De Roncesvalles a Logroño por el Camino Francés, 2013
Este es el cuarto año que realizo parte del Camino de Santiago, dos años hicimos desde Sarria a Santiago, el pasado desde Piedrafita a Santiago y este año empezamos en Roncesvalles hasta Logroño. Caminamos mi marido y yo, a él no le gusta mucho el senderismo, el primer año vino por acompañarme y no dejarme sola, y desde entonces, es el primero que cuando llegan las vacaciones, quiere volver a hacer parte del Camino. Es una experiencia única, después de todo el año trabajando, este caminar es como una cura, una desintoxicación de todo lo acontecido durante el año, es una recarga de pilas, algo que te da fuerza, que te anima a seguir. Este peregrinaje te cuestiona muchas cosas, te enseña otras muchas y te ayuda a valorar más todo lo que tenemos, a darnos cuenta que con poco, (tan solo una mochila y un par de mudas), tenemos mucho y podemos llegar donde nos propongamos, tan solo hace falta querer llegar.
No es excesiva, pero sí es verdad que tienes que tener una preparación física o haber entrenado antes de hacer el Camino. A mi personalmente me pareció dura la subida a Mañeru, quizás porque tampoco me esperaba esa larga subida nada más salir de Puente la Reina. Quizás tampoco estaba preparada psicológicamente, pues la subida al alto de Erro la tomé con más ganas y no me pareció muy dura, al igual que la subida al alto del Perdón. La etapa que más me costó fue desde Puente la Reina hasta Estella. Todas las etapas tienen alguna pequeña dificultad, pues hay muchas subidas y algunas bajadas muy pronunciadas.
Nos pareció buena, no dudamos en ningún momento.
Hay suficientes pero es verdad que hay que llegar con tiempo para poder tener plaza, o bien hacer la reserva antes de llegar si se trata de albergues privados, aunque supongo que también dependerá de la época pues hay meses con más afluencia de peregrinos.
Si están acostumbrados a andar, no tendrán problema. Que no lleven cosas innecesarias, tan solo lo preciso. No sé si es bueno establecerse una llegada, nosotros en nuestro caso sí lo llevábamos un poco programado, pero más que nada por el tiempo que teníamos. Pero no hay que forzar si no se tienen fuerzas o ganas, es preferible parar un día, descansar y continuar el camino después. Si tienen en proyecto hacer el Camino, pero no se deciden por miedo, o porque no tienen con quien ir, que no se lo piensen, en el Camino encontrarán amigos, ayuda si la necesitan, y no se encontrarán solos, tan solo cuando deseen estarlo, pues a veces en el Camino apetece caminar solo. Una advertencia: el Camino es adictivo, una vez que se comienza, no se puede parar, aunque sea de año en año como en nuestro caso.