Bajo el arco que sostiene la loggia del palazzo dei Papi, en la Piazza di San Lorenzo, tomamos la escalera que nos deja en la Via San Clemente, por la que nos aproximamos a la muralla para salir por la Porta di Valle, junto a la torre de la Bella Galiana.
Cruzando la Via San Paolo, encontramos una bifurcación viaria en Y: a la izquierda la Strada Signorino, nombre que alude a una familia del s. XV, y a la derecha la Strada Freddano, con la variante del ponte Camilliario.
Por la primera pronto nos introducimos en la Via Cava Sant’Antonio, obra etrusca excavada en la roca volcánica al modo de un estrecho tajo o desfiladero al que se asoman los árboles (¡lástima de asfalto!). Tras recorrerla un buen trecho proseguimos por la Strada Risere, que discurre bajo la autovía.
5,2 Paso bajo la SS675. La VF continúa en paralelo a la autovía, entre campos cultivados de coles, por una vía de servicio agraria. En un momento dado volvemos a pasar bajo la SS675 y nos dirigimos al sur entre robles dispersos y olivares.
Un cartel indica que en esta zona estuvieron las termas romanas de Masse di San Sisto. Tras las ruinas de la Cascina Quartuccio giramos al este para cruzar la SR2.
5,2 Paso sobre la Cassia. En suave ascenso por tierras incultas, salpicadas de pinos, pasamos ante la hacienda Norcia y sus olivares, cruzando del Fosso del Mecaccio y bordeando unas colinas.
Divisamos cultivos de frambuesas y chumberas, y a lo lejos Vetralla en lo alto. Una fuente anuncia la llegada al disperso y poco cuidado barrio de Pontarello, donde desembocamos en la Via Forocassio cerca de la iglesia de Santa María.
4,6 Pontarello.
VARIANTE DE SAN MARTINO AL CIMINO
Pese a ser la apuesta oficial, pocos peregrinos optan por este recorrido. El rechazo no solo tiene que ver con que sea 5,3 km más largo, lo que supone una hora y pico de marcha (el rodeo resulta evidente si contemplamos el mapa), sino también por su perfil más exigente, ya que transita por los derrames del Poggio Croce San Martino, que nos separa del lago de Vico. Además, la partida de Viterbo es más urbana y pesada por esta ruta. Entre sus ventajas citar que avanza por algunas áreas boscosas muy bellas, y que atraviesa dos pueblos grandes: San Martino al Cimino, con una abadía medieval cisterciense, y Tre Croci.
De elegirla saldremos de Viterbo por la Porta Romana o de San Biele y, cerca de la Universidad de la Tuscia, tomaremos la Via Santa Maria della Grotticella y la Strada Roncone, junto a la iglesia de la misma advocación. Finaliza entonces el asfalto para bordear el monte Croce San Martino por un denso bosque de robles y castaños, con un duro ascenso que se prolonga hasta las inmediaciones de San Martino al Cimino, con su monasterio bernardo del s. XIII.
Por una cota entre los 500 y 600 m de altura (recordemos que Viterbo está a 326 m sobre el nivel del mar), proseguimos disfrutando de amplias panorámicas sobre la Tuscia, y adentrándonos en otro bosque encantado, el de monte Fogliano. Desde él se desciende rápidamente a Tre Croci, para continuar hasta Vetralla por la Strada Forocassio, confluyendo con la variante corta justo antes de llegar a la villa.