Salimos de la Piazza del Campo, a la izquierda del Palazzo Pubblico en línea con su fachada, por Via Rinaldini, donde se encuentra el palacio Piccolomini (s. XV). Giramos enseguida a la derecha por Via Banchi di Sotto, ante la loggia del Papa (s. XV) y la iglesia de San Martino. El recorrido se prolonga por la Via di Pantaneto, en la que se alza el templo de San Giorgio (torre gótica y fachada del s. XVIII) y hay un supermercado.
Siempre al frente proseguimos por Via Roma, que atraviesa la muralla por la Porta Romana. Bajamos a la izquierda por la Via Girolamo Gigli (tienda) y a continuación por la Strada di Certosa. Por ella, entre pinos y olivares, pasamos bajo el arco de la cartuja o certosa di Maggiano, ahora hotel boutique.
2,2 Certosa di Maggiano. La tranquila carretera local avanza por las suaves colinas sienesas entre casas y villas dispersas, viejas y nuevas, con sus icónicos cipreses y vistas sobre el valle. A su vera se suceden las capillas de Santa Caterina a Bucciano y San Pietro a Paterno.
Tras una casa antigua de ladrillo, decorada con arcos ciegos, por fin concluye el asfalto para dar paso al sterrato. Por él descendemos al torrente Riluogo, a la vista de un puente del ferrocarril con tres arcos, para tomar una senda fluvial entre arbolado (fuente).
La alegría dura poco, pues pronto desembocamos en un polígono industrial donde, al menos, nos acompaña una hilera de castaños de indias. De este modo llegamos a una gran rotonda, la de Renaccino.
4,7 Rotonda de Renaccino. Comienza aquí un andadero, que circula entre la carretera y la vía férrea, que se dirige a un nuevo parque empresarial, el que precede a Isola d’Arbia (bar-restaurante).
Si el paso por el polígono no es una experiencia agradable, resulta peor aún la entrada en Isola, un pueblo realmente cutre.
3,1 Isola d’Arbia.