Relato del Camino Olvidado de Pamplona a Alguilar de Campoo (junio, 2024)
Todos los años tengo la costumbre de tomarme entre una y dos semanas para hacer un tramo de alguno de los múltiples caminos a Santiago. Como es lógico, con esa dedicación es imposible rematar en un solo año un trayecto completo con llegada a Compostela, lo que obliga a fraccionar el recorrido en el tiempo con vueltas a casa intermedias. Una vez que terminé la Vía Tolosana y el Camino Aragonés en 2023 me planteaba cómo continuar mi ruta jacobea. Una primera posibilidad era tomar sin más el Camino Francés desde Puente la Reina y alcanzar en un par de años la meta santiaguesa, con la ventaja de la continuidad rutera y el inconveniente de que, desde Burgos, lo había recorrido ya en varias ocasiones. Otra segunda, iniciar en Oporto el Camino Portugués, que ya tenía estudiado y hasta marcado para iniciarlo en el aeropuerto de esta ciudad, o emprender el Camino Inglés desde El Ferrol. Estas dos últimas opciones, sin embargo, se me antojaban algo cortas y un poco trilladas y de moda y yo prefería emprender algo diferente. Incluso, por las buenas sensaciones que encontré en tierras francesas desde Arles, se me ofrecía en la mente iniciarlo en la Tour SaintJacques de la Boucherie en pleno centro de París y atravesar desde allí buena parte de Francia para alcanzar Saint-Jean-Pied-de-Port y Roncesvalles. Esta última posibilidad, sin embargo, tenía la desventaja de demorar bastante tiempo la llegada a Galicia.
Me acordé haber leído algo sobre el Camino Olvidado y me planteé ¿por qué no? El problema de este camino, sin embargo, es la falta de servicios específicamente jacobeos y de servicios sin más, jacobeos o no, a partir de Miranda de Ebro, junto a la falta en buena parte del recorrido de señalización específica (la bendita flecha amarilla y las conchas) que guiara sin mucha dificultad al caminante, así como la falta de información suficiente. Estas faltas, sin embargo, espoleaban la curiosidad del peregrino por buscarse la vida e incitaban su espíritu aventurero (sin pasarse, todo sea dicho).
Tenía la ventaja añadida de dar cierta continuidad al camino desde Arles y Somport; si bien no desde Puente la Reina, sí desde otra localidad verdadero hito caminero como Pamplona, muy cercana a la anterior. Así pues, el día 22 de febrero adquirí por la módica suma de 18,85 € un billete de tren desde Madrid hasta la capital navarra para empezarlo/retomarlo el 18 de junio siguiente.
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La inventio (o sea, en latín descubrimiento, no me sean mal pensados) de la tumba del apóstol Santiago tuvo lugar a principios del siglo IX, alrededor del año 830, siendo rey de Asturias Alfonso II el Casto y Teodomiro obispo de Iria Flavia, hoy Padrón. Almanzor, chambelán del califa Hisham II y bajo cuyo gobierno el poder musulmán alcanzó el máximo apogeo, murió en 1002. Durante esos 170 años (y antes, evidentemente) las razzias moriscas sobre los territorios cristianos fueron continuas e hicieron totalmente inseguro el paso por la meseta septentrional y el valle del Duero. No debe perderse de vista que la mayor fortificación de Europa Occidental es aún hoy el castillo de Gormaz, a la orilla de este río, que era un punto estratégico para iniciar ataques y correrías. Sólo en la década de 1060 la fortaleza cae en manos cristianas y su control facilita la defensa del territorio.
Alfonso VI, el de la jura de Santa Gadea ante el Cid (que fue señor de Gormaz, precisamente), toma Toledo en 1085 y traslada así la frontera del Duero al Tajo, lo que impedirá en lo sucesivo los ataques de los reinos de taifas, ya totalmente debilitados, y de los posteriores invasores almorávides, que fueron incapaces de sobrepasar el río a pesar de su victoria de Alarcos. A partir de ese momento, pues, el paso de peregrinos desde los Pirineos hasta Compostela queda asegurado frente a incursiones sarracenas y facilitado por la actuación de los reyes cristianos de Aragón, Navarra y Castilla; entre ellos, particularmente el citado Alfonso VI, que, gracias a su matrimonio con la princesa francesa Constanza de Borgoña, promoverá grandemente la influencia franca en su reino, desde la implantación de la Orden de Cluny hasta el favorecimiento de las peregrinaciones que atravesaban su territorio. Como muestra de su predilección, el monarca está enterrado en Sahagún en pleno Camino de Santiago en el monasterio de San Benito, del que fue patrón y promotor.
El Camino Francés (Camino a secas, en realidad) discurre desde la época de Alfonso VI de León y Castilla por su trazado actual, desde sus dos ramales aragonés (desde el Somport) y navarro (desde Roncesvalles) que se unen para formar una sola ruta en Puente la Reina para entrar en el valle del Duero una vez pasados los Montes de Oca tras San Juan de Ortega. A partir de Burgos el recorrido atraviesa la inmensa llanura castellana hasta Astorga y Foncebadón, llanura que facilita y agiliza el avance de los peregrinos hacia el finis terrae galaico por lo plano del recorrido y por la abundancia de recursos para avituallar a los romeros en una tierra de pan y vino. Si unimos a ello las obras de patrocinio real y eclesial que permiten atravesar ríos y dar seguridad a los caminantes con numerosas fortalezas, hospitales y monasterios para su alojamiento, descanso y acomodo, es evidente que el Camino Francés será el verdadero Camino que se siga a partir del siglo XI, eclipsando desde entonces las otras rutas de peregrinación en el norte peninsular.
Es, pues, durante el periodo entre la inventio y la reconquista de Toledo cuando tuvieron que buscarse vías alternativas para el paso seguro de los peregrinos, de las que destacan el Camino del Norte y el Viejo Camino o Camino Olvidado. El primero discurría pegado a la costa del Cantábrico, con los inconvenientes de cambiar las razzias musulmanas por las incursiones vikingas y las dificultades orográficas para el avance hacia el oeste, con abundantes corrientes de agua y marismas que había que cruzar en una época con escasos puentes, montañas muy cercanas al mar que obligaban a frecuentes ascensos y descensos y tierras no excesivamente feraces que dificultaban el avituallamiento de los viajeros. Frente a ello, nuestro Camino Olvidado evitaba esos problemas al discurrir por tierras más seguras que aprovechaban la defensa natural de las hoces y cañones del Ebro y la cercanía de la vertiente sur de la cordillera Cantábrica, que podían suponer una ratonera para los ataques moros, lo que implicaba que éstos evitaran dirigirlos por ahí. No en balde estas tierras iniciales del Viejo Camino son el origen del Condado de Amaya, la Bardulia que luego se convirtió en Castilla, nacida en el margen del Ebro, no del Duero, a pesar de que todos la relacionemos más con éste que con aquél.
A partir del siglo XI este Viejo Camino empieza a dejar de usarse y se convierte en el Camino Olvidado que ahora, mil años más tarde, conoce un incierto renacer por los esfuerzos de las instituciones para darle una nueva vida, en especial por parte del gobierno vasco. Hoy día se le señalan dos posibles puntos de partida, desde Bilbao por Espinosa de los Monteros y desde Pamplona por la vía natural de un valle llano entre la capital navarra y Vitoria para entrar en el del Ebro en Miranda; ambos se unen en un solo camino en Aguilar de Campoo para discurrir pegado a la cordillera Cantábrica por el norte de Palencia y León hasta converger con el Camino Francés en Cacabelos, una vez pasada Ponferrada.
El primer ramal, más patrocinado, mejor marcado y con mayores servicios, tiene, no obstante, un cierto aire de mistificación, puesto que no se tiene en cuenta el pequeño detalle de que Bilbao no fue fundada hasta el año 1300 por el riojano Diego López de Haro, es decir, más de doscientos años después de que el Camino de la Montaña cayera en el desuso por el auge del Camino Francés. Por ello parece más realista pensar que el verdadero Camino Olvidado fuera el que comenzara en Pamplona al aprovechar el paso desde Roncesvalles hacia esta ciudad e, incluso, la cercanía del ramal aragonés que desde Monreal podía dirigirse sin grandes problemas hacia la capital navarra en vez de continuar hasta Puente la Reina. Todo ello sin perjuicio de que se usaran otras vías desde la costa cantábrica para alcanzar la vertiente meridional de las montañas, no necesariamente desde Bilbao, que aún tardaría bastantes siglos en ser fundada.
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El recorrido hecho entre Pamplona y Aguilar de Campoo, donde se une el ramal procedente de Bilbao, sigue las indicaciones de la web de rocjumper que se cita más abajo hasta Miranda de Ebro. La primera etapa, en realidad, sigue la vía verde del Plazaola y no entraña dudas sobre el recorrido; las demás siguen hasta Vitoria el llamado Camino de las Asturias, del que rocjumper se aparta en no pocas ocasiones y que puede dar lugar a alguna confusión, que se señalará en su momento, dando al tiempo la alternativa posible. De Salvatierra hasta Miranda la ruta está balizada de la manera característica del Camino de Santiago, con flechas amarillas y algún poste y azulejo con la vieira. De Miranda de Ebro en adelante no hay más indicaciones que las propias del GR-99, a veces confusas y a veces inexistentes, y en algún tramo las del GR-85, lo que ha obligado al peregrino a marcarse su propio camino sobre los mapas en escala 1:25.000 del IGN y a seguir (de Pesquera a Orbaneja) el camino conocido por experiencia propia para evitar los rodeos de los grandes recorridos.
Salvo en el caso de Miranda de Ebro, en que el alojamiento en el albergue de peregrinos gestionado por la asociación local sigue la regla general de no admitir reservas, todos los demás tuvieron que ser buscados y concertados con antelación para evitar tener que dormir al raso.
Las siguientes líneas constituyen tanto la narración de mi caminar por este recorrido, como las informaciones prácticas que puedan facilitar a otros peregrinos en el futuro aventurarse por él. ¡Créanme si les digo que merece absolutamente la pena!
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Como bibliografía que ayude en ello, copio los enlaces oportunos.
Camino Olvidado, el viejo camino de Santiago: https://www.caminoolvidado.com - Si bien sus útiles indicaciones sólo valen para el trayecto entre Bilbao, Aguilar de Campoo y Cacabelos, pero no para el ramal pamplonés. Incluye la posibilidad de descargar los tracks para GPS.
Camino Olvidado en Gronze.com: https://www.gronze.com/camino-viejo-santiago
https://www.rocjumper.com/senderismo/camino-viejo-olvidadoasturias-01-pa... https://www.rocjumper.com/senderismo/camino-viejo-olvidadoasturias-02-ir... https://www.rocjumper.com/senderismo/camino-viejo-olvidadoasturias-03-al... https://www.rocjumper.com/senderismo/camino-viejo-olvidadoasturias-04-sa... https://www.rocjumper.com/senderismo/camino-viejo-olvidadoasturias-05-vi... https://www.rocjumper.com/senderismo/camino-viejo-olvidadoasturias-06-pu... - Aunque son paginas separadas para cada etapa, está muy detallada en las explicaciones y permite descargar los tracks hasta Miranda de Ebro. Desde Miranda en adelante carece de toda información y se remite al GR 99 o Camino Natural del Ebro.
Camino Natural del Ebro GR-99 occidental (mapa.gob.es) - Para conseguir información y tracks desde Miranda de Ebro hasta Villanueva de la Nía.
En papel y para su recorrido por la provincia de León, el libro “El Camino Olvidado a Santiago”, de David Gustavo López y Ramón Gutiérrez Álvarez. La Nueva Crónica. León, 2020.
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Un par de advertencias: Una, en la crónica la toponimia la escribo en español, indicando la primera vez y cuando proceda el equivalente de los nombres en vasco entre paréntesis y en cursiva. Dos, los tiempos indicados son de caminar efectivo, sin tener en cuenta el invertido en las paradas.
Pasamos a describir las etapas (en PDF):