Desde el centro de Bagnères tomamos la calle principal, pasamos ante la Oficina de Turismo y 50 metros más adelante giramos a la derecha por la rue Alsace-Lorraine; superamos una pequeña rotonda ajardinada y seguimos a mano izquierda por la avenue Prosper Nogués, donde hay una iglesia protestante; al final de la calle viramos ligeramente a la derecha y franqueamos la entrada al parque del Vallon de Salut, bajo un tejadillo o marquesina de aire oriental. Avanzamos por este paseo arbolado en ligero ascenso, en paralelo al curso de un riachuelo y siguiendo las marcas del GR-78.
1,7 Final del Parc du Vallon de Salut. Al final del parque, tras pasar junto a los edificios del Museo del Mármol y del Centro de difusión del Medio Ambiente, debemos estar atentos: al cabo de 120 metros vemos una flecha amarilla en la base de un cartel, donde dejamos la pista asfaltada y giramos a la derecha por un sendero en fuerte subida en dirección a les Allées Dramatiques; el camino, estrecho y bastante irregular, discurre a través de un bosque de avellanos, con sucesivos tramos en lacets (zigzag); la ruta, al elevarse, nos ofrece buenas vistas sobre la villa de Bagnères. Tomémoslo con calma, pues las cuestas son duras.
2,6 Llegamos al final de este tramo por bosque, a 800 metros de altitud, donde hay un cartel que indica Croix de Manse; aquí debemos girar 180 grados a la izquierda, siempre en ascenso. Unos metros más allá el paisaje se abre y la ruta prosigue por la ladera del monte, ahora sin sombra, en franca subida entre prados y helechos. Debemos estar atentos a los postes y señales pintadas del GR, pues en algún tramo la hierba ha crecido y cuesta distinguir el sendero; pasamos junto a unas peñas (precaución en caso de niebla) y al cabo de 600 metros accedemos a un hayedo precioso; avanzamos por el bosque durante un kilómetro hasta llegar al Col du Monné, a 1.100 metros de altura.
2,5 Col du Monné. Nuestra ruta prosigue hacia la derecha en dirección a les plaines d’Esquiou. Al cabo de 150 metros cruzamos una portilla de madera y seguimos una pista forestal, ancha y con ligeras ondulaciones, por la que abandonamos el bosque; la pista nos lleva, llaneando entre prados con vacas y caballos, hasta la cabaña de Esquiou; esta sencilla casita de madera, propiedad de una sociedad de cazadores, puede ser un buen lugar donde parar un rato a descansar o guarecerse en caso de lluvia.
2,6 Cabaña de Esquiou. Seguimos de frente, tomando el camino central de los tres que se abren ante nosotros, en ligera subida por una pista mal asfaltada; al cabo de 500 metros comienza el descenso hacia Soulagnets, pequeña localidad sin servicios.
4,2 Soulagnets.