Desde el centro, pasando al lado del Mercado del Grano, ascendemos la larga cuesta de la rue Félix Despagnet, entre la iglesia de Sainte-Quitterie y un par de albergues, hasta el depósito de aguas, como en Nogaro. Junto a la escuela Le Mas y la tiena bio Lutscrampo, desembocamos en la av. des Pyrénées (D834), que al llegar a una rotonda con la imagen de la Virgen abandonamos para tomar la D2.
La av. Nelson Mandela, con homenaje al nobel sudafricano de la Paz en un mural, da paso a la rues Georges Fraisse y du Jardinet, con las últimas casas de la localidad. El campo regresa a nuestras pupilas en el descenso boscoso al embalse de Broussau (Sentier du Lac, con bancos y miradores), rodeado de pinares, que bordeamos durante algo más de 1 km. Tan placentero deambular concluye ante la A65 (Autoroute de Gasconge).
4,6 Paso bajo la A65. Un ligero ascenso hasta la granja de Bégorre nos devuelve a la llanura, ¿la habíamos olvidado?, donde la monotonía puede conjurarse con la visión de los Pirineos. Entre prados y tierras de cultivo (sobre todo maizales), con escasísimos árboles, las rectilíneas pistas agrarias parecen querer ralentizar nuestra marcha.
Desembocando en la D62 (marquesina, fuente) cruzamos el río Lourdén para, ante la Cooperativa Maïsadour con sus silos, proseguir hacia el sur, de granja en granja y ante un oratorio de la Virgen, hasta la D375, por la que se va a Latrille.
7,2 Desvío a Latrille. Sin abandonar el rumbo, por Lafosse, una zona de descanso y las casas de Matot (fuente), bajas como para querer mimetizarse con la planicie, todo va a cambiar con el giro de 90º que, antes de llegar a la granja de Cordonnier, nos conduce al oeste.
2,3 Cordonnier. Por un camino empedrado con canto de río y encajado en el terreno, descendemos por un inesperado bosquete para cruzar el Bahus por una pasarela de cemento. A lo lejos aparece el depósito de agua de Miramont, buena guía para alcanzar, atravesando la D11, el primer núcleo de población, por modesto que sea, de la jornada (fuente, wc, áreas de picnic).
El pueblo es un auténtico jardín con espacios muy recomendables para el descanso; los Pirineos, justificando el topónimo, se yerguen magníficos con el resalte del Pico Midi d’Oisseau, de 2.884 m.
3,5 Miramont.