Etapa 11: Sernadelo - Águeda | Al Loro
En nuestra humilde opinión, estamos ante la etapa más fea e insulsa del Camino Portugués, y tal vez una de las más decepcionantes de todos los trazados jacobeos que hemos documentado hasta la fecha en esta web. Si algo caracteriza este camino es que requiere constancia y fuerza de voluntad. | |
Lo peor de la jornada será la travesía de 2 km por el polígono industrial de Barrô, ya muy cerca de Águeda, especialmente si nos toca en un día laborable: calles sin aceras, líneas de alta tensión, tránsito constante, camiones aparcados en el arcén, rotondas sin pasos de peatones… Vamos, que no sería precisamente el paraíso para los caminantes. | |
En todos los tramos por asfalto, y más aún en polígonos industriales, deberemos extremar la precaución y caminar siempre en fila por el arcén, si lo hay. | |
Es conocida la mala fama que tradicionalmente se ha atribuido a los conductores portugueses. Tal vez ya no sean tan bruscos al volante como antaño, pero hemos comprobado in situ que, aunque vean a un peatón caminando por el arcén, no suelen apartarse ni reducen la velocidad. ¿Será que frenar es de cobardes? | |
Cada verano desde 2011 las calles del centro de Águeda se cubren con miles de paraguas multicolores que penden del cielo; se trata de una instalación artística conocida como Umbrella Sky Project. El efecto es sorprendente y muy fotogénico. | |
Los paraguas se han convertido en el icono de la villa, pero no son la única muestra de arte urbano: paseando por sus calles veremos decenas de obras pop y murales de colores. | |
La mayoría de los peregrinos utiliza el agradable albergue privado Santo António, en un complejo turístico situado a 1,1 km del centro, distancia que reducen de la etapa siguiente. Quien prefiera un alojamiento más céntrico dispone de un hostel y varias opciones a pocos metros de la Praça da República. | |
Estamos en la región donde se producen los vinhos da Bairrada, denominación de origen que comprende desde Águeda hasta Coímbra, con tintos, rosados y espumosos muy reconocidos, y que cuenta con su propio museo en Anadia. | |
Esta variedad de vino se utiliza también en la preparación de la chanfana —carne de cabrito macerada en vino tinto y cocinada en cazuela de barro— y del negalho —plato similar pero con mezcla de diferentes carnes y vísceras—. |