El camino es bonito. Pernoctas en localidades como Puentedeume y Betanzos que tienen ambiente y centro histórico. Lo que no me ha gustado ha sido las pernoctaciones en Bruma y en Sigüeiro, la primera, por no estar en un pueblo, y la segunda es un pueblo pequeño.
En comparación con los últimos kilómetros del camino francés e incluso del camino portugués, peregrina muy poca gente y prácticamente nosotros coincidimos en todo el camino con poco más de 15 personas.