Nota abril 2024: Nos informan que la variante por la antigua vía romana, de Ribolhos a Fareja por Castro Daire, está señalizada. Ahorra 1,2 km respecto al camino oficial y el desnivel es similar.
Etapa 7: Ribolhos - Bigorne | Al Loro
Quien recorra esta etapa en tiempo de fuertes precipitaciones, ha de saber que le resultará imposible cruzar los ríos Paiva y Paivô, en las inmediaciones de Castro Daire, por sendas pasarelas, que no son otra cosa que hileras de piedras talladas y dispuestas sobre el cauce. La alternativa, es una lástima, son la N2 y la N225, desde la que ya se sube por una carretera local a Fareja. | |
Se repite la falta de lugares para comprar de los días anteriores, y a no ser que nos desviemos a Castro Daire, tan solo dispondremos de cafés y restaurantes en Vila Pouca y Mézio. | |
Dada la escasa e inestable oferta de Bigorne, consideramos más apropiado detenernos en Mézio, reservando con tiempo plaza en la encantadora Casa do Arco. | |
Otra etapa rompe piernas para los bicigrinos, con el grave inconveniente del paso de los ríos Paiva y Paivô sobre unas poldras (riesgo manifiesto de caída al agua). El problema se puede evitar siguiendo la N2 desde Ribolhos, con el aliciente de conocer el núcleo de Castro Daire. | |
A partir de Vila Pouca se recomienda continuar por el Camino a través de Moura Morta y Mézio, pues aunque hay tramos pedregosos e incómodos, la nacional carece de encanto en esta zona. | |
A tan solo 200 m del Camino, tras cruzar el río Paiva, se encuentra la playa fluvial da Folgosa, a la que podemos desplazarnos para darnos un baño. El agua fluye cristalina. | |
En Baltar de Cima encontramos la capilla de Santiago, levantada en 1685 por el abad João de Moura de Andrade y concluida en el s. XVIII. Guarda una imagen del apóstol peregrino y una pintura del Matamoros. Belvedere sobre el valle, se presenta como un lugar perfecto para el descanso. | |
Forman parte de la infraestructura material y espiritual del Camino un puente medieval, que debió sustituir al romano, y la capilla de Santiago, localizados poco antes de la aldea. En el centro del compacto núcleo, por el que no pasa la ruta, queda la iglesia parroquial (s. XVIII-XIX). | |
En el ascenso a la sierra de Montemuro (entre Moura Morta y Mézio), cuyo topónimo alude a algún tipo de citania celtibérica reaprovechada por los romanos, se suceden las mámoas o enterramientos megalíticos. Ellas, y otras piedras naturales de las cumbres graníticas, han dado lugar a leyendas vinculadas con los mouros o moiras, seres míticos de la cultura castreña que nada tienen que ver con los moros islámicos. | |
Quien pernocte en Mézio podrá disfrutar del restaurante O Forno da Rua, donde preparan carnes de vacuno, cerdo y pollo a la piedra. | |
En su templo hemos de echar un vistazo al techo artesonado, con decorativa labra de madera y en los casetones una completa galería de santos pintados, entre ellos Santiago y San Roque. | |
Entre Mézio y Bigorne también existe algún pequeño tramo del Camino que suele estar anegado cuando la lluvia se acumula. | |
Ofrece menús de cocina casera el café-restaurante A Giesta. |