Jornada larga e interesante, por un territorio vitivinícola, con desniveles en general moderados, aunque con alguna cuesta severa; la subida más significativa es la que nos lleva a Portela de Tamel, en la que ganamos 130 metros de desnivel en 2,3 km. Los peregrinos más prudentes pueden dividir la etapa pernoctando en Casa da Fernanda, en Vitorino dos Piães: hospitalidad auténtica en un entorno bucólico. Hoy finalizamos en la preciosa y monumental localidad de Ponte de Lima, a la vera del río Lima, una de las capitales del afamado vinho verde.