Salimos de Salas pasando por debajo del arco que une el palacio Valdés-Salas y la torre medieval. Por una agradable y tranquila pista al lado del río Nonaya, entre robles y castaños, vamos ganando poco a poco altitud.
Más adelante la pendiente se torna más pronunciada y a media subida, por enésima vez, nos topamos con las obras de la autovía A-63. Otra vez un desvío inesperado que endurece y alarga el recorrido; afortunadamente está bien señalizado.
Desembocamos en la carretera nacional N-634, por el arcén de la cual nos vemos obligados a caminar unos quince minutos, hasta tomar un camino en subida a mano izquierda (con giros extraños, atención a las señales) que nos conduce a la aldea de Porciles. A partir de aquí el camino ya llanea hasta Bodenaya, donde hay un albergue de peregrinos.