De Sarria y Vega de Valcarce a Santiago, 2012 y 2013
Lo valoro como una experiencia única en mi vida, especial, maravillosa y muy, muy intensa.
El camino te marca para toda la vida, el primer año lo realicé con mi ex novia, tras cinco años saliendo lo dejamos y yo lo estaba pasando mal, muy mal. Una amiga me dijo que hiciese algo en mi vida y que necesitaba pensar, necesitaba encontrarme a mi mismo y se le ocurrió que porqué no hacía el camino de Santiago. Desde un principio me entusiasmó la idea. Se lo comenté a amigos y amigas entre las que se encontraba mi entonces ex novia. La cual me dijo que le gustaría hacer el camino conmigo. Yo al principio dudé porque no sabía si era buena idea hacer el camino con ella, debido al propósito de pensar en encontrarme a mi mismo. Yo la quería todavía muchísimo y estaba deseando volver con ella, cosa que ella dudaba. Decidí aceptar y nos pusimos manos a la obra con los preparativos. Ella se involucró muchísimo y de hecho organizó todo el tema de llevar teléfonos, direcciones etc, relativo a albergues. También me acompañó a comprar todo lo necesario. Tras quince días preparando todo, dos días antes de comenzar, decidimos darnos una oportunidad. Así que empezamos el camino siendo pareja de nuevo. Aunque no estaba consolidada la relación de nuevo, tras mucho hablar y mucho pensar, regresamos a casa siendo la pareja más feliz del mundo. Tanto fue así que decidimos volver otro año.
El año 2013 y tras haber oído hablar mucho de O Cebreiro, decidimos volver hacer el camino, subiendo esta vez el temido y duro O Cebreiro, para ello nos preparamos bastante, anduvimos durante todo el año por la sierra de Guadarrama.
El primer año fue muy duro debido a que no llevaba el calzado adecuado y a que no me había preparado adecuadamente. Ahh y debido a que tengo los pies cabos y no lo sabía. Tras regresar de mi primer camino, fui a visitar a un traumatólogo el cual me derivó a un podólogo y me puso plantillas. Esto fue la solución, así el año 2013 no tuve ni una ampolla. Puesto que el primer año tuve unas ampollas terribles y terminé haciendo el camino en chanclas eso sí, con calcetines.
El tramo peor de este año ha sido sin duda el ALTO DEL POYO. Ufff, fue durísimo. Y las elevadas temperaturas que tuvimos durante los primeros días.
La señalización muy buena, si exceptuamos después de bajar el alto de Santa Irene que te meten por albergues, el primer año caímos en la trampa y nos perdimos pero este año seguimos rectos en vez de pasar por el túnel de la Nacional y nos ahorramos algún que otro kilómetro.
Los alberges muy buenos y muy bien. Lo que me pareció mal es que en algunos Albergues se metieron gentes que iban acompañando a peregrinos y que no iban haciendo el camino sino de acompañamiento en coche y hubo peregrinos que no tuvieron sitio en ellos.
Aparte de que vayan bien preparados y visiten la página de Gronze, les recomendaría que lo hagan con amor, que es una experiencia única y que aunque no sean creyentes les marcará su vida.