Una historia con mi mochila
Esta es una historia sólo para los que piensan que, salvo imponderables, el peregrino sólo lo es, si lleva su vida permanentemente a la espalda. A los que no lo vean así, no les aconsejo su lectura. Como decía Xavier Riera en otro hilo, no va a servir para que se reafirmen
Me sucedió en mi Peregrinación de Roma a Santiago. Realmente, mis historias caminando hacia el apóstol tienen un escenario muy limitado, como limitada es mi experiencia como peregrino: dos peregrinaciones y media he realizado. De mi pueblo en Guadalajara a Compostela (podríamos decir, el Camino de Madrid). De Roma a Santiago. Y la media debería haber sido la más canónica, pues partí, hollando por primera vez en mi vida la sirga jacobea, desde Ostabat, una jornada antes de Saint-Jean-Pied-de-Port, con las mejores intenciones; pero en Sarria me volví a casa: a partir de esa localidad aquello ya no era mi Camino (las fechas, última semana de junio, no ayudaban). Como véis un mero aprendiz de comepolvos ante casi todos los que estáis en este foro.
Pero no nos dispersemos. La historia con mi mochila me ocurrió en El Bierzo, entre Ponferrada y Villafranca, exactamente en el hospital comarcal de El Bierzo.
En puridad había comenzado llegando a El Burgo Ranero, tras 2.500 quilómetros desde Roma. En un momento dado, aceleré el paso por "pegar la hebra" con otro peregrino que iba unos 100 metros por delante. Le alcancé, nos saludamos a la vista de la gasolinera de El Burgo, donde hay un restaurante que le recordaba como imprescindible. Así que la conversación con el compañero de sirga fue muy breve. Él continuó peregrinando y yo cedí ante la tentación de la carne (las carrilleras en salsa de ese restaurante merecerían otro hilo aparte).
Pero el daño ya estaba hecho. La tendinitis tibial tomó posesión de mi espinilla izquierda y ya no me abandonaría hasta Santiago, obligándome a una parada en el hospital comarcal de El Bierzo.
Esa fue la causa oficial de mi lesión, y así lo cuento ante todo el mundo. Pero ahora que no nos escucha nadie, el Camino y yo sabemos que no fue así. Siempre he creido (pero estas cosas no se pueden decir porque te toman por "majara") que el Camino tiene vida propia, y toma las decisiones que estima necesarias para una fecunda peregrinación. Dos años antes, cuando avanzaba desde mi pueblo guadalajareño, en ese mismo lugar, el Camino y yo comenzamos una relación de complicidad que duró hasta Santiago. Pero al terminar la Peregrinación yo no fui leal a esa complicidad mantenida diariamente con el Camino. Y lógicamente, me la cobró. En el mismo punto donde todo comenzó. No le guardo rencor al Camino, por recordarme en forma de tendinitis tibial, la traición que con él tuve dos años antes. Aunque me tocó ir arrastrando seis días la pierna, hicimos rápidamente las paces. Él tenía razón. Ya digo que nuestro Camino de Santiago es un ente con vida propia. Por cierto ..., nunca volví a ver al otro caminante.
Así que, fuera cual fuera la causa de mi tendinitis, como, a pesar de toda los calmantes que me iba tomando cada día (los que llevaba en mi mochila y los que sacaban los compañeros de las suyas), ya no me encontraba en condiciones de caminar un día más (la bajada de Foncebadón a Ponferrada con frio y lluvia había sido muy penosa para mí), decidí, sin pasar por el albergue, acudir directamente al hospital, cargado de mi mochila y mi bordón.
Tras 95 días de albergues y caminos, me sentí indefenso ante la "normalidad" del área de urgencias de un hospital. Supongo que el dolor también contribuiría a ello.
- Pase a la sala de espera, pero deje aquí el macuto. -No, no. Llevo el macuto.
- Le vamos a hacer una radiografía. Deje aquí la mochila. -No, no. Llevo la mochila conmigo
-Pase al box, pero sin la mochila. -No. Si me permite llevo la mochila y el bordón.
Sólo la compañía de mi mochila y mi bordón me daba cierta tranquilidad. En el macuto, cuando llegaba el hambre o la sed, encontraba satisfación. Si hacía frío la solución estaba en el interior de la mochila. Mientras duraron las ampollas, había que buscar dentro del macuto la aguja y el hilo. Y ahora no paraban de decirme que me separara de él. Mi instinto me decía que, mientras estuviera cerca de mis herramientas de peregrino, conservaría mi autonomía, mi capacidad de decisión.
El diagnóstico de la doctora fue demoledor: descanso durante 15 días.
-Pero no puede ser doctora, tengo que llegar a Santiago como sea.
-Para usted se acabó la peregrinación.
-Vengo desde Roma, me faltan 15 días. No puedo terminar ahora
Supongo que, como mis palabras, el lenguaje corporal debía ser igual de patético (al menos, así quedó reflejado en el informe escrito).
-Si va a hacer lo que quiera, ¿para que viene aquí?
-Para que me ayude a llegar.
Se marchó del box, y ya en su espacio de consulta, donde llegué con mi mochila y mi bordón, me dio la prescripción: seguir con toda la medicación que llevaba tomando desde el centro de salud de Astorga, más Nolotil cada seis horas hasta que se finalizara el dolor (O sea, hasta Santiago caminé totalmente drogado). Guardé el informe médico en el macuto, donde, como todas las necesidades de la Peregrinacion, le tendría que buscar, esta vez para que me dieran el medicamento en las farmacias.
Volví a cargar mi mochila a la espalda. Y dejé Urgencias con muchas dudas, y una certeza: sólo la proximidad de mi macuto me había dado la seguridad que llegaría a Santiago, no sé en qué estado. Pero llegaría.
SECUELA
En Ponferrada acudí durante tres días, en sesión doble a una clínica de fisioterapia, donde me recuperaron muchísimo de los dolores y me dejaron más o menos apto para caminar. Pasé los tres días en el albergue de San Nicolas de Flüe, donde los hospitaleros me permitieron repetir alojamiento. Y durante esos días pude reencontrarme, con gran alegría, con amigos que se habían retrasado una, dos o tres jornadas Pero cada día, a las ocho, los peregrinos cargaban sus mochilas y salían al Camino, mientras yo dejaba la mía en el albergue y también salía con las manos en los bolsillos "como vaca sin cencerro" a recorrer Ponferrada. Jamás sentí tanta tristeza en los cuatro meses de Peregrinación como en esos tres días cuando les despedía en la mañana.
Por fin, al tercer día, cargué de nuevo la mochila, y nunca como en ese momento doce quilos en la espalda han sido tan livianos, han sido tan liberalizadores.
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Hola Isidro
Mi instinto me decía que, mientras estuviera cerca de mis herramientas de peregrino, conservaría mi autonomía, mi capacidad de decisión. Seguias siendo tu, un PEREGRINO
Nada sucede porque si.
gracias por tu relato.
abrazo
¡Me ha encantado el relato! Gracias Isidro!! La mochila del peregrino/senderista/montañero es una fuente inagotable de metáforas...
Salud Isidro,
Gracias por tu relato! Yo anduve hace más de quince años media etapa sin mochila, concretamente la subida al Cebreiro. Carlos y Luís, del Pequeño Potala me recomendaron subir sin la mochila al verme perjudicado por un inicio de tendinitis y les hice caso. Gracias a su sugerencia conseguí llegar a Santiago por mi propio pie -renqueando un poco, lo justo...-, aunque me quedó un sabor a mierda en la boca tan intenso que me llevó a tomar la determinación de no volver a separarme de mi mochila nunca más. Con algo más de reflexión y tiempo observé y comprendí que la tendinitis la causé yo mismo con mis errores, prisas y ansias y que haciendo las cosas con calma y sentido común el cuerpo no se rebela, colabora.
El camino es un símbolo vivo y experimentable, y la mochila es parte de ese símbolo, tu propio bagaje, lo que cargas y/o necesitas, y de ahí puedes aprender muchas cosas sobre tí mismo, y sobre lo que es importante, lo necesario y lo imprescindible en tu vida -o encargar que te la lleven para ir más descansado y seguir pensando en tus cosas cotidianas.
Ultreia
Hola Isidro,
Es increíble para lo que sirve una mochila que hasta nos cuida. Me encantó tu relato.
Un abrazo
Preciosa historia. Buen Camino.
Me ha encantado Isidro!! Buen Camino para ti y tu mochila :)
Hermoso texto, Isidro; ¡y no te quieras hacer pequeño porque un Roma - Santiago es mucho más que lo de muchos de nosotros juntos!. Coincido plenamente con tu sensibilidad, con tu relación con la mochila (y la parte de nuestra vida colgada a la espalda) y tu bordón. Y no me extiendo por no herir sensibiliddes de otras opiniones. Gracias por tu reflexión, y por compartirla.
Tras un camino largo, la relación que establecemos con nuestra mochila va más allá de la comprensión de quien no lo ha experimentado. La mía descansa en un trastero; cuando la veo, muy de vez en cuando, siento una emoción cargada de nostalgia. Indudablemente es una parte de mí, que parece reprocharme haberla abandonado en ese oscuro lugar. Sé que yo también cometo una traición, a ella y al Camino, que en el fondo son lo mismo, pues no imagino al uno sin la otra. Al verla me hago consciente de que yo también permanezco en cierto modo encerrado en un cuarto oscuro.
Gracias por compartir tu historia con nosotros, Isidro.
Bravo Isidro!
Bravísimo!!
Buen Camino!!
Bonita historia, Isidro.
Muchas gracias por compartirla.
"Omnia mea mecum porto".
Hola Isidro he leído tu post pues yo también llevo la mochila aunque no entiendo ese hermanamiento entre mochila y peregrino auténtico .
Tu relato es una foto de lo que nos ha pasado a muchos au nque no entiendo lo del centro de salud. A mí para hacerme una radiografía literalmente me desnudan y me dan una bata y tú entras con mochila a radiarte.
Y con la sobrecarga de trabajo que tiene el personal sanitario y lo que nos cuesta a los Españoles mantener la SS si tú tenías tu propio diagnóstico para que fuistes ?.
Posiblemente si te hubiera ocurrido en Francia donde tienes que pagar si o si te lo habrías pensado.
En resumen si hubieras quitado la parte esa te diría lo mismo que el resto "me gusta tu relato" .
Saludos de otro con tendinitis que también fue al médico en el centro de salud una vez duchado y aseado y siguió las indicaciones de la enfermera y la médico y se fue a casa
Perdónenme ustedes,
No entiendo ese "rr" que ""rr" y ese empeño numantino en poner el espíritu peregrino en la mochila. Yo siempre he creído que los peregrinos, su espíritu peregrino, lo llevaban en su corazón junto con otros valores que lo distinguen como tal, como por ejemplo, la humildad, el arrepentimiento, su espíritu de superación, el ayudar desinteresadamente a los demás, y un larguísimo etc. más.
Descubro con tristeza que va ser que no, va a ser que el verdadero espíritu peregrino está en la mochila
Descubro con tristeza que va a ser que si, ... El espíritu peregrino lo perdimos
"entre todo lo matamos y el solito se murió"
Gracias compas. Me alegro que os haya gustado. En realidad, como claramente se desprede de la narración (tal como fue, y la guarda la memoria, la he contado), pretende ser una apología del sentimiento de libertad que provoca saber que toda tu vida la llevas a la espalda; como tambié han comentado con acierto Xavier y topete.
Me produce tristeza ver como, los que pagan a vicarios (excepto, por supuesto, las situaciones de fuerza mayor), pierden este placer de sentir la libertad.
Indi: cada vez que escribes hay que leer muy despacio. No sobra una palabra, no falta ninguna idea. No tengo duda que un día se abrirá ese cuarto oscuro, la luz entrará a raudales, y abandonos y traiciones quedarán olvidadas.
jabeque, ya te aconsejé en el primer párrafo que no continuaras la lectura. No me hiciste caso,y te has puesto de mal humor. Y lo extiendes en tu palabras. Si yo llego a saber que te ibas a "coger este mosqueo" por presentarme en Urgencias, desde luego que no lo hubiera hecho.
Buen Camino a todos.
Ultreia
Primero desapareció de la peregrinación a Santiago la fe y muchos creyeron que era igual. Ahora se está quitando de la peregrinación la autosuficiencia en el transporte de las propias pertenencias, la esencia del viaje a pie, y algunos creen que tampoco pasa nada.
¡Salud y buen Camino!
En este post uno comprende la conexion que hay entre el peregrino y su mochila y porque esta complementa y dignifica aun mas la peregrinacion.
Lo cual no descalifica a nadie, no me mal interpreteis, pero la mochila y sus pertenencias forman parte de la peregrinacion en mi opinion personal y sin ella a la espalda se pierden sensaciones, es dificil de explicar.
buen camino.
Lo cierto es que este tema siempre sale a la luz y por lo visto es inagotable, por algo será... cuando el río suena, agua lleva. La verdad es que yo no sabría decir si con propiedad se puede asegurar una "metodología" propia del peregrinar pues el fenómeno es demasiado amplio como para acotarlo a elementos tan simples como mochila sí o mochila no. Creo que en el fondo lo que a algunos nos cansa, entre los que me incluyo, es la banalización progresiva de todo espacio sagrado bajo las garras del turismo fácil de masas. Por alguna razón nuestra sociedad es excesiva e insaciable y todo aquello delicado y sutil en lo que pone el ojo acaba siendo explotado hasta la extenuación. En estos años que he estado peregrinando y haciendo turismo me he hartado de ver pueblos preciosos completamente vacios de vida y llenos de gente. No acabo de entender por qué la gente sigue yendo a esos pueblos de forma masiva y dejando de lado maravillas que se encuentran a pocos kilómetros más allá. Solo por poner un ejemplo; recientemente he hecho una ruta de largo recorrido en bicicleta y he pasado por el famoso pueblo de Orbaneja del Castillo. Pues bien... toda la zona del alto Ebro es una maravilla pero parecía que todo el turismo estaba concentrado en ese pueblo. De verdad que me pregunto muchas veces por qué somos así como sociedad, por qué somos tan poco originales y tan planos. Habitualmente acabo pensando que nada ha cambiado realmente y que por más que lo intentemos no dejáremos de ser mayoritariamente un animal gregario. Las masas hacen las cosas porque sí, porque el vecino lo hace, no hay más misterio. Todo lugar masificado de nuestra sociedad está compuesto mayoritariamente de gente que está allí porque el vecino también está. Esto se aplica a Orbaneja del Castillo, a Netflix y al Camino de Santiago. El problema no está en la mochila sino encima de los hombros.
Perdonad esta perorata pero es que el tema de fondo que veo aquí me toca la fibra.
Buen Camino a todos!!
La mochila en un viaje a pie de largo recorrido se convierte poco a poco en un órgano más del cuerpo, un órgano desmontable. Es ese órgano que cuando tienes frío te ofrece calor y que cuando tienes sed te da agua. Te guarda la crema solar, te da comida, lleva tu ropa limpia y guarda la sucia. Este órgano nos brota a algunos cuando viajamos a pie y como ocurre con casi todos los órganos conforme se hipertrofian y van aumentando de tamaño también van perdiendo su función y molestan. Tú creyendo que necesitas un montón de cosas: coche, piso, un montón de ropa y de artilugios para pasar por la vida y contra todo pronóstico te encuentras con que en una simple bolsita cargada a la espalda, sí la visa también va en la mochila, tienes casi todo lo material que necesitas, guau!. Sí, pesa algo, pero te da tanto a cambio, ¿cómo no le vas a coger cariño?. Una vez probada, requisito imprescindible, todo ésto se siente o no se siente. Se puede explicar pero difícilmente se puede entender si no se ha sentido antes.
¡Salud y buen Camino!
Asi es Blenques, tu si q sabes.
Buen camino.
Hola, saludos a todos!
Sé que pronto ya no podré cargar con mi mochila. De hecho, el doctor ya me lo ha prohibido.
Y eso me pone muy incómodo. Molesto de antemano.
¡Pero soy terco como una mula!
No tengo problemas con la espalda, pero sí con las rodillas.
Me voy a Camino en septiembre. Voy a cambiar algunas cosas de mí:
No estoy gordo, pero voy a intentar perder entre 4 y 5 kg.
Voy a hacer la mochila de otra forma: cambio el saco de dormir de 850 gramos por uno de 400-450 gramos.
No llevaré tanta agua. El camino que seguiré favorece esto.
No tomaré refrigerios pesados, ya que no los necesitaré. Hay muchos bares a lo largo del Camino.
La ropa técnica me ayudará a ahorrar peso.
El pantalón plegable que siempre llevaba, lo cambié por uno más ligero.
Los dos calzoncillos y los dos calcetines que siempre llevaba en la mochila, serán una pieza de cada uno.
La toalla de baño será una toalla pequeña, tipo toalla de cara.
Puede que la concha del peregrino no esté en mi mochila y si es así será minimalista, ¡quizás una zamburiña!
Broches, colgantes, cintas... Ya los saqué de la mochila
El Jabón Lagarto lo cambio por uno más ligero.
Voy con el pelo rapado para no llevar champú.
¡Y algunas otras cositas!
Todo esto, única y exclusivamente, para poder cargar mi amada mochila!
¡Que venga el Camino!
Ultreia
Lo del pelo rapado para ahorrar el jabon es un truco tremendamente bueno
Buen camino.
Gracias David!
Cuando vais al Camino?
Abrazos
Pasado mañana si no pasa nada raro. :)
salu2
Buen Camino para ti también!!
Gracias.
Buen Camino David!
Gracias
Buen Camino!
Gracias
Te seguiremos, David, "contigo en tu mochila"
¡¡¡Ultreia!!!
Gracias :)
Hola João, seguro q puedes. Y con menos, disfrutarás más. Ultreia!
Hola Isidro, es precioso y muy cierto. Soy muy novata, pero tienes razón. Cuando llegué a Santiago y dejé la mochila, me sentí como rara, q me faltaba algo. Y no era solo en el sentido literal, sinó que ya no me sentía peregrina. Llevar todo lo necesario encima me daba tranquilidad. Tenía la sensación de poder llegar al fin del mundo sin necesidad de más. Era liberador y bonito. Gracias por tu relato!
Sííí, Laura. Sí.
Me ocurrió lo mismo en Santiago. Dejé la mochila en la consigna de la rua das Carretas, y dejé de sentirme peregrino.
Muchos compañeros lo han intentado explicar (Xavier con lógica, Joāo con sentimiento). Pero al final me quedo con las frases finales de Blenques: "Se puede explicar pero difícilmente se puede entender si no se ha sentido antes." y "Una vez probada, requisito imprescindible, todo ésto se siente o no se siente".
Esperemos que estas palabras lleguen a los que aún miran al macuto como un problema, en vez de un amigo.
Et Suseia
Y no será que, en realidad, no somos nosotros los que peregrinamos y que la auténtica peregrina sea nuestra mochila? Percibimos la ilusión de la peregrinación pero tan solo somos el vehículo para que nuestra humilde, generosa y leal mochila alcance la meta. Por eso si nos deshacemos de su abrazo desaparece la ilusión e inmediatamente dejamos de sentirnos peregrinos. Aunque vistamos como tales y sujetemos el bordón, no somos peregrinos. Aunque nos extiendan una o mil compostelas. Sin ella no somos nada
Saludos.
Salud Papadopou,
esa idea me ha encantado, totalmente Borgiana, la peregrina es la mochila y nosotros somos su medio para llegar a Compostela, genial!
Por mucho que os empeñéis, el hábito-vestimenta no hace al monje. Lo superfluo, lo accesorio, y todo aquello que rodea al peregrino en su peregrinar, su mchila, sin duda "ayudan a" , pero no son la esencia. El peregrino en su caminar deberá centrarse en alcanzar el objetivo de su peregrinaje y nada más. Lo accesorio, lo superfluo si no está atento le distraerá. Y peregrino distraído...
.... ruego no nos distaigamos con músicas "moñas" y centrémonos en lo esencial de nuestro pretendido y deseado peregrinar-peregrinaje... reflexión-meditación, paz de espíritu, deseo de renovación, propósito de enmienda...
caracolgrno, ¡qué razón tienes!
+1. Amén
Estimado Caracolgrino, si te das cuenta todas las religiones, las escuelas meditativas antiguas y actuales, etc todas ellas han mantenido y mantienen unos ritos. Muchas de las sensaciones tan placenteras del Camino, y que nos hacen volver, tienen que ver o se potencian con las formas que te acaban llevando, no se sabe muy bien como, a lo esencial. Ojlalá se pudiera llegar a lo esencial directamente. El largo caminar, la desconexión y la fatiga que produce, está demostrado que aplaca el flujo de pensamientos. La mochila nos da un plus de sensación de libertad, quizás un rito más que para muchos también suma y nos provoca buenas sensaciones. Por eso lo contamos y no por otra cosa insistimos tanto. El hábito no hace al monge, pero si que ayuda y precisamente por eso lo llevan. ¿Qué se puede ser peregrino sin portar mochila?. Por supuesto que sí. Yo no lo soy y la llevo........
¡Salud y buen Camino!
Tenés razon. Pero si a la Iglesia le llevo un par de siglos dirimir la cuestión de si Jesús era realmente pobre o no, aquí no vamos en unos cuantos hilos de un foro a determinar si es la mochila hace al peregrino o no ...
Saludos, "fraticelli"
Propongo un Concilio para dirimir ésta y otras disputas que nos aflijen y dividen.
Un lugar adecuado
Convoca día. Fija lugar.
Prepararemos avío, llenaremos nuestros macutos.....
Yo es que desde la última trifulca ya pasó, los pro transporte de mochilas y pro correos son muy vilicistas.
Mejor no discutir con ellos, simplemente enviarles www.correos.es
Como dijo Manquiña en Airbag: 'el concepto es el concepto'...a lo que el otro le responde: '¡Qué profesional!
Estaria bien que por una vez nos centramos en el sentimiento del que abrió el hilo y no el el hecho en sí.
Su experiencia es muy bonita, creo que va muchisimo más lejos que el simple hecho de llevar la mochila a su espalda o vía Correos /JacoTrans.
Que reine la paz señores,que creo que la polémica de las mochilas se ha dado en 8973838736282928638296 ocasiones , y que yo sepa jamás se llegó a un consenso.
Feliz verano y peregrinación con o sin mochila! Buen camino
Estimado Blenques,
No lo comparto pero trato de comprenderos .
Y dicho lo cual, he de decirte que quedo aún más patidifuso después de tu insistencia en ese "rr" que "rr" con lo de la mochila y en cambio no os he leído nunca a vosotros una sola queja a cerca del ritual más importante para el peregrino a Santiago y que con descaro, premeditación y alevosía en parte han cercenado.
Recuerdas? Llegábamos a Plaza del Obradoiro, subíamos por la escalinata principal de acceso a la Catedral, sorprendidos-maravillados admirábamos el Pórtico de la Gloria, apoyábamos la mano en el parteluz y saludábamos al Santo motivo del nuestro peregrinar, etc, etc, etc... ¿te acuerdas de ese ritual? Ese sí que era importante y nos lo cercenaron. De ese ritual, de su recorte, no os he leído ninguna queja. Eso sí, con lo de la mochila seguís "rr" que "rr".
Por favor, centrémonos, y recuperemos el auténtico espíritu peregrino que a día de considero ya perdido
Pero de verdad, centrémonos, os lo ruego.
Ultreia. Bueno Camino.
Coincidimos una vez más, Caracolgrino. Alguna vez se ha hablado de eso, pero no en demasía pese a su trascendencia. Hace poco dábamos alguna idea como exigir permitir cumplir el ritual al menos a los peregrinos de largo recorrido. (De largo de verdad, no desde León)
Daría para un post nuevo, y muy interesante, desde luego. Pero este va de una historia que ha compartido Isidro
Aunque es muy comedido no me cabrees a Blenques, por favor El espíritu peregrino no está perdido, en todo caso reprimido, acorralado, pero no perdido. Subyace en el interior de muchos. Da para otro post: ¿Qué es el espíritu peregrino? ¿Se diferencia en algo del espíritu de fraternidad, solidaridad y amor que debe reinar en todo, no solo en el Camino? ¿Acaso no se está perdiendo también ese espíritu?
Yo me confraternizo contigo, me solidarizo y te amo, Caracol , y no me da vergüenza decirlo. Se sepa.
.
yo también te quiero indi
Pues yo creo que las tradiciones se van cambiando. Antiguamente no solo se abrazaba la estatua del Santo. Al parecer en tiempos se tomaba la corona de la estatua y se la colocaba el peregrino de turno en su testa. Eso desapareció (tal vez algún turigrino de entonces se llevó dicha corona) y no la sustituyeron. Posteriormente, según parece, los peregrinos incluso cubrían la estatua con sus propios sombreros y sus capas (sin comentarios sobre la higiene). En nuestros días con la excusa de la conservación y con el beneficio comercial consiguiente se cerró el acceso al parteluz y adios a los croques. Pero si al llegar a Santiago se siente esa necesidad y no se puede poner la mano en esa columna concretamente, pues se busca otra, que en la Catedral abundan y se inicia una nueva tradición. Y para los croques, pues cualquier pared puede servir. Porque lo que empieza con un gesto individual, que puede ser considerado absurdo o en el mejor de los casos incomprendido, inicia una costumbre que deviene tradición.
Peregrinos, retomad vuestras mochilas y caminad ! Penitenciagite!
Saludos
Tienes razón Caracol estoy resultando ya muy cansino con el tema de la mochila. En mi descarga te diré que estoy aquí en casa muy aburrido delante del ordenador, un día de fiesta, y sin poder salir a andar (que es lo mío) porque hace mucha calor. La verdad es que no sé ni lo que hago en este foro porque yo no soy peregrino, nunca he tenido espíritu peregrino ni lo busco, yo siempre he sido un montañero de bajo rendimiento, un pisaprados de alto rendimiento, un subecollados , un andarín empedernido que con los años perdió la confianza necesaria para seguir haciendo lo que realmente le gusta y que por eso acabó caminando por aburridas carreteras y caminos hasta Santiago sin saber muy bien porqué. Me das confianza, me quitas 20 años, y mi Camino sería el GR 11, mi Obradoiro el ibón de Estanés y mi Santiago el Aneto......
¡Salud y montañas!