El Camino de Madrid desde Las Rozas, 2014
Tras varios años desplazándome a distintos puntos para iniciar la peregrinación, en 2014 decidí optar por lo más ortodoxo y empecé a caminar desde la puerta de mi casa en Las Rozas de Madrid. Improvisé la etapa que me llevara hasta Cercedilla para enlazar con el Camino de Madrid y luego otras dos jornadas no marcadas para enganchar con el Camino Sanabrés en Granja de Moreruela.
Una experiencia única, dura y solitaria. En toda mi experiencia, ha sido la peregrinación que más me ha costado por la falta de infraestructura y de gente con la que comentar las andanzas de la jornada al término de la misma.
Prácticamente hasta Puebla de Sanabria en solitario, con una media superior a los 30 kilómetros por jornada.
En algunas zonas la señalización generaba dudas y llegué a perder la ruta un par de veces.
A diferencia del Camino Francés, los albergues van muy vinculados a las etapas, pocas alternativas entre medias. En su mayoría no existen hospitaleros, salvo grandes excepciones como el de Tábara, donde la atención y acogida tradicional al peregrino fue como un oasis en medio del desierto.
Los paisajes y pueblos visitados son increíbles. Es una ruta que requiere ir bien preparado física y mentalmente.