Camino Olvidado | Información
Jacinto Prada, una de las personas que, junto con otras personas y diversas Asociaciones, están trabajando en la recuperación, señalización y promoción del Camino Olvidado a Santiago, nos presenta dicho camino a través del siguiente reportaje (año 2022). Muchas gracias y... Ultreia!
El Camino Olvidado a Santiago es una de las más antiguas rutas jacobeas. A partir del descubrimiento de la que se supone que es la tumba del Apóstol Santiago se inician rápidamente las peregrinaciones al Campo de la Estrella desde diferentes puntos de la cristiandad. Así lo consigna el Abad Fulberto de Chartres. A nivel peninsular, dada la ocupación del territorio por los árabes, la primera ruta fue la conocida como Camino Primitivo que unía el único reino cristiano (Asturias) con Santiago de Compostela. Desde Europa los peregrinos acostumbraban a desembarcar en los puertos del Cantábrico y tras superar muchas dificultades conectaban con la ruta que nacía en Oviedo, en cuya Cámara Santa se podían venerar multitud de reliquias. Así nació la leyenda “Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y deja al Señor”.
Cuando los reyes cristianos continuando la reconquista logran desplazar las fronteras más allá de la Cordillera, se abre un nuevo Camino que evita los inconvenientes de la franja cantábrica (meteorología adversa, ríos y torrentes muchas veces difíciles de cruzar, piratería…) y por otra parte cuenta con aceptables garantías de seguridad ante el terror sarraceno que se extendía por las tierras mesetarias aún bajo el dominio musulmán. Este Camino desde los pasos pirenaicos se adentraba por las Merindades burgalesas, el sur de Cantabria, la montaña palentina y leonesa hasta llegar a El Bierzo y desde aquí a Galicia. Esta vía aprovechaba en muchos casos antiguas calzadas romanas. El hecho de transcurrir por las primeras estribaciones de la Cordillera Cantábrica explica que se la conozca también como “Camino de la Montaña”.
A lo largo de este Camino se fueron instalando muchos monasterios nutridos sobre todo de monjes que huían de Al-Andalus. Hay constancia de conventos, aposentos monacales y hospitales en el Valle de Mena, las Merindades, la Montaña de Boñar, el Bierzo (Cobrana, Congosto, santuario de la Virgen de la Peña donde se podía ganar el jubileo). Existen muchas referencias jacobeas a lo largo del recorrido: gran cantidad de ermitas dedicadas a Santiago, iconografías (Balmaseda, Espinosa de los Monteros, templo de la Virgen de la Velilla… En el Museo del Camino de Astorga se exponen dos imágenes: una procedente del monasterio de Otero de Dueñas y otra de la iglesia de Labaniego). No faltan tampoco leyendas como la del lago de Isoba o Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, la Cruz Cercenada (Quintana de Fuseros)…
Una vez reconquistadas las tierras llanas de la Meseta Norte el rey Sancho el Fuerte de Navarra y Alfonso VI de León desviaron la ruta más al sur para aminorar las dificultades que producía el terreno accidentado del recorrido montañés y facilitaba la “comercialización”. Los muchos milagros atribuidos a Santiago el Mayor en toda Europa conllevan un auge imparable de las peregrinaciones a la tumba del Apóstol, lo que redundaba en grandes beneficios económicos para la Iglesia. Para poder facilitar el camino a los peregrinos en el siglo XII aparece el Código Calixtino, así llamado por ser atribuido al Papa Calixto II: el Pontífice habría enviado varios emisarios a las órdenes del monje Américo Picaud para explorar el terreno con el fin de fijar una ruta “aconsejable”. El libro V es una verdadera Guía del Peregrino: aporta información sobre lugares a visitar, obras de arte, reliquias y costumbres de los lugareños a lo largo del itinerario; da consejos y advierte de los peligros que acechan a los caminantes.
Así queda fijada una especie de Camino Oficial que es lo que hoy conocemos como Camino Francés. Poco a poco el Viejo Camino va perdiendo importancia hasta quedar prácticamente olvidado. En algunos libros viejos (Juan de Mariana, Julián de San Pelayo) se hace referencia a esta ruta y ya a mediados del siglo XX J.M. Luengo escribe:: “De esta antiquísima vía montañera poco se sabe aún, tanto por haberse ido perdiendo la tradición de su paso por los pueblos, como por la escasez de fidedignas fuentes documentales uniéndose a esto también la carencia de restos materiales que testimonien la dirección de la calzada, aunque es de suponer que ésta no sería obra de cierta importancia, sino simples senderos abiertos al tránsito”.A principios del Siglo XXI la iniciativa y curiosidad de varias personas incoa el proceso para recuperar la memoria histórica de este patrimonio casi perdido. Julián González Prieto publica en 2004 “Vexu Kamin: viejos caminos de peregrinación”. Este mismo año el profesor José Fernández Arenas hace también referencia a este Camino en su guía “La Ruta Vadiniense Picos de Europa”. En 2006 ambos autores editan, el primero “Pai Frolanus” y el segundo “VIEJO CAMINO DE SANTIAGO”.
Sobre estas investigaciones históricas un grupo de miembros de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Vizcaya por iniciativa de Adolfo Diego de Miguel comienza a hacer los primeros trabajos de actualización y de “puesta en circulación” nuevamente de este Camino Olvidado: inician la señalización desde Bilbao y se lanzan a su promoción. Sobre la base del libro de J. Fernández Arenas hacen una propuesta de etapas y apuntan una guía de ruta. En el verano de 2012 queda completada una primera y elemental señalización.
Progresivamente se van adhiriendo al proyecto de recuperación nuevas personas y Asociaciones: Pulchra Leonina, ATUDEBIAL, ARDETAMA. Surgen Asociaciones jacobeas específicas de este Camino (Merindades, Omaña). El proyecto recibe un impulso extraordinario con la implicación de los Grupos de Acción Local de Burgos, Palencia y sobre todo León, provincia en la que se crea una asociación de los municipios incardinados en la ruta, la Asociación Leonesa del Camino Olvidado. El Camino adopta definitivamente el nombre de CAMINO OLVIDADO. Aparecen reportajes en diferentes medios gráficos y digitales, varios blogs y foros se hacen eco de las actividades y propuestas encaminadas a recuperar y promover esta ruta montañesa. La Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago y el Instituto Geográfico Nacional registran este Camino como ruta 11. La Junta de Castilla y León en 2020 reconoce el Camino Olvidado como Camino Histórico.
Las poblaciones más significativas del recorrido son, desde Bilbao, Balmaseda, Espinosa de los Monteros, Arija, Aguilar de Campoo, Cervera de Pisuerga, Guardo, Cistierna, Boñar, La Robla, Cacabelos y Villafranca del Bierzo. Si bien el brazo “bilbaíno” de inicio de la ruta es el que está más trabajado, existe otro punto de arranque: Pamplona. Este trazado sigue por Alsasua, Salvatierra, Vitoria, Frías, Oña, Sedano, Aguilar de Campoo. A lo largo del camino hay unas cuantas variantes: desde Bercedo a Aguilar de Campoo por Trespaderne y Polientes, desde Guardo a Puente Almuey por Caminayo (recorrido bastante más largo y dificultoso), la ruta de San Atilano que desde Otero de Curueño tira por Valdepiélago, Valdorria, La Coladilla, La Vid, Buiza, Beberino, Pola de Gordón, Barrios, Santas Martas, Piedrasecha, Viñayo, Canales (es una variante más larga, más difícil y con problemas logísticos). La antigua ruta desde Congosto, cruzando el río Sil, pasaba a Cubillos y desde aquí en línea recta llegaba a Cacabelos siguiendo después la línea que hoy marca el Camino Francés. Pero ahora es obligado bajar hasta la presa del pantano para pasar al otro lado.
El Viejo camino está lleno de atractivos. Recorriéndolo podremos visitar los restos históricos de Juliobriga (Retortillo) y del Castro Ventosa (Cacabelos), poblaciones de gran solera como Balmaseda, Espinosa de los Monteros, Aguilar de Campoo y Villafranca del Bierzo. Encontraremos pequeñas pero bellas perlas del arte románico, gótico, renacentista y barroco así como museos interesantes. Podremos saborear bellas muestras de arquitectura popular y deliciosas recetas de cocina y repostería tradicional. Nos sorprenderán hermosos paisajes montañeses, ríos cristalinos (Ebro, Pisuerga, Esla, Porma, Curueño, Bernesga, Luna, Omaña), cielos transparentes y sobre todo una gran paz y tranquilidad. Pero no hay rosas sin espinas: la orografía del terreno supone un plus de esfuerzo para el peregrino, si bien no hay tramos excesivamente empinados. Es factible también en bicicleta.
Los servicios e infraestructuras han ido mejorando mucho. En estos momentos contamos con una veintena de albergues o casas de acogida que cubre en gran parte las necesidades de alojamiento, pero se mantienen algunas deficiencias. Es una ruta muy adecuada para grandes amantes de la naturaleza, para prófugos del estrés y la masificación, para deseosos de tranquilidad y cierta soledad que permita pensar, reflexionar y vivir hacia dentro. En la web Viejo Camino Olvidado encontraréis guía, historia del Camino, elenco del patrimonio histórico-cultural, alojamientos, referencias de la riqueza paisajística, gastronomía y toda la evolución del proceso de recuperación. El CAMINO OLVIDADO puede ser para ti un CAMINO INOLVIDABLE.