¿Bastón de senderismo o bordón? Gran dilema...
Lo que sí está claro es que es absolutamente recomendable llevar un bastón de senderismo o un bordón para hacer el Camino de Santiago. Supone un tercer punto de apoyo y por tanto mejora el equilibrio en las bajadas, subidas, y en los vadeos de riachuelos; además, descarga algo el trabajo de los músculos y articulaciones de las piernas. También sirve para marcar el ritmo del paso, cuestión nada menor en un camino de más de 700 kilómetros.
Volvamos a la pregunta, ¿Bastón de senderismo o bordón? Pues tanto el uno como el otro son indicados para el Camino de Santiago. La gran ventaja del bastón de senderismo (también llamado telescópico) es que es extensible (en dos o tres segmentos), y por lo tanto es mucho más cómodo para su tranporte en tren o avión, pues plegado cabe en la mochila. El bordón, para su transporte en avión, generalmente debe facturarse aparte de la mochila. El bordón, sin embargo, es un elemento tradición e icónico del Camino de Santiago, con gran fuerza simbólica; y además, para "marcar el paso" es mejor que el bastón de senderismo. Con el paso de los años, algunos peregrinos establecen una fuerte vinculación emocional con su bordón, que lo consideran mucho más que una simple herramienta práctica... con un gran disgusto si un día lo pierden.
El bordón típico del Camino de Santiago suele ser de madera de avellano o de castaño, más alto que el peregrino en 20 o 40 centímetros, y se sujeta a mayor altura que el bastón de senderismo. Se lo puede hacer uno mismo, quien tenga la paciencia y la gracia para encontrar y tallar el tronco adecuado, o lo puede comprar muy fácilmente en el Camino Francés, donde lo venden en multitud de sitios. Para saber más podéis leer el artículo de Antón Pombo: El bordón del peregrino
Los bastones de senderismo deben extenderse a la altura tal que el codo forme un ángulo de 90 grados. Hay que pasar la mano bajo la correa y volear la mano para que la correa quede bien sujeta, sin plieges y ajustada a la piel (así también apoyamos el peso sobre la muñeca y no solo sobre la mano). Estos bastones se venden en cualquier tienda de deportes, y están hechos de acero inoxidable, aluminio o fibra de carbono. Estos últimos son algo más ligeros pero mucho más caros; en principio, los 30 o 40 gramos de ahorro no compensan la diferencia de precio. Las empuñaduras pueden ser de plástico, de gomaespuma (más blandos) o de corcho (mejora la transpiración), a gusto del usuario. Las puntas suelen ser de carburo de tungsteno, material muy resistente, y es aconsejable colocarles una contera (obligatorio en muchas rutas organizadas de montaña), pieza de caucho o goma blanda; evita la erosión del terreno (y dañar el suelo de los albergues), amortigua el golpe en terrenos duros y, lo más importante, elimina el riesgo de clavarle la punta a alguien accidentalmente. En algunos modelos sólo se venden los dos bastones juntos, no uno suelto. Pueden extenderse en dos o tres segmentos, y recomendamos que sea en tres. En los de baja calidad suele estropearse fácilmente el mecanismo de extensión y bloqueo; como ocurre con tantos otros productos sale más barato gastarse unos pocos euros más en uno mejor. Últimamente se han puesto de moda los bastones nórdicos, que tienen una características algo distintas y se usan de un modo completamente diferente.
En cuanto a llevar dos bastones de senderismo los consideramos innecesario para el Camino de Santiago; es más indicado para los GR y caminos de montaña. Aunque, como siempre, cada cual tiene sus gustos y costumbres personales, y no son pocos los que llevan dos bastones.