Desde el acceso a Penacova un camino de tierra desciende de nuevo a la N110 y cruza el Mondego para desembocar en la N2. Tras la gasolinera y el hospedaje Lampião, una senda coincidente con el GR-48 se acerca al río. Avanzamos entre huertas, vegetación ripícola y atravesando una alameda a la altura de Vila Nova (pueblo en la carretera); en la orilla opuesta vemos la planta embotelladora de aguas de Penacova.
Tras pasar bajo un viaducto del IP3, que se nos echa encima, subimos a la N2 hasta el mirador, dispuesto en unas pasarelas de madera, sobre la hermosa formación geológica de la Livraria do Mondego.
2,8 Mirador de la Livraria do Mondego. Enseguida regresamos al camino fluvial. Éste se abre paso entre las estrechas franjas, en su día intensamente cultivadas, que se extienden desde la nacional, y el arbolado de galería que acompaña al río, en esta zona mayormente compuesto por acacias y junqueras.
La llegada por el sur del río Alva, nos obliga a volver a la nacional para cruzarlo, a la vista de una pequeña presa, pero 150 m después volvemos al camino del río a través de una desdibujada senda entre fincas: discurre sobre un muro y, más tarde, por una pasarela de madera, para proseguir por una zona en la que el fuego ha dejado campo libre a eucaliptos y acacias. Un descampado final antecede a Raiva, a donde llegamos por su parque y subiendo a la N2 (fuente).
4,3 Raiva.