de servicio de la nacional. Seguimos por el arcén en ascenso, hasta coronar un último repecho de mayor pendiente, conocido como la Cuesta de la Matanza.
4,9 Apenas 50 metros después de superar el alto, dejamos por fin el vial de asfalto para tomar un camino de tierra a la derecha que corresponde al trazado histórico de la Cañada Real Soriana; aquí comienza un descenso muy pronunciado que pasa cerca de la fuente del Cordel (queda a sólo 100 metros del camino) y finaliza en un paso inferior bajo la carretera nacional; nada más cruzar bajo el tablero de hormigón, giramos a la derecha y llegamos a la fuente de Malos Pasos, cuyo caño está situado dentro de un pequeño pabellón, al que podemos acceder (la valla metálica suele estar abierta).
2,0 Fuente de Malos Pasos. Seguimos la pista de tierra, pasamos junto a la entrada del hotel-balneario Aguas de Villaharta y franqueamos un puente sobre un arroyo (aquí veremos una indicación del camino de Pedrique, que también llevaría a Villaharta, pero la ignoramos); el trazado del Camino Mozárabe continúa de frente en ascenso, por una recta asfaltada durante la cual veremos a nuestra izquierda una cruz de piedra. Esta pista desemboca en la carretera local A-3176 a la altura del restaurante Santa Elisa, con especialidades de la comarca y menú diario a precio imbatible. Mucha atención aquí, pues 50 metros antes de llegar a dicha carretera tomaremos a la derecha una senda estrecha marcada con flechas y con señales del GR-48, perfecta para los caminantes (en el caso de bicicletas con alforjas, probablemente optarán por incorporarse a la carretera hasta Villaharta).
1,0 Sendero a mano derecha. Nos adentramos en la vegetación, por un tramo a veces angosto pero muy bonito y sombreado. Al cabo de 350 metros pasamos junto a una casita, subimos una cuesta fuerte y cruzamos la carretera; aquí retrocederemos unos metros a la izquierda, donde localizaremos de nuevo las flechas, pintadas sobre unas rocas por las que ascendemos, para tomar un camino de tierra que nos conduce a un andadero en paralelo a la carretera. Atravesamos un parquecillo con un recinto de juegos infantiles, junto al cual veremos una curiosa escultura (se trata de una representación poco ortodoxa del arcángel San Rafael); seguimos de frente por la misma acera y entramos en el pueblo de Villaharta; al cabo de 150 metros, ya en el casco urbano, pasamos frente al edificio del centro cívico y biblioteca municipal, y algo más adelante ante el bar Teo, donde atienden bien a los peregrinos (además, su terraza trasera es perfecta para disfrutar de las vistas al atardecer); justo enfrente, por una calle en subida, está el ayuntamiento. En las inmediaciones disponemos de un pequeño súper y varias tiendas de alimentación.
1,2 Villaharta, plaza de la Constitución y ayuntamiento.