Retomamos la ruta donde la dejamos, en el fantástico Parque das Nogueiras con sus robles, alisos, fresnos o nogales, que es un laberinto de pasarelas de madera. Como mejor guía, para no liarnos hemos de seguir el río (Ribeira de Mortágua), 900 m de senda peatonal en hormigón, hasta el puente do Barril (la localidad, a la que no entramos, queda a poco más de 100 m cruzando el puente).
Aquí, cerca del café A Ponte, vamos a la izquierda 40 m hacia Mortágua, pero pronto nos desviamos por un camino de tierra que gira al norte con el río y muere en la N234. La cruzamos por un paso inferior y nos despedimos del río para proseguir, por pistas locales de hormigón o tierra, entre campos de cultivo y olivares hasta Vila Nova (buen parque de meriendas a la entrada).